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Aumenta el secuestro de mascotas en México


En los últimos años ha aumentado una modalidad delictiva respecto a los animales de compañía en México.

Si bien en Red Animalia hemos reportado este problema creciente desde 2013 con el reportaje sobre estrategias para combatirlo, ha sido hasta 2017 y 2018 que los medios de comunicación tradicionales han puesto mayor atención en esta penosa situación.

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Los números son claros:

En 2013 recabamos 174 casos.
En 2014 recibimos denuncias por 188 casos, lo que significó un crecimiento del 8% respecto al año anterior. Esta tendencia se mantuvo hacia 2015, año en que nos denunciaron 208 casos, es decir un aumento del 11%.

El mayor impacto fue para  2016, con 256 casos (23% más que el año anterior) y  en 2017 se pudieron registrar 311 (+22% contra el año anterior) denuncias catalogadas como extorsión o secuestro. En el año pasado, sólo 108 de esos casos (34%) regresaron o fueron encontrados en la calle después de haber entregado alguna cantidad de dinero. 12 de esas 311 se reportaron como robo a mano armada.

Sin embargo, debido que las autoridades se han tardado demasiado en dar la importancia adecuada a este tipo de denuncias, la frecuencia con la que la gente acude a estas es mucho menor que la frecuencia con la que ocurre. A través de nuestra redes y páginas, en Red Animalia hemos podido recabar la información de casos ocurridos en CDMX y Área Metropolitana, y ayudamos con asesoría al respecto en la medida de nuestras posibilidades.

En el afán de dar mayor luz a este delito, y hacerlo tan visible e importante para que las autoridades pongan mayor atención, queremos recabar información sobre este delito con las siguientes encuestas.

La información de estas preguntas es ilustrativa y no necesita datos personales.

Si necesitas información, apoyo o ayuda con algún caso específico, por favor comunícate con nosotros al correo redanimaliamx@gmail.com o participa con nosotros en los comentarios.

¿Por qué se pierden los perros?


Durante los años 2013 y 2014, en colaboración con el grupo activista Red Mascota Multimedia, realicé un pequeño estudio estadístico, que nos presenta un panorama sobre los factores más comunes presentes en el extravío de mascotas.

¿Por qué se pierden? ¿En que condiciones? ¿Cuáles se pierden más?

Por supuesto estas respuestas no son absolutas ni garantizan nada, ni bueno ni malo. Lo único que nos permiten es vislumbrar algunas de las cosas que se presentan con regularidad y que por ende, se pueden evitar para reducir el riesgo de que nuestro perro se pierda; o en caso de que ya lo haga, ayudarlo a que regrese.

Ningún estudio estadístico formal maneja una muestra de 273 casos, por lo que no lo presentamos con una formulación detallada que lo avale. El problema es que en materia de mascotas, en México (y en general en América Latina), casi todo es especulativo. No hay datos, no hay números.

A esto hay que sumarle lo complicado que es recabar esta información. Primero, cuando se ha perdido tu mejor amigo, no tienes ánimos de nada, mucho menos de contestar una serie de preguntas que te recuerdan el hecho o te hagan repasarlo en la mente. Después, darle seguimiento es difícil, pues aún las personas que amablemente nos aportaron datos para esto, cuando regresó su mascota estaban tan felices que olvidaban reportarnos el dato o ya no estaban interesados en hacerlo.

Y ahora sí, sin más, aquí los resultados:

Como dije, el número total es de 273 casos, seguidos a través de un año. De estos, 115 eran mestizos (42%), mientras 158 parecían o eran de raza (58%). Esto era sólo ilustrativo al principio, pero se volvió interesante con los resultados posteriores.

Me asombra que del total, sólo 110 tenían placa de identificación, 113 sólo collar traían, sin placa (lo que no sirve de mucho) y 50 no traían ninguno. En verdad tenemos que poner atención en ese aspecto tan sencillo y tan útil, sobre todo porque esta es la diferencia que hace una placa:

La importancia de la placa

De ese tamaño es la importancia de una placa de identificación. Muchos, aunque nos preocupamos por lo perros de calle, no prestamos tanta atención a un perro que no trae collar o correa, mientras no se vea lastimado, pues sabemos que no tenemos espacio o recursos para atender a todos, así que nos concentramos en los más necesitados. Un perro que se ve sólo y ansioso, con placa de identificación, es un alerta inmediata, porque sabemos que puede ser un problema resuelto en poco tiempo.

