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Hoarder: ¿Tengo varios animales? ¿O demasiados?


¿Muchos o demasiados?

Conforme los fenómenos sociales se hacen más presentes o se vuelve más común verlos, los “sabios” del área se apresuran a hacer análisis y test que derivan en categorías y etiquetas.

Así, cuando la segunda mitad del siglo pasado abrió las puertas a la discusión de las preferencias sexuales, los “estudiosos” comenzaron a definir si nacías, si te hacías, si eras esto o lo otro reprimido, potencial, latente. Lo mismo pasó con el uso de la computadora primero, e internet ahora, en donde puedes ser desde un arcaico o atrasado si casi no quieres usarla, hasta un geek o nerd si la usas mucho, o bien, un socialnetholic, si la usas sólo para perder el tiempo.

Lo cierto es muchos de esos “estudios”, “resultados” y “categorías” a los que se llega, están sesgados por una natural condición: el gusto. A quien le gusta hacer algo, se apresurará a demostrar los beneficios de ello, a quien no, encontrará las etiquetas para definir a un “enfermo” sobre el área.

Hoy, con la creciente de familias y personas que deciden tener más animales que niños, o gastar más dinero en ver crecer a un animal que en ver cómo se avejenta su auto, mucho se habla ya de la línea divisoria entre un “amante de los animales”, un “defensor”, quien sólo hace empatía, o de plano, quien está enfermo a la hora de tenerlos.

Lo importante de todos estos asuntos -más allá de darle un nombre que puedas imprimir en una playera o con el que quieras insultar a alguien-, es reconocer cuando una afición, gusto o estilo de vida, se ha descontrolado al punto de arriesgar la salud física y mental de quien lo hace, y sus allegados. Es decir, sin importar tu preferencia sexual, es importante reconocer cuando se tiene una disfunción en cualquier área. Sin importar en qué trabajes, hay que reconocer cuando te

interesa únicamente estar en la computadora y no quieres tener contacto físico con otras personas. Así, sin importar cuánto ames a los animales, es muy importante saber cuando tu intención de hacer un bien, dándoles casa y comida, ha comenzado a ser un riesgo para tu salud, o la de ellos.

Nah, tú ya eres Hoarder.

¿Qué es un Hoarder? Por supuesto es un anglicismo que nos ha gustado porque se oye más cool y tú te sientes más clínico (“o sea, es palabra del primer mundo, obvio estoy más documentado”),  pero es, sencillamente, un “Acumulador” (que también se usa poco porque la palabra es muy usada en la mecánica).

Para algunos, ser un Hoarder es un síntoma de un TOC o OCD (Trastorno Obsesivo Compulsivo ó Obsessive-Compulsive Disorder); para otros, es el TOC en sí mismo, pero aún no queda claro.

Puedes ser un Hoarder de cosas, de basura, de ropa, de papeles… vaya, casi de cualquier cosa, la diferencia, es que en esos casos, el mayor dañado serás tú, y tus familiares y amigos saldrán un poco raspados… Pero también puedes ser un Hoarder de Animales, y ahí sí está bien espesa y desastrosa la cosa, porque no sólo se trata de tu salud, sino la de los animales que estás acumulando, es decir, el problema puede abarcar decenas de vidas en riesgo.

P= ¿Cuándo se pasa la línea del Hoarder? ¿Hay un número? ¿Animal por metro cuadrado? ¿Depende del tamaño? ¿Tienes que ser Veterinario para que se justifique? R= Depende. No. No. No. Y no.

Hay personas que pueden tener 10 perros, o 20 gatos, o 30 animales de diferentes especies, y no son necesariamente un hoarder, sino que tienen las condiciones necesarias para ello, y van siendo conscientes de estas y de su límite. Hay otras que tienen menos que los dedos de una mano, y son hoarders en potencia.

Puedes revisar algunos puntos para pensar si tú o alguien que conoces, son un hoarder:

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1.- ¿Cómo están ellos?

El primer punto, y quizá el más importante, es revisar la salud de tus animales. No se trata solamente de saber si están enfermos o no, sino las razones por las que su salud no es la óptima. Es decir, puedes tener sólo cuatro animales, pero les das comida de baja calidad porque no te alcanza para más, y resulta que a alguno de ellos no les cae muy bien, pero “ya ni modo”. Lo mismo pasa si te ahorras una vacuna, o siempre postergas las desparasitaciones, mucho más si hay un enfermedad que escoges no atender…. y aún así, tienes en mente la posibilidad de adoptar o adquirir más animales. Implica que no puedes hacerte cargo de todas sus necesidades, y prefieres poner en “sacrificio” alguna de ellas. Ahora bien, quizá es una racha de mala economía para ti, tampoco es cosa de satanizar, pero si la verdad es tu estándar, dentro de un contexto de “estabilidad”, entonces el número de animales es mayor que tus posibilidades.

2.- ¿Cómo te sientes con ellos?

El objetivo de las llamadas «mascotas» es hacer compañía; formar parte de una manada o grupo funcional en donde no sólo se “sobreviva”, sino en donde se pueda hallar felicidad, juegos, alegría y paz mental. Entonces, tú deberías sentirte feliz de tenerlos notablemente más tiempo que el que te preocupan. Vaya, claro que nos llegan los momentos malos cuando se enferman, cuando no entiendes un comportamiento o cuando hacen algo malo, pero si tu miedo, frustración o preocupación por todos ellos es más frecuente que la alegría que te dan, es probable que tengas más de los que salud mental toleraba.

3.- ¿Hay espacio para tu vida humana?

Desde luego estamos quienes decidimos que en casa, los sillones o camas no están prohibidos para nuestras mascotas, pero eso no quita que debes tener cosas tuyas, exclusivas, de “humano”.  Si ellos invaden la cama al punto de que tú no cabes, o si hay más perros que sillones, algo nos dice que no estás dispuesto a invertir más en ti (o no puedes), y tu espacio en casa fue rebasado.

4.- ¿Realmente puedes controlar a ese número?

Mi querida amiga Sandra siempre dice: “Si no huele a perro, no se ve un perro y no se escucha un perro, es como si no hubiera perro”. Y esa máxima te salvará de cualquier problema de vida en sociedad. Nadie puede molestarte en casa, edificio o condominio, cuando demuestras que sin importar el número de animales, por tu control, parece como si fuera uno o ninguno para tus vecinos. Tienes un problema de exceso si hay tantos gatos que seguido se te olvida uno afuera, o tantos perros que al callar el ladrido del último, ya empezó de nuevo el primero. Una persona puede controlar varios. Una pareja, a más. Una familia comprometida, aún más. ¿Con cuántas personas cuentas para controlarlos? ¿Son suficientes las manos? ¿O demasiadas las mascotas?

5.- ¿Los rescatas porque lo necesitan, o porque lo necesitas tú?

Hay que ser realistas: sea ciudad o campo, hay animales que aprenden a vivir libres y se las arreglan súper bien. No es el ideal, cierto, pero tampoco son los candidatos a quienes les urge más una casa, y en estos tiempos de sobrepoblación, hay que aprender a priorizar.

Ejemplo: ese perro flaquito que se resguardaba en el umbral de tu puerta en la tormenta, seguro está ahí porque no ha encontrado guarida, no ha logrado ser aceptado en una manada, tiene poco tiempo de andar en la calle y/o no sabe cómo conseguir comida. Su vida pende de un hilo y sus posibilidades son pocas. Sí, es normal que lo rescates. Si tienes espacio y posibilidades, repetir casos similares, es normal.

Ahora bien: todos los días ves a ese perro alegre que pasa frente a tu casa, se acuesta a las afueras del mercado, le cae comida al punto de que nunca se ve flaco, ve pasar a la gente sin inmutarse y hasta se duerme con confianza a media tarde. Seguro es así porque se adaptó a la vida en calle, tiene en donde resguardarse cada noche, quizá hasta una manada ocasional, halló una zona de gente que no lo maltrata y sabe perfectamente lo que son los humanos y cómo sortearlos. No tiene la vida garantizada, ni la salud, pero te aseguro que a él no le “urge ser rescatado”. Rescatar uno o varios casos así y quedártelos, son seña probable de que necesitas tú sentir que los rescatAs, más de lo que lo necesitan ellos.

6.- ¿Tienes recuerdos de tu vida sin ellos? ¿Era mejor antes, cuando eran menos?

Quizá el primer perro que adoptaste llenó tu vida. El segundo le hizo compañía. El tercero hizo manada, el cuarto le puso chispa y el quinto cerró la cuenta. Pero el sexto siempre está enojado, al séptimo hay que cuidarlo de todo. El octavo no se lleva casi con ninguno… y así.

Necesitas descubrir, identificar y reconocer en qué punto (o número de compañeros), tu casa pasa de ser una guardia feliz con animales, a un refugio que la sufre para sostenerse.

Conoce tu límite y hazlos felices

Yo he presumido muchas veces a mis 5 muchachos, Todos resultado de un día fortuito que nos encontramos en la calle. Pero la verdad, debo reconocer que estoy en mi límite. ¡Claro que muchos me parten el corazón al verlos en la calle! Pero si quiero ayudarlos, será buscando un hogar temporal o definitivo, porque sé que uno más en casa, implicaría reducir la calidad de los otros 5… y estar dispuesto a eso es señal de “acumular” sin control.

Olvida eso de “donde comen 5, comen 6”. Eso dicen muchas familias respecto a tener hijos (junto con “los que Dios me mande”) y después no hay dinero para que uno vaya al doctor o a la escuela.

Conoce tus límites y defínelos. Y si crees que has acumulado más de lo debido, pide ayuda. Mucha gente está dispuesta a echarte una mano.

 

Cómo alimentar a un Petauro del Azúcar / Sugar Glider.


 

Los Petauros del azúcar, mejor conocidos como Sugar Gliders –su nombre en inglés- , son pequeños marsupiales que han ganado terreno en el mundo de las mascotas no convencionales durante los últimos años.

Uno de los principales problemas a los que se enfrentan los nuevos propietarios de estos animalitos es su alimentación, ya que en la naturaleza los Sugar Gliders son omnívoros, por lo que comen una vasta variedad de alimentos, que incluyen muchos tipos de insectos, arácnidos, savias de algunos árboles y néctares. Además, su dieta varía dependiendo de la temporada del año y la disponibilidad de alimento.

Los Sugar Gliders, mantenidos como animales de compañía, son susceptibles a dos principales problemas nutricionales:

Sugar Glider

Baja en calcio:

Una dieta baja en calcio puede ocasionar enfermedades en huesos y dientes. Los insectos, por lo general, son bajos en este elemento, por lo que deberán ser alimentados, primero ellos, con un suplemento especial rico en este componente, antes de ser ofrecidos al Glider. Los suplementos para insectos se consiguen comercialmente. Las frutas y los vegetales son también bajas en calcio, por lo que su inclusión en la dieta debe ser limitada.

 Obesidad:

Uno de los grandes errores que podemos cometer es pensar que por llamarse Petauros del azúcar, su dieta debe ser alta en azúcar. Nada puede estar más lejos de la verdad. Alimentar a los Sugar Gliders con una dieta alta en grasas o en azúcar, les provocará obesidad y problemas reproductivos. Por ello, algunos tipos de larvas, como los gusanos de seda, son altos en grasas y deberán ofrecerse con moderación.

Por otro lado, las proteínas son una parte esencial en la dieta de los Sugar Gliders y deberán ofrecérseles alimentos altos en éstas, como algunas variedades de insectos y croquetas para insectívoro o carnívoro pequeño.

La variedad es la clave de una nutrición adecuada. Mientras más grande sea la variedad de los ingredientes, es menos probable que se presente alguna deficiencia o desbalance nutricional. Es muy importante que el Sugar Glider consuma todos los ingredientes de su dieta, esto se logra ofreciéndoles la mayor cantidad de elementos diferentes cuando son muy jóvenes, y picando y mezclando cada uno de éstos, de manera que no le sea sencillo al animalito elegir su alimento favorito y desechar el resto.

Un Petauro del azúcar consumirá del 15 al 20 por ciento de su peso corporal cada día. En general, los animales en cautiverio gastan menos energía que aquellos en la naturaleza, ya que no se desplazan para conseguir sus alimentos, además de que la dieta de aquellos que son mascotas, se digiere y absorbe más rápidamente. Por estas razones, es importante no sobrealimentar a nuestro Sugar Glider y monitorear su peso con regularidad.

Sugar Glider

Ya sabemos qué comen… ¿pero cómo?

Los Sugar Gliders son nocturnos, por lo que se recomienda alimentarlos al atardecer. Si llegaran a parecer hambrientos durante el día, se puede dividir la ración, ofreciendo la mayor parte durante la noche y una pequeña porción por la mañana. Debido a que ellos viven y se alimentan en las ramas de los árboles, prefieren comer en lo alto, en vez de tener sus platos de alimento en el piso de la jaula. Además, ubicar estos recipientes en la parte alta de la jaula ayudará a mantenerlos más limpios, libres de orina y heces.

Se sugieren gran variedad de dietas para los Petauros del azúcar, por lo que a continuación te damos ejemplo de un esquema de alimentación especialmente formulado para esta especie.

El siguiente esquema alimenticio es para que selecciones sólo un ingrediente de cada uno de los tres grupos:

 Grupo 1:

Una cucharada sopera de:

–  Alimento comercial de calidad Premium para insectívoros o carnívoros pequeños.

–  Insectos previamente alimentados con un suplemento vitamínico/mineral: 75% polillas, grillos, escarabajos, Zophoba spp. y Tenebrio spp; 25% larvas y gusanos de seda.

 Grupo 2:

Una cucharada sopera de:

–       Néctar comercial de calidad Premium formulado para Lories, fortificado con vitaminas y minerales, preparado con agua.

–       Néctar comercial de frutas.

 Grupo 3:

Media cucharadita de:

–  Vegetales y frutas frescas: jitomate, elote, camote, frijoles, zanahoria, berenjena, calabaza, lechuga, germinados de trigo, soya o alfalfa, brócoli, perejil.

–    Manzana, nectarina, melón, uva, pasas, higo.

Es muy importante evitar los siguientes alimentos, ya que podríamos afectar seriamente la salud del Sugar Glider:

–       Alimentos altos en grasas, como nueces y semillas.

–       Alimentos altos en azúcar refinada o fritos.

–       Alimentos que contengan endulzantes artificiales (aspartame), chocolate.

–       Insectos silvestres capturados, ya que pueden haber sido expuestos a herbicidas o pesticidas.

Cortar Orejas y Colas. Creencia VS Ciencia


El "Agresivo" look de un DóbermanLos cortes «estéticos» de cola y orejas realizadas a los perros se iniciaron en la época Romana, en la que el bienestar animal no era un tema a considerar. Sólo basta recordar que durante los juegos inaugurales del Coliseo se mataron brutalmente a más de 9.000 animales de fauna silvestre. Después, está cruenta práctica se popularizó en la Edad Media en Europa.

Estas prácticas se fueron perpetuando hasta que ser incluidas en los estándares raciales de las asociaciones canófilas. En la actualidad, dichas cirugías se siguen practicando bajo argumentos que «intentan» justificar su existencia, pero que son insostenibles. Veamos algunos:

Creencia: Les da a los perros una apariencia más agresiva.

El corte de orejas es muy común entre las razas que se usan para la guardia y protección. Además de la apariencia, se dice que les ayuda a escuchar mejor los ruidos extraños al no tener el canal auditivo obstruido con la oreja y el pelo.

Común en: Schnauzer gigante, Doberman, Gran Danés.

Ciencia: No es necesario que un perro tenga las orejas erectas para disuadir a un delincuente, el ejemplo más claro es del Rottweiler. Por otro lado, el rango de audición de los perros es tan bueno que escuchan sonidos ultrasónicos y poseen una gran movilidad de las orejas, por lo que el corte de éstas no representa ninguna ventaja. En contraparte, la cirugía sí es excesivamente dolorosa y muy molesta por la colocación de una especie de vendajes que deben traer mucho tiempo después de su realización; además las orejas son un elemento esencial en la comunicación canina y la falta de gestos con ellas, hará que esta forma de comunicación se vea alterada.

Creencia: Se evitan lesiones durante las peleas.

En los perros de pelea los cortes ayudan a que no se muerdan en estos lugares y que la pelea sea más encarnizada.

¿Te dicen algo sus orejas?Común en: «Pit Bull», Mastín Napolitano.

Ciencia: Bueno, no hay necesidad de aclarar demasiado este punto, ¿cierto? Las peleas de perros deben de abolirse completamente y, por lo tanto, esta cirugía o cualquier práctica que las encause, también.

Creencia: Evita lesiones en el trabajo.

Los perros que se dedican a la cacería de aves pudieran lastimarse la cola con los altos pastos al trabajar.

Común en: Cocker Spaniel, Pointers.

Ciencia: Además de los dolores de la cirugía, hay que apuntar que, en la realidad, este argumento es teórico en nuestros tiempos, pues los perros de esta familia viven en casa y prácticamente ya no salen a cazar, por lo que no hay razón para seguir cortando sus colas.

No másCreencia: Da homogeneidad a las razas.

Especialmente a las que tienden a una anormalidad genética, es decir, que algunos perros nacen sin cola o con un vestigio corto. De aquí la frase «O todos coludos, o todos rabones».

Común en: Antiguo Pastor inglés y Welsh Corgi Cardigan.

Ciencia: Si bien algunos perros nacen sin cola, esta no es una razón para que los que sí nacen con ella se les vea mermada su calidad de vida, sobre todo ahora que los perros de estas razas pueden competir en las exposiciones mundiales con sus colas completas. Es como si un individuo naciera con una discapacidad y, para que todos “se vean igualitos”, les provocáramos la misma al resto de la manada, absurdo ¿no?