¿De quién es la culpa? Eso sólo serviría para hacer un reproche o flagelarse, nos importaba más saber en qué condiciones ocurrían los extravíos. La mayoría son descuidos basados en el exceso de confianza. En la TV y el cine aparecen personas felices que corren por el parque con sus perros libres, y quizá queremos emularlos, pero eso sólo eleva el margen de riesgo de perderlo. El porcentaje es muy elevado en esas condiciones:

Paseando sin correa

De los 140 que sí regresaron a casa, 90 eran mestizos (64%) mientras 50 eran de raza (36%). Esto puede responder a los escrúpulos de algunas personas y sus ganas de «quedárselo», cuando lo encontraron. Sin embargo, aún más significativos fueron los resultados sobre la procedencia de la mascota:

¿Adoptar o Comprar?

Varias razones pueden influir para esto, pero de las más importantes serían el sentido de sobrevivencia del mismo perro y su inteligencia en la comparación de escenarios. Es decir, si es un perro que ya sufrió lo que es estar en la calle, con la incertidumbre de refugio y alimentación, valorará mucho más llegar a una nueva casa, así es que cuando se aleja de su dueño o lo pierde de vista, estará más atento a mantenerse cerca de los olores familiares y se esforzará por recordar ruidos o imágenes que le ayuden a regresar. Además suelen ser más inteligentes para evitar grandes avenidas, no bajarse de la banqueta o sobrevivir mientras son encontrados, amén de que son más propensos a ser ayudados por alguien, menos nerviosos, huyen menos y permiten más contacto humano.

Aún hoy muchas personas abren la puerta y permiten que su perro salga a la calle sólo, para hacer sus necesidades, y regrese cuando quiera. Esto, además de sumamente irresponsable respecto a los desechos del perro (¡qué cómodo no enterarte en dónde hizo! ¿verdad?) es echarse un volado diario, esperando que nada externo afecte al perro y lo haga alejarse lo suficiente para no encontrar el camino. No confíes en la frase «ya regresará». Los números, al menos, no favorecen a esa idea:

Ayuda en comunidad

El que un perro perdido no esté en los alrededores, no significa que debas empezar a rendirte. De hecho, la mayoría de los regresos ocurrieron cuando el perro se había alejado más:

¿En donde andabas, vago?

¿Y cómo regresaron? En estos tiempos muchos ponemos toda nuestra apuesta en internet. Las consultas académicas, los servicios que buscamos, los datos y direcciones cualesquiera. Pero no todo el mundo se mueve así. No sobreestimes el poder de las redes, ni subestimes el poder de un papel impreso. Este resultado nos dice mucho sobre ello:

El poder del cartel impreso

Al final del día, buscamos pretextos y culpas, tanto como queremos encontrar razones para decir que a nosotros no nos pasará. Si crees que las circunstancias tienen que ser «especiales» para que tu perro se pierda, te equivocas.

Por ejemplo, sólo 38 casos fueron extravíos mientras «alguien más» lo paseaba o cuidaba, el resto, 235 casos (86%), ocurrieron ante la responsabilidad del dueño más directo o íntimo.

Por otro lado, sólo 55 ocurrieron mientras pasaba algo anormal, como un accidente, una multitud, un escándalo o una pelea, es decir, en condiciones «anormales». El resto, 218 casos (80%) ocurrieron en un día común, tranquilo, por lo que los dueños aceptaron que se trató de un descuido de su parte.

«Ah, pero es que mi perro ya sabe andar en la calle, ya está acostumbrado» quizá has pensado. Bueno, tampoco es un factor decisivo:

¿Sabe andar suelto?

Si nunca llevas suéter, la posibilidad de que un día te de frío, se eleva. Así de fácil. Si nunca le pones la correa, la posibilidad de que se pierda, se eleva. Y si nunca camina suelto y un día quieres que así sea, empieza por soltarlo en espacios controlados, con una sola salida o cerrados, con más de una persona que te ayude a cubrir las vías de escape. Esa sensación de «libertad por primera vez» puede ser riesgosamente exacerbada.

¿Qué motivos los hicieron correr, alejarse y perderse? Aquí no hubo mucha diferencia:

  • 49 salieron corriendo tras un gato, rata, ardilla u otros perros. 21%
  • 54 se asustaron con un claxon, escape, gritos o fuegos artificiales. 20%
  • 41 sencillamente empezaron a acelerar «sin razón». 18%
  • 46 se asustaron por otra persona que los provocó o los quiso alejar. 17%
  • 44 sencillamente se perdieron de la vista. 19%.

Esto no alivia en nada, al contrario, dice que los motivos son tan variados que las posibilidades son similares, y muchas. No puedes adivinar lo que sucederá, no puedes controlar todo el entorno, así que atento en los demás factores.

Y la condición de vida de los perros