Creencia: Para evadir el pago de impuestos por la punta de la cola.

Esto ocurría alrededor del año 1576. A los perros que pertenecían a los campesinos, quienes no tenían dinero para pagar el impuesto, se les hacía esta amputación a los tres días de nacidos, esta práctica la realizaba el «muerde colas» con sus dientes, ya que estaba prohibido realizarla con cualquier objeto punzo-cortante.

Común en: Yorkshire, Jack Russel.

Ciencia: Aunque parezca increíble, era la única razón para muchos, y aunque afortunadamente este impuesto ya no se cobra, la costumbre se quedó para estas razas. Mucha gente no sabe porqué se hacía, pero como así se lo enseñaron, lo sigue haciendo.

Creencia: Por limpieza.

Al cortar las orejas se disminuye la predisposición a que los oídos se infectan (otitis) y al cortar la cola, el ano permanece más limpio, es decir sin residuos de excremento.

Común en: Schnauzer miniatura.

Ciencia: Todos los perros levantan su cola para defecar así que no se ensucian y aún así, el corte de cola, en general, es de todas formas suficientemente largo como para cubrir el ano, por lo que no existe ninguna ventaja al mutilar al animal. En el caso de las orejas, la limpieza periódica y sencilla de éstas evita infecciones, así que el corte es una forma de pereza de parte del dueño.

Creencia: Porque “se ven más bonitos».

La gente después de más de 500 años se acostumbró a ver como normales dichas mutilaciones y cuando observan a un perro sin ellas les parece que se ve feo.

Común en: Este argumento, el más simple, se usa para justificar el corte en cualquier perro, de raza o no.

Ciencia: la belleza es subjetiva, pero las mutilaciones que causan dolor y sufrimiento a los animales que tanto amamos no pueden ni deben considerarse “bellas”.¿Puede ser más bonito?

Muchos países prohibieron los cortes cosméticos en perros hace varios años. Noruega en 1987, Suecia y Suiza en 1988, Chipre, Grecia y Luxemburgo en 1991, Finlandia en 1996, y Alemania en mayo de 1998, Brasil lo hizo en el 2008. En Inglaterra se califica al corte de colas sin fines terapéuticos como un acto éticamente reprobable, al grado que desde 1996 se puede abrir expedientes por malas prácticas profesionales a los veterinarios que lo practican y con esto revocarse su licencia médica.

Entonces ¿Hay alguna forma de justificar estas mutilaciones?

Como vimos en las líneas anteriores, estas cirugías deben de dejarse de practicar inmediatamente. Además, desde el punto de vista ético los animales tienen derechos morales. Esto significa que no podemos justificar causarles daño. Como los perros tienen la capacidad de sentir dolor, nosotros tenemos la obligación de sobreponerlo sobre los beneficios «estéticos», económicos o de cualquier otro tipo humano.

Si tenemos un animal de compañía para amar y que nos ame, para alegrarnos el día y compartir momentos especiales, lo menos que podemos hacer es darles lo mismo, y procurarles la mejor calidad de vida. Si pudiéramos preguntarles si quisieran ir a donde el veterinario los someterá a una terrible cirugía que sólo les va a traer complicaciones y ningún beneficio, seguro suplicarían para que no lo hiciéramos, así que por favor no lo hagas, ni alientes estas cirugías y ayuda a pasar la voz para que más gente sepa lo terribles que son. Los perros te lo agradecerán moviendo felices sus lindas colas y orejas.

 

Maltrato Online.


Maltrato Online

Evidentemente hablar de tortura y asesinatos de animales, publicados en la red, no tiene nada  de positivo. Por ello esta columna no tiene la intención de narrar, describir, platicar o presumir ninguno de estos aberrante actos, mucho menos de ilustrarlos.

El fin es ayudarnos a hacer cargo de la responsabilidad de ser navegantes en la red y lo que realmente provocamos con nuestra indiferencia o con nuestra interferencia, al respecto de estos casos.

Antes que otra cosa, habrá que aclarar la línea de la realidad: desde tu silla, desde la web, POCO o NADA harás respecto a los casos de maltrato animal, al menos a inmediato o corto plazo. Pero a mediano y largo plazo, a favor de la mejora cultural, sí hay un nivel de incidencia importante, del que todos, como la gran masa de navegantes web que somos, debemos tomar responsabilidad.

Los casos que uno puede encontrarse en la red, en forma de video o foto, son muchos, muchísimos y prácticamente son ejecutados sobre cualquier animal. La existencia de cámaras en los celulares ha convertido en testigo a cualquiera que la posea, y en Popular a cualquiera que la explote. La libertad de expresión tiene ese doble filo y el riesgo intrínseco de provocar estos casos, cosas, tipejos y barbaridades.

¿Te indignan? ¿Te llevan más allá de la Rabia? ¿Quieres vomitar o golpear al responsable?

Correcto, esa emoción es importante para empezar, pero después de sentir ese golpe bioquímico, tienes que aplicar la razón y actuar con inteligencia.

¿Qué es lo que quiere quien hace estas fotos/videos? 

Reconocimiento. Aplausos, abucheos, insultos, ira, risa, likes, reproducciones o lo que sea, pero quieren salir del anonimato. Lo más probable es que estén descontentos con su vida, la encuentren vacía y carente de motivos, éxitos y metas. Son sociópatas que se saben incapaces de cosas que les enaltezcan, como realizar una obra artística, o destacar en el plano intelectual, deportivo o cultural, así que sólo pueden acudir al extremo contrario: destacar en conductas aberrantes, para las que no se requiere DESARROLLAR ninguna habilidad, sino QUITARSE lo que llamamos «escrúpulos», cosa que es mucho más sencilla.

Es por eso que no importa lo mucho que te esfuerces en redactar un comentario ofensivo, humillante o amenazante para estos sujetos, cualquiera que sea la reacción, le estás haciendo cumplir su meta, satisfacer sus pueriles necesidades. Ellos ya saben que carecen de moralidad, calidad humana o bondad. Se mofan de ello, se sienten orgullosos que la gente lo note y se los recrimine. Preguntarles ¿Por qué haces eso? o ¿Cómo eres capaz?, no sólo les motiva, sino que los enaltece, pues les indica que han logrado llegar a un nivel que a otras personas les es imposible siquiera comprender, así que están mucho más «elevados», en su escala, de lo que pensaban.

Creen que su «maldad» es símbolo de hombría, o de habilidad, pues ya han perdido toda esperanza en hacer algo que valga la pena con el mínimo de calidad, para que a alguien más le importe.

A diferencia del perfil de Asesino Serial, en donde sólo el subconsciente quiere ser descubierto, en el Psicópata Torturador la exposición es muy importante. Publican en redes sociales y canales públicos para que la gente los note, pues en la vida real son socialmente invisibles e intrascendentes.

¿Qué hacer contra ellos?

Reportar. Bloquear y eliminar. Como quieras, pero NO LES PERMITAS SABER QUE TE IMPORTAN. Si necesitas mencionar su nombre para promocionar que otros lo bloqueen, asegúrate de hablar de ellos en tercera persona y no respondas a ninguna de sus reacciones.

¿Pueden abrir otro perfil? Claro, pero deberán comenzar de cero en sus visitas, followersconexiones, lo que es sumamente frustante.

Si encuentras un video de tortura en YouTube, abre el link y páusalo de inmediato, así evitarás que «gane» una nueva reproducción. Dale un «No me gusta» y repórtalo por su contenido violento. Si tiene los suficientes reportes y dislikes, YouTube lo eliminará a la brevedad. Si debe eliminar varios videos del mismo autor por reportes, eliminará y baneará a su autor permanentemente, complicándole mucho su «camino a la fama».

Elimina, bloquea, reporta

Si es un usuario de Twitter o Facebook, repórtalo de inmediato, sin agregarlo, sin darle like, sin darle follow, sin enviarle ningún tweet, ni publicar en su muro.

Denúncialos en sus círculos personales, si los conoces. Muchas veces los amigos de la escuela, el trabajo o el vecindario, no saben que tienen entre sus conocidos a una persona de esa calidad, así que trata de evidenciarlos en la medida de tus posibilidades, en sus círculos personales. Es paradójico, pero muchos de ellos buscan exposición mediática con seudónimos o máscaras, porque quieren ser reconocidos a la distancia, pero no «juzgados» por sus familias y su entorno. Si reconoces a algún maltratador, trata que otros lo reconozcan también.

Sandra Segovia, fundadora de Todos Somos Animales y estudiosa del área legal, ha proporcionado también esta información:

Puedes denunciar maltrato animal cibernético si mandas un correo con toda la información o llamas a:

NIVEL FEDERAL policia_cibernetica@ssp.gob.mx | 001800–4403690 Y EN EL D.F. AL 51403690
CDMX gic@pgjdf.gob.mx | denuncia@ssp.gob.mx | 52 41 04 20 y 52 41 04 21 ext. 1151
JALISCO policia.cibernetica@jalisco.gob.mx | 36687978, 36687900 Ext. 18041.
NUEVO LEÓN 089 | 01(81) 2020-6800 | sspnl@nuevoleon.gob.mx

Denunciarlos ante la autoridad es una opción mucho más directa, por supuesto, pero para ello, tendrás que revisar antes:

  • Si vive en una entidad cuya legislación marque como delito la tortura y muerte de animales. No en todos lados es así. En el Distrito Federal sí, pero aún aquí es de reciente adición, así que el proceso aún es hasta desconocido para muchas autoridades, y es lento.
  • Que su perfil realmente tenga información real para localizarlo. Que les encante la exposición no significa que su nombre o «ubicación», sean reales, así que pueden no servirte de mucho.
  • Si en las fotos aparece realmente él. Puede ser muy hombrecito para presumir que lo hace, pero a la hora de defenderse, puede argumentar que las fotos eran falsas, de alguien más, trucadas, bajadas de internet o que él aparece en ellas, pero no hizo nada.
  • Que no pueda tomar represalias en tu contra. La cobardía de sus actos, necesaria para descargar su frustración en animales, puede no afectarle si se junta con más «amiguitos» que le den valor. Y si se trata de demostrar valentía, no habrás hecho nada, excepto arriesgar a que tengamos a un defensor de la vida menos, tú.

En fin, como puedes notar es muy complejo y con muy poca probabilidad de éxito.

Si lo conoces realmente o sabes quién es, sí es importante que acudas con su familia o alguien cercano a él, para exponerle lo que está haciendo. La antropóloga Margaret Mead, ampliamente reconocida en el estudio sociocultural, decía que «permitir que un niño asesine o torture a un animal y se salga de ello sin castigo, es de lo más peligroso que le puede ocurrir», pues es un paso fuerte e importante hacia una psicopatía que podría derivar en lesionar o matar a un ser humano, después. Esto ha sido avalado por la historia y las estadísticas, tanto como para que el FBI vea en este factor un punto de evaluación trascendental a la hora de «dar seguimiento» a psicópatas potenciales. Así también lo estudiaron profundamente las Dras. Linda Merz-Perez y Kathleen M. Heide en su libro Animal Cruelty: Pathway to Violence Against People.

Recuerda: la falta de atención y respuesta es lo que más les duele a estos tipos y les desmotiva a realizar actos que son complicados, como para no haberle afectado a nadie.

Ayúdanos a disminuir estos casos actuando con inteligencia y cabeza fría. La única solución contra la estupidez, es el crecimiento de la cultura.

Bibliografía referencial: Pattison, Stephen. Shame: Theory, Therapy,Theology. Cambridge, U.K.: Cambridge UP, 2000. // José Ovejero. La Ética de la Crueldad. Anagrama, 2003 // Stout, Martha The Sociopath Next Door. New York:  Three Rivers Press, 2006 // Linda Merz-Perez. Animal Cruelty: Pathway to Violence Against People AltaMira Press, 2004
 
 
 

Aprender a ser líder 3: La Manada que aprende unida, permanece unida.


Tercera Parte

No existe un “curso” para aprender a ser líder con tu mascota ni un número de pasos determinados que hagan de ti un líder “graduado”. Tampoco es algo que se aprenda de forma tajante y no se olvide, mucho menos algo que se pueda generalizar. El liderazgo es una actitud que se debe comprender y asumir para vivir con ella siempre que tu mascota esté presente.

Es importante que comprendas el liderazgo como un papel que toda persona está obligado a ejercer frente a sus mascotas, pero no porque seamos “superiores”. Es nuestro deber porque la naturaleza nos otorgó una ventaja de razón, comprensión, aprendizaje y creatividad que debemos hacer valer en beneficio de nuestra familia.

Como humanos formamos “familias”, así es como nuestra sociedad les ha llamado. Como perros y gatos, forman “manadas”, así es como les hemos denominado. En el fondo, son la misma cosa: un grupo de individuos que se agremian por decisión propia, ya sea por conveniencia, por acuerdo o por sentimiento, para recibir beneficios mutualistas.

Dentro de las familias/manadas cada individuo cumple una función y a su vez, las funciones de los demás le ayudan en la supervivencia.

En algunas familias, por ejemplo, Papá trabaja para mantener a la familia, Mamá mantiene el orden y cocina, mientras la función de los hijos es prolongar la existencia de esa familia y prepararse para cuando su papel deba ser el de Papá o Mamá.

Y ese es un esquema tradicionalista, pero lo mismo sucede si los padres no están juntos, si viven lejos, si alguno ya no vive, si los papeles de hombre y mujer están invertidos, etcétera.

Siempre jugamos un papel en la familia/manada y a veces con el tiempo, esos roles cambian aunque los integrantes de la familia se mantengan igual.

Así nos visualiza el perro o gato y saben que al ser parte de la manada tendrán un lugar y un rol, pero es responsabilidad del jefe mostrárselo. El líder asigna los roles, expone los beneficios y fija los límites.

Pongamos un ejemplo:

Estás comiendo, sentado a la mesa. Tu perro te observa y llora, gime, ladra. Para que esté tranquilo le das un poco de tu comida cada cierto tiempo. Le estás diciendo: “Cada que quieras de mi comida, sólo tienes que pedirla”.

Vas a ver el televisor, cuando te diriges al sillón, tu perro se adelanta y se acuesta en el lugar que tú ibas a tomar. Para no molestarlo te sientas en otro lado. Le estás diciendo: “A lo hora de descansar, escoge tu lugar, yo me acomodo en donde tú me lo permitas”.

Es hora de salir, él brinca y ladra en la puerta en cuanto abres él sale corriendo feliz y tú sólo lo vas siguiendo a la distancia. Le estás diciendo: “Tú decides cuándo y hacia donde vamos. Tú nos guías”.

Si juntas las tres actitudes anteriores, podrás darte cuenta que básicamente le estás diciendo, cada día: “Tú eres el jefe, tú mandas”.

Llega entonces el día de ir al veterinario, de recibir la vacuna, de que lleguen visitas a casa y… él no quiere. Llora, ladra o muerde la correa porque no quiere ir. Rasguña y jala lo más fuerte que puede porque no quiere entrar a la veterinaria. Brinca sobre las visitas y hasta es agresivo con ellas.

No tiene un problema de comportamiento, no es un perro agresivo o berrinchudo. Lo único que pasa es que se resiste porque él es el jefe, así que se hará lo que él diga… “o tendremos un problema”.

Tú no puedes obligarlo a hacer algo que no quiere, ir a donde no desea, ni dejar entrar a más individuos a la guarida sin que él lo autorice, porque aquí manda él. Al menos eso es lo que les has dicho cada día con esos “detalles” ¿recuerdas?No lo culpes de tus errores

Por eso “ser líder” no es una opción, es una obligación. No tiene que ver con tu forma de ser o con tu carácter. No es algo para lo que “algunos nacen y otros no”. Cuando se trata de una relación humano – animal, estás obligado a ser el líder, por el bien de tu mascota, y porque aunque un perro o gato sabe convivir con los humanos potenciando la inteligencia y comprensión, es muy difícil que pueda asumir que en las reglas, hay excepciones.

Lo más sencillo para ambos, es ser uniforme, constante. La palabra clave es: Coherencia. Si le permites algo, se lo permitirá toda la familia. Si se lo permites hoy, se lo permitirás siempre. Si tiene un límite, lo tendrá todo el tiempo.

Y el que tu mascota haya asumido tu liderazgo desde siempre, será fundamental para cuando quieras modificar tu manada en términos de sus integrantes.

Las anécdotas de “el perro celoso del bebé recién llegado” no son pocas, pero además, no son difíciles de entender. Un perro no siempre está listo para compartir su espacio y la atención de su líder, pero sobre todo, si no ha comprendido quién es el líder y, por tanto, quién toma la decisión de ampliar la manada, entra en un conflicto mayor.

Aún así, los perros comprenden con gran facilidad cuando se trata de un “cachorro”, por lo que a menos que tenga ya graves problemas de socialización -o incluso problemas clínicos-, no es fácil que reaccione agresivamente hacia un niño.

Pero cuando se trata de un integrante más crecidito, la cosa cambia, sobre todo si es perro y reacciona igual. Con esto tratamos de atacar una duda más o menos constante, que hemos podido observar con nuestros lectores en Animalia Magazine o Animalia Radio: ¿Qué combinación de mascotas es mejor tener? ¿Perro chico con perro grande? ¿Viejito con cachorro? ¿Hembra con macho? ¿De raza o mestizo?

Cachorros encantadoresLos cachorros son la primera opción de la mayoría de las personas cuando piensan adoptar un perro, aunque curiosamente, es quizá la más complicada de las opciones. Un cachorro se ve muy bonito, pero debes tomar en cuenta que crecerá como quizá no lo estás visualizando. La mayoría de los dueños primerizos no considera el tamaño que tendrá de adulto, ni tiene entre sus opciones la posibilidad de que no resulte de la forma, color o carácter que imaginó. Además hay que tomar en cuenta que el cachorro tiene dos tareas: aprender de la vida y aprender las reglas de tu manada. Eso es mucha información y requiere de mucha más paciencia de su líder en lo que la procesa. La naturaleza del cachorro es jugar y conocer todo y a todos cuantos crucen en su camino, por lo que se lleva bien con machos, hembras, viejos, jóvenes y de todos tamaños; sin embargo, no todos se llevan de maravilla con el cachorro. Los “seniors” o viejitos, son menos tolerantes, especialmente los de raza chica, pues un cachorro está “de su vuelo”, pero con muchas más energías. Desde luego, las hembras tienden a aceptar más a los cachorros por su instinto maternal pero no es una regla, menos con las que han sido esterilizadas.

Los Seniors o viejitos, por el otro lado, son los últimos en la lista de opciones para los adoptantes, pero pueden ser una maravilla para las personas que no les gusta hacer gran ejercicio, o no tienen mucho tiempo. Requieren de poco ejercicio -aunque esto no significa que no lo necesiten regularmente- y disfrutan más las tardes largas frente al televisor o a los pies de su líder. Con ellos hay que tomar en cuenta que el veterinario puede estar más presente y que en ciertas etapas ya no puedes enojarte si pierden el control de sus necesidades de vez en cuando. Son poco tolerantes, claro, pero es totalmente falso eso de “perro viejo no aprende trucos nuevos”. Si tu liderazgo es claro y amable, un viejito está dispuesto a seguir, pues ya no tiene mucha necesidad de retar al jefe.

Entre hembras y machos es casi cuestión de gusto, pero tienen ligeras diferencias. Las hembras suelen escoger más claramente el lugar de sus necesidades y tienen relativamente menos energía. Los machos “marcan” su territorio y son más retadores. En ambos casos debes contemplar la esterilización, pero más con las hembras, porque en caso de tener cachorros no puedes zafarte por ningún motivo de la responsabilidad. Por supuesto son más tolerantes entre contrarios, pero también debes enfatizar tu liderazgo si no quieres que un macho asuma como SU hembra a una de sus “hermanas” y empiece a retarte por acercarte a ella.

¿Chicos o grandes?

Entre las razas y los mestizos no debe haber mayor diferencia. Si eres un criador o competidor de exposiciones, quizá te importe mucho la raza, pero no veo el porqué debiera importar si no lo eres. La ventaja con un perro de raza –siempre y cuando el criador sea serio- es que más o menos sabes cómo será físicamente, pero también viene con un paquete de condiciones de salud predispuestas, que generalmente el criador no te platica. Con un mestizo no sabes mucho de su futuro –aunque su tamaño lo puedes adivinar un poco por ciertos rasgos que tu veterinario sabe identificar- pero la ventaja es que en muchos casos es producto de una evolución natural, es decir, suelen ser perros con organismo fuerte, resistente, que ha evolucionado genéticamente para sobrevivir en la calle o viene de padres con esa historia.

En todos los casos, te puedo asegurar que la clave es conocer a cada uno y plantearle tu liderazgo de acuerdo a su carácter, pero DEBES hacerlo.

Si cada uno de los miembros de tu manada comprende que tú eres el jefe, agregar a otro será menor problema, no importa si el nuevo integrante es de la misma especie o anda sobre sus dos pies.

Aprende a ser líder, pero no sólo porque debes hacerlo, sino porque te ayudará a disfrutar más la vida al lado de tus mascotas.

 

 

Esterilización: Mitos y Realidades


Información, no creencias

El siglo XXI ha traído al mundo un avance importante en la economía, en la investigación, la tecnología y muchos rubros más, pero ¿donde ha quedado el desarrollo en la posesión responsable de un animal, el respeto a cualquier ser vivo, el conocimiento sobre esto? Me parece que este tópico ha sido olvidado en algunos sectores y nos hemos convertido en seres cada vez con menor sensibilidad ante el sufrimiento de los seres vivos. Más aún, debemos preguntarnos ¿Hemos sido -o acaso somos–  capaces de enseñar y transmitir el concepto de respeto y cuidado de la vida a nuestros hijos o alumnos, sin importar la especie de la que se trate?

Frecuentemente escuchamos comentarios como los siguientes:

“Me cuesta más el darle atención médica a un animal que someterlo a una eutanasia”

 “Es un animal, no vale la pena invertir en él”

Incluso recomendaciones médicas:

“Su hijo es alérgico y no se sabe la causa, pero seguramente se debe a la presencia de sus animales, deshágase de ellos”

“Si está embarazada y tiene un gato, este no debe permanecer en casa”

Estos ejemplos nos indican que, en muchas de estas ocasiones, hay un desconocimiento sobre los problemas que pueden acarrear los animales al ser humano. Si bien es cierto que existen enfermedades transmisibles de los animales al hombre (fenómeno denominado zoonosis), también es cierto que ya existen medidas que controlan perfectamente este riesgo.

¿Necesitamos más cachorros?

Todo nos lleva al mismo punto: desconocimiento, ignorancia y falta de responsabilidad. Eso nos víncula con un aspecto muy importante en términos de posesión de mascotas: la esterilización. He aquí un tópico común para que la ignorancia se demuestre, por la gran cantidad de cosas que la gente “cree” saber, pero en realidad no se ha tomado el tiempo de investigar.

ESTERILIZACIÓN: EL GRAN MITO

Seamos directos y muy claros: Si usted no se dedica a la crianza formal y responsable de perros o gatos, esterilícelos, ellos pueden vivir normalmente y sanos sin reproducirse.

Existe el MITO de que estos animales deben tener crías al menos una vez, para completar su ciclo de vida o de lo contrario padecerán enfermedades mortales o que se debe esterilizar a las hembras después de su primer ciclo, entre varios más. FALSO, se puede esterilizar a los perros y gatos desde las 8 semanas de edad, sin que esto suponga un riesgo o acarré problemas para su desarrollo posterior. Con esta medida usted ayudará a controlar el serio problema de sobrepoblación canina que tiene nuestro país.

Internacionalmente la Asociación Americana de Medicina Veterinaria (AVMA), una de las organizaciones más importantes a nivel mundial, lo recomienda bajo la siguiente política que cito textualmente:

AVMA policy

The AVMA supports the concept of pediatric spay/neuter in dogs and cats in an effort to reduce the number of unwanted animals of these species. Just as for other veterinary medical and surgical procedures, veterinarians should use their best medical judgment in deciding at what age spay/neuter should be performed on individual animals.

(La AVMA apoya el concepto de castración/esterilización pediátrica en perros y gatos, como un esfuerzo para reducir el número de animales no deseados de estas especies. Igual que para otros procedimientos quirúrgicos, los veterinarios deben hacer uso de su mejor juicio para decidir de manera individual, la edad en la que cada animal puede ser esterilzado)

Algunos mitos frecuentes son:

MITO: Mi mascota va a engordar y se volverá floja.

REALIDAD: Después de la esterilización, efectivamente existe la tendencia al aumento de peso por la falta de movilización de grasa (inducida por la deficiencia de  hormonas esteroides) pero también es muy importante recordar que en la mayoría de los casos, las mascotas son obesas porque sus dueños las alimentan inadecuadamente y no les proporcionan un programa de ejercicio suficiente.

MITO: Es mejor que la perrita tenga una primer camada para que cumpla su ciclo de vida, y después esterilizarla.

REALIDAD: La evidencia médica y la información científica disponible actualmente, indican lo contrario. De hecho, los resultados de años de estudio muestran que las hembras esterilizadas antes de su primer celo, son más sanas que las esterilizadas posteriormente. Actualmente muchos Médicos Veterinarios esterilizan perros y gatos a partir de las ocho semanas de edad.

MITO: Me encantaría que mis hijos experimenten el milagro del nacimiento de los perritos o gatitos.

REALIDAD:  Primero es importante recordar que por lo general la perra y la gata parirían por la noche y en un lugar aislado o de poca visibilidad (asimilando una madriguera) por lo que es poco probable que los niños logren ver el parto. Segundo: el fenómeno puede resultar en una tragedia para la formación psicológica de un niño. Por ejemplo, la presentación de complicaciones al parto, muerte del producto o canibalismo, producen un impacto muy negativo. Finalmente, la enseñanza para el niño debe ser orientada para que aprendan que estos animales a veces nacen por decisión de los adultos y no necesariamente por acción de la naturaleza, por lo que se les debe explicar que el verdadero milagro es la vida ya existente y la responsabilidad que implica el cuidarla, así como a prevenir el nacimiento de animalitos no deseados o abandonados. ¿Es Capricho o un Plan?

MITO: Mi animalito es de raza pura y por lo tanto, lo quiero reproducir porqué será un buen negocio.

REALIDAD: Como se mencionó anteriormente, los únicos ejemplares que deben ser reproducidos por criadores profesionales y responsables, son aquellos cuya función zootécnica es la de ser un ie de cría, los demás deben ser esterilizados. Por otro lado, en países como los Estados Unidos de América e incluso México, se ha observado que por lo menos 1 de cada 4 animales que terminan en un centro de control canino o refugio humanitario, son de raza pura o lo parecen.

MITO: Mi perro es para guardia o protección y si lo esterilizo perderá este temperamento.

REALIDAD: La esterilización no afecta ni cambia el instinto natural del perro para proteger su hogar y a su familia. El temperamento de un perro es más influenciado por la genética y el entorno en el que vive, que por las hormonas sexuales.

MITO: No quiero que mi perro o gato macho pierdan su masculinidad.

REALIDAD: Las mascotas no tienen ni entienden el concepto de la identidad sexual o el ego. La esterilización no produce cambios en este sentido y sobre todo, los animales no presentan crisis de identidad sexual o cambios emocionales relacionados a la misma. Estos conceptos son exclusivos de los seres humanos.

MITO: Amo tanto a mi perro o gato que me gustaría que tuvieran cachorros para quedarme con uno y “perpetuar” su compañía.

REALIDAD: Un perro o un gato pueden ser excelentes mascotas y muy queridas por sus propietarios, pero eso no significa que su descendencia será una copia fiel de ellos. Estudios científicos realizados en especies como el bovino, en los que ganaderos profesionales han seguido y estudiado por generaciones la descendencia de ejemplares excelentes, han demostrado que en muy pocas ocasiones se logra tener un ejemplar parecido a los padres en los aspectos positivos, y que incluso, pueden obtener animales con mayor cantidad de defectos.

MITO: La esterilización es un procedimiento caro.

REALIDAD: Actualmente existen alternativas de bajo costo para llevar a cabo una esterilización. Por otro lado, el costo de la esterilización depende del sexo, la talla y la edad de los animales de compañía, de los honorarios del Médico Veterinario  y de una serie factores. Independientemente del precio, en términos de costo-beneficio, el segundo es mucho más grande si lo prorrateamos entre el tiempo de vida del animalito, ya que la esterilización quirúrgica se realiza sólo una vez y generará muchos beneficios para la salud del ejemplar. Si analizamos los costos que se generan cuando se propicia la reproducción de estos animales, veremos que son más altos. Por ejemplo, la supervisión médica antes, durante y después del proceso reproductivo, la atención médica en caso de la aparición de problemas clínicos asociados a la reproducción y el costo de alimentación y mantenimiento de la camada hasta que se les encuentra un nuevo hogar, lo que claro, podría no suceder, aumentando el gasto.

Finalmente, es importante recordar que si usted no está preparado: No es obligatorio o necesario tener un animal o mascota en casa.

 

Aprender a ser líder 2: El nuevo jefe y el nuevo amigo.


Liderazgo-y-amistad

Sé que si me haces el honor de leer este artículo, no lo haces buscando leer sobre mi vida. Al platicarte cada detalle de cómo he ido creciendo al lado de perros y otras mascotas, mi intención no es que te intereses por mi vida, sino que puedas ver que los conocimientos caninos que hoy puedo tener y compartirte, se adquieren en mayor medida, con la convivencia diaria con los perros.

Hoy me dedico a la búsqueda del conocimiento, a la investigación, al periodismo y al trato canino, pero no siempre mi vida fue así y las mejores lecciones vinieron mucho antes de especializarme por gusto propio en este campo. Por eso, reconozco que el asunto del Liderazgo fue difícil comprenderlo la primera vez que tuve que asumirlo y por eso entiendo que no es tan sencillo ver su importancia cuando se tiene por primera vez a una mascota. Así pues, quiero partir de aquí para explicarte mejor lo que puedes hacer desde el día uno.

Te aseguro que si puedes jugar este rol de líder desde el momento de la llegada de la mascota, será mucho más sencillo el camino de la educación, la adaptación, y por ende, el placer de tener a tu perro contigo.

Mi PRIMER perro, en el sentido completo de responsabilidad y vida, llegó a mí cuando yo era ya un adulto, cuando rebasaba ya los 23 años, es decir, cuando los pretextos y justificaciones por “ser inocente” se habían acabado.

Después de varios años de vivir sin una mascota, sin hacerme responsable más que de mí mismo, mi vida giró un día intempestivamente, cuando mi padre falleció. Cuando esto sucedió, mi hermana y yo asumimos la parte que podíamos de nuestra adultez sin el maestro de vida que fue Papá, mientras Mamá luchaba por no demostrar que se sentía absolutamente incompleta sin el gran amor de su vida.

Sería falaz tratar de explicarte lo que viví en ese aspecto, pero puedo compararlo de manera simplista y reduccionista con tener un vacío en el cuerpo. Como si un trozo completo de mi tórax hubiese sido arrancado de manera permanente, restándome estabilidad para caminar, quitándome seguridad para actuar y haciéndome sentir vulnerable todo el día, todos los días.

Pasé poco más de un año así, hasta que una tarde de enero, justo antes del Día de Reyes, apareció en mi vida un Labrador Chocolate adulto buscando sobrevivir tanto como yo.

Un estimado amigo lo había rescatado de su casa, en donde por no poder darle más atención, lo iban a “dormir”. Chuck era en ese momento un perro sano y fuerte, de menos de 4 años de edad, activo, curioso y sumamente cariñoso. Confiaba en la gente y no tenía ninguna agresividad contenida. En fin, era el perro ideal para cualquier persona, pero sobre todo, era el candidato menos adecuado para la eutanasia. Su único problema era ser grande y requerir compañía. Esa era la “enfermedad” por la que su familia anterior consideró sacrificarlo.

Aún recuerdo perfectamente oír a mi hermana llamarme desde la calle. Sin entender lo que necesitaba, bajé para encontrarme de frente con el Labrador Café más hermoso que hubiese conocido jamás. Poco me importó preguntar su procedencia. Sentía una cosquilla, como cuando una gran oferta de vida se presenta. Esa tentación imparable de tener algo, de tomarlo en ese momento sin pensar en lo que viene después.

Habré escuchado un par de minutos la historia de Chuck de voz de su rescatista, cuando me hinqué sobre mi rodilla derecha para estar a su altura y saludarlo. Él de inmediato se acercó a mí, oliendo mi mano y quedándose quieto frente a mi cara. Abracé su cabeza, tomé su correa y después de dudar un minuto, dije que debíamos subirlo a casa.

Chuck dudó mucho menos que yo. Como si supiera que su vida podía salvarse en ese instante, subió las escaleras de mi edificio, siguiéndome hasta nuestro departamento. Entramos a casa y no parecía muy preocupado por el entorno. Me acompañó sin problemas hasta mi cuarto en donde se acostó a mi lado en la cama. Lo acaricié cuanto quise, y aunque quizá ahora pueda confundirme un poco por el enorme amor que le tengo, podría decir que desde ese momento sabíamos ambos que debíamos estar juntos.

No sólo era un perro en casa, era un Labrador adulto, un perro tan grande que caminar de un lado a otro no le bastaba para sentir actividad. Ocupaba la mitad de mi cama y desde luego no había otro lugar en donde podría dormir.

Prepárate para compartir TODOEsa misma tarde tomé a Chuck, lo subí a mi auto y lo llevé de paseo conmigo, para ausentarlo el mayor tiempo posible de casa y que las ideas de mi mamá no se concentraran en negarse.

Para mí es uno de los recuerdos más queridos de mi historia reciente, pero hay que reconocerlo: fue algo imprudente.

Un perro adulto, especialmente de tamaño mediano, grande o gigante, puede ser riesgoso la primera vez que se conoce si no se trata con cuidado. Todo salió de maravilla para la historia entre Chuck y yo, pero cometí algunos errores que se deben evitar para reducir riesgos:

1.- Nos conocimos en la calle, ahí fue nuestro primer encuentro, pero pasé muy rápido a meterlo a casa. Independientemente de la zona de la ciudad en donde suceda (si le es conocida al perro o no), el campo abierto puede ser neutral, al menos mucho más que la guarida. Si hubo una buena primera aproximación, hay que tomarse el tiempo ahí mismo de conocerse más, sin forzar al perro a verse encerrado en un entorno desconocido.

Algunos perros, especialmente los que han sido maltratados, pueden tomar esto como una forma de “captura”. Entrar a un lugar desconocido, con las salidas bloqueadas y con olores que no identifica, lo pueden poner muy nervioso y a la defensiva.

Si usted conoce o encuentra a un perro adulto en estas condiciones, dese el tiempo de realmente conocerlo ahí mismo, de acompañarse de él en un caminata, a reconocer aún mejor la zona, los olores, las vueltas, el panorama. No hay prisa.

2.- Segundo error: Lo subí a mi auto, a mis espaldas, cuando no llevábamos más de una hora de conocernos. Yo no sabía como reaccionaba él en un automóvil. Podía haberse mareado, sentirse más aprisionado aún o asustarse por el movimiento, reaccionando frenéticamente en busca de la ventana o hasta agresivamente contra mí, mientras conducía.

El viaje en auto debe ser un momento bueno, por sentirse acompañado del amo en quien confía, pero esto no siempre sucede desde la primera vez. También hay que tomarse el tiempo para ver cómo reacciona la nueva mascota. Subir y bajar del vehículo un par de veces sin arrancarlo ayuda mucho, pues lo ayudará a notar que no hay una amenaza dentro de él, que es un lugar al que usted accede sin preocuparse y que puede verse libre del lugar sin demasiada lucha. Además, si es un perro acostumbrado a vivir en un patio, alejado de ruidos fuertes, el mismo sonido del motor le puede espantar. Déle tiempo, como siempre: Paciencia.

Esa misma tarde, estaba en un parque con él, disfrutando al aire libre de un nuevo y valiosísimo ser del que no me quería despegar. En cuanto bajamos del carro y empezamos a caminar, jaló con toda su fuerza hacia algún árbol. Después cada giro del paseo fue un juego de fuerza.

Él era dominante y yo no sabía liderarlo. Yo suponía que debía dejarlo ir por delante, pues para mí era la imagen del perro común, el de película, sin saber que estaba confundiendo papeles desde el primer día.

Además Chuck era un perro que no sabía socializar con otros miembros de su especie. Un perro que socializa correctamente se controla ante otros, establece su postura (dócil y dominante, o humilde y baja) y socializa. Un perro frenético llegará con una postura erguida, tratando de imponer, y aunque lo haga moviendo la cola y con alegría, invadirá el espacio del otro perro con una gran posibilidad de molestia. Esto es un detonante natural para un enfrentamiento.Establece jerarquías

No castigamos o corregimos a un perro frenético por ser alegre, sino por acercarse con demasiada autoridad y con intención de imponerse a la fuerza al otro perro. Debemos recordar que desde el primer momento somos nosotros los líderes, porque además tenemos que ser coherentes: ¿Quién escoge el lugar a donde van a pasear? ¿Tú o él? ¿Quién decide la hora a la que llegan? ¿Y se quedarán ahí hasta que él quiera?

Si tomas todas esas decisiones, si no le vas a permitir pelearse, comer lo que encuentre tirado ni molestar a otras personas –o perros-, entonces eres el líder. No se vale ser incoherente frente a él y pedirle obediencia un rato, pero cuando nos da flojera asumir el liderazgo, lo dejamos hacer lo que quiera.

No hay tal cosa como un “perro en libertad”. El perro es un animal domesticado por el hombre hace miles de años, probablemente el primero en la historia, así que no necesita “sentirse” silvestre. Puede asumir las reglas y está dispuesto a ello. Durante el paseo nuestro perro no debe ir por delante. La mayor parte del tiempo, si no es que toda, debe ir a tu lado o ligeramente tras de tí. Esto es un indicativo de liderazgo.

En las manadas de lobos el líder rebasa a los demás siempre por una cabeza. Él indica cuál es el camino. Si se detiene, los demás lo hacen también. Si no comienza un ataque, los demás tampoco. Y así con todas las actividades. El líder manda.

Por supuesto, te confieso, ese primer día con mi nueva mascota no existió ninguno de estos consejos puestos en práctica. Yo estaba feliz con un perro que parecía quererme desde el primer día y sólo quería disfrutarlo, hiciese lo que hiciese. Esto hizo que después, educarlo y corregirlo fuera doble trabajo, pues Chuck tenía ya “costumbres” en esta familia, que cuando fue necesario modificar, estaban un poco más arraigadas.

Te recomiendo algunos puntos para poner en práctica, que le ayudarán a tu mascota a comprender tu liderazgo:

  1. A la hora del paseo, espera a que se sienten y traquilicen frente a la puerta, antes de salir. Esto premia su autocontrol, no su frenesí.
  2. A la hora de comer, no te sientas mal porque te vean alimentarte primero. El jefe de la manada siempre se alimenta antes, los demás lo respetan, no le roban comida por ningún motivo y su premio por ser pacientes, es ser alimentados después.
  3. Al dormir, que tu mascota tenga un lugar bajo es lo ideal, pero si de todas formas quisieras que durmiera en tu cama, evita dejarle que se acomode en donde deseé. Muévelo con firmeza y seguridad a los pies, a un lado o donde te sea cómodo a tí. El líder escoge, los demás se adaptan.
  4. Al relajarse, el sillón es TUYO. Si permites compañía, será cuando tú lo decidas, no cuando te chillen o ladren. En el asiento, tú debes estar cómodo y si sobra espacio, lo puedes compartir.
  5. Si los dejas solos en casa, no te despida con mil besos antes de salir. Unos minutos antes de realmente irte ni siquiera los tomes en cuenta, para que lo vean normal y no vayan incrementando tensión. Pero sobre todo… NO REGRESES si lo oyes chillar o ladrar, eso sería un premio y te haría un amo muy obediente.

Esto no reduce el amor por tu mascota ni es para dejar de apapacharlo. ¿Te fijaste que son consejos útiles para un perro que duerme en la misma cama, se sube al sillón, sale de paseo y no vive en el patio?

Ante todo, recuerda:

El liderazgo se ejerce todo el día, todo el tiempo, pero no es para ser superiores a la mascota, sino para hacerle comprender que tú le ordenarás cosas por el bien de todos y no tiene caso discutirlas.

Si no quieres ser líder de tu mascota, entonces deja de quejarte cuando haga berrinche o sea gruñón y prepárate para que él decida cuándo ir al veterinario, a qué hora pasear y, seguramente, prepárete para comer croquetas, pues no creo que el otro líder te deje comer la carne jamás.

Animalia 24

Este artículo, en su versión original y completa, pertenece a la serie Aprender a ser Líder, publicada en Animalia Magazine No. 14, 15 y 16. 
 
 
 
 
 
 

Aprender a ser Líder. El Lobo que todos llevamos dentro.


Un líder lo es permanente. No hay días de descanso o vacaciones, porque no es un trabajo, es una actitud frente a nuestra mascota. No hay trucos, palabras mágicas o silbidos que otorguen el liderazgo. Se debe establecer con la vida diaria, demostrando y comportándose como un jefe al que el perro admira, no al que le teme.

Para comprender realmente a detalle cada momento del liderazgo, podemos remitirnos a los instintos primarios del perro y contextualizarlos en nuestra vida cotidiana.

Empecemos por hablar del liderazgo dentro de la madriguera. Debemos entender, primero, que para ellos no somos “humano y perro”, para ellos somos todos individuos de una misma manada, con diferencias anatómicas que no hacen una diferencia significativa. Para el perro de la familia, él pertenece a esta porque tiene techo y comida en el mismo lugar que nosotros y que le proporcionamos nosotros, con lo que le estamos dando importancia y un lugar.

Por eso mismo, el perro está más dispuesto a obedecer límites y evitar enfrentamientos: quiere quedar bien y mantener su lugar en la manada, y sí, porque tiene sentimientos de apego y cariño por nosotros.

Es por eso que el que pueda dormir al lado de una cama o en una zona de la habitación que otro miembro comparta, le ayuda también a la mascota. Estar ahí evita que se sienta relegado, separado. Lo integra más. Imagina a tu perro, crecido, durmiendo a los pies de la cama de tu hijo, en su propia cama o cobija. Mantén esa imagen, volveremos más tarde a ella.

El perro es un cánido, descendiente directo y muy cercano aún de los Lobos, los que son animales con una gran concepción de Sociedad.

La mayoría de los lobos, establecen una jerarquía dentro de su familia y la respetan durante largos periodos de tiempo. Perros y lobos son protectores y territoriales por naturaleza, respecto a su manada son inteligentes y respetuosos.

Algunos estudios han llegado a demostrar manadas de lobos que comprenden como “su territorio” extensiones de cientos de kilómetros. Desde luego, para una manada de 8 o 10 miembros (que es el promedio, aunque hay algunas de hasta el doble), cubrir todo este territorio permanentemente es imposible, porque lo que establecen prioridades. O sea, su territorio para vivir y cazar, puede ser de 100 kms. a la redonda, pero sólo lo vigilan cuando es necesario y cuando ya han asegurado un perímetro de quizá 50 kms. Aún así, si este se ve en riesgo por otra manada o por otro tipo de predador, irán cerrando su campo de acción hasta poner, primero, por encima un par de kilómetros alrededor de su madriguera.

La madriguera misma está generalmente emplazada en un lugar que tenga sólo una salida. El Lobo comprende que el cachorro está indefenso y que en caso de ser atacada la base, es más complicado cubrir dos frentes, por lo que prefieren exponer la vida de los adultos defensores que la seguridad de los cachorros.

Entonces pues, reconocen con claridad algo así como su zona de prioridad –La madriguera y algunos metros alrededor-, su zona de seguridad –los kilómetros cercanos en donde hay comida y alimento- y su zona de confort –el mayor territorio posible, en donde sólo en condiciones ideales de seguridad se aventuran-.

Además, su estructura jerárquica no es muy ajena a nosotros. Para ellos no hay sólo un jefe, sino una Pareja Alfa. Macho y hembra, los más fuertes de la manada, aseguran la estabilidad reproductiva y mantienen un equilibrio. Ellos los que tienen la última palabra sobre las disputas y pueden terminar con una pelea. Además controlan la comida y deciden si es necesario trasladar a la manada a otra madriguera o incluso, a otro territorio.

El resto de la manada, dependiendo de sus características, asumen otros roles. Casi en todas las manadas de lobos la cacería y cuidado de los cachorros se reparte por igual, pero en ciertos momentos se establecen roles definidos.

Por ejemplo: Imaginemos un escenario en el que otros lobos extraños atacan a una manada. Esta, tras defender la madriguera y cuidar la seguridad de los cachorros, deben contraatacar y perseguir a los trasgresores derrotados hasta una zona lejana. En dicho caso, las hembras y quizá algún macho, se mantendrán en la madriguera aún después de haber rechazado a los intrusos, mientras el resto inician la persecución.

Puede suceder que algunos machos se vayan deteniendo en el camino, pero no por cansancio, sino para mantener un control de zona, en caso de que algún enemigo rezagado vuelva a intentarlo. Usualmente, hacia el final de la persecución, sigue el Macho Alfa con algunos otros individuos. Esta forma de ahuyentar, ya sea que alcancen a los intrusos o no, puede llevarlos a vigilancias de hasta 200 kilómetros a la redonda.

¿De qué nos sirve saber todo esto sobre los lobos cuando tenemos sólo a un perro? Sirve al comprender el principio inicial: para el perro, él no es sólo uno de su especie, son tantos como la familia incluya, perros o humanos.

Podemos extrapolar muchos de estos instintos lobeznos a nuestros perros, aunque claro está que los miles de años de domesticación han cambiado algunos y suavizado otros. También las diferencias de raza hacen diferencias de carácter, cierto, pero en todos subsiste el sentido de familia. No hay perros solitarios, en todo caso, hay algunos perros que no han aprendido a socializar correctamente, y esto debe y puede ser corregido.

Y con esto, es muy fácil encontrar las ventajas de que la convivencia con el perro de la casa, sea aún más cercana. Además de los beneficios que tiene el perro, el niño gozará de muchos más. Pero estos puntos los platicaremos en la próxima entrega.

Hasta entonces.

Chocolate: ¿Placer o peligro?


En esta ocasión, platicaremos un poco sobre el efecto que puede tener el chocolate en nuestros perros y gatos. Como es bien sabido, a la mayoría de los perros les gustan los sabores dulces, incluyendo por supuesto el del chocolate, mientras que los gatos, no los encuentran tan sabrosos y por lo general los rechazan, pues curiosamente prefieren los alimentos con sabores ácidos.

Pues bien, el chocolate contiene una metilxantina de tipo alcaloide denominada teobromina que al consumirla en grandes cantidades, es tóxica para los perros, gatos y otros animales.  En los alimentos para personas, se encuentran comúnmente tres compuestos de metilxantina: la cafeína, la teofilina y la teobromina.  La cafeína se encuentra fundamentalmente en el  café, té y las bebidas de cola, mientras la teofilina principalmente en el té. La teobromina es la metilxantina más abundante que se encuentra en el cacao (Theobroma cacao) y por lo tanto, en los productos de chocolate.

Los principales sitios de acción de las xantinas en el organismo, son el sistema nervioso central, aparato cardiovascular, riñones, músculo liso y musculatura esquelética. La teobromina en particular, actúa como relajante del músculo  liso, como vasodilatador coronario, diurético y como estimulante cardíaco.

Afortunadamente no son frecuentes los casos clínicos de perros intoxicados con teobromina, pero cuando se presentan se consideran como una urgencia clínica, ya que esta intoxicación puede causar la muerte. El perro es extraordinariamente sensible a los efectos fisiológicos de la teobromina porque  la tasa de metabolización de esta substancia en su organismo es baja, lo que produce un aumento de la vida media (tiempo que el compuesto se encuentra en la sangre) en la circulación sanguínea y en los tejidos, debido a que la desintoxicación hepática es lenta. Se estima que esta substancia permanece circulando en la sangre alrededor de 18 horas en los perros adultos, mientras que en las personas es de 6 horas y por ejemplo, en las ratas, es de tan sólo 3 horas.

Diversos factores, tales como la sensibilidad individual a la teobromina, su forma de administración, la presencia en el momento de la ingestión de otros alimentos en el aparato gastrointestinal y las variaciones en el contenido de teobromina en los diferentes productos de chocolate, pueden condicionar la susceptibilidad individual del perro al envenenamiento por chocolate.

Los perros con problemas de salud, especialmente aquellos que sufren de epilepsia, son más susceptibles a la teobromina. Puede ocasionar ataques epilépticos en perros con predisposición a dicha enfermedad. El tamaño del perro también es un factor relevante, siendo el efecto de la teobromina proporcional al mismo, por lo que la toxicidad se mide en miligramos de teobromina por kilogramo de peso corporal.

Una ingesta igual o superior a 90 o 100 miligramos por kilogramo de peso corporal puede producir toxicidad en el perro.

La concentración media de teobromina en el chocolate es alrededor del 1.22%, sin embargo, el contenido medio de teobromina en el cacao comercial sin endulzar es del 1.89%, lo que hace suponer que el contenido de teobromina es muy alto en todos los productos de chocolate consumidos habitualmente. Al añadir al chocolate azúcar, mantequilla de cacao o leche, para endulzarlo, el contenido de teobromina se diluye significativamente.

La intoxicación con chocolate produce en el perro vómitos, diarrea, jadeos, inquietud, taquicardia, ataxia, temblores musculares, hiperactividad o abatimiento, incontinencia urinaria, aumento de la diuresis e incluso puede provocar un colapso múltiple, lo que puede provocar la muerte del animal.

Por otro lado, también puede causar arritmia cardíaca, especialmente si el animal está excitado, la que puede derivar en un infarto de miocardio que puede ser fatal. Por otra parte, produce irritación del tracto gastrointestinal y, en algunos animales, puede causar hemorragias internas, las que, en algunos casos, pueden llegar a producir la muerte en el lapso de aproximadamente un día. El inicio de crisis motoras generalizadas, en la mayoría de los casos, tiene un mal pronóstico y con frecuencia es un indicador de un caso mortal. Los signos de intoxicación se pueden presentar después de cuatro a cinco horas de haber ingerido el chocolate.

Desafortunadamente para el tratamiento de la intoxicación por teobromina, no existe un antídoto eficaz, solamente se trata al animal en forma sintomática, induciendo como primera medida el vómito lo más rápidamente posible y se realiza un lavado gástrico administrando carbón activado para tratar de eliminar el tóxico del organismo evitando así una mayor absorción intestinal hacia la circulación general,

Si la ingesta de chocolate del perro se limita estrictamente a pequeños regalos ocasionales, no existe un alto riesgo de toxicidad por teobromina.  En algunas de las publicaciones que existen al respecto, se ha informado que generalmente los casos que se presentaron por intoxicación con teobromina, fueron perros que ingirieron en forma accidental grandes cantidades de chocolate.

Finalmente, no olvidemos que si los perros tuvieran la oportunidad de consumir grandes cantidades de chocolate, lo harían muy fácilmente, por lo que la recomendación en este sentido es que todos los alimentos que contengan este ingrediente, deben guardarse en lugares inaccesibles para ellos y por supuesto nosotros como dueños responsables, evitar proporcionárselos.

¡Hasta la próxima!

Imágenes y frases con ganas de ser CULTURA.


Como muchos saben, tengo la fortuna de colaborar desde hace un tiempo en la revista Animalia Magazine.

Digo «la fortuna», porque poder hacer de lo que te gusta un modus vivendi es algo inigualable. Los últimos 7 años de mi carrera como periodista y productor, los he dedicado a los animales, y con ello he podido aprender mucho sobre ellos, sobre lo mucho que hace falta, lo que necesitamos como sociedad y la esperanza de que esta cultura siga creciendo.

Por ello es que unimos el trabajo de Animalia Magazine con el de este blog, para que los esfuerzos se unieran y llegáramos a más gente, con reportajes, datos, noticias, programas o acaso pequeños chispazos de cultura animal que vayan haciendo poco a poco su camino entre la gente.

Hoy les comparto esta sección que me encanta, diseñada por el equipo Animalia, con imágenes que bien pueden terminar en la pantalla de tu compu o en donde quieras.

Quizá algún día una buena frase con un animal, sea más popular que un meme.

 

¡Ve a Kroketas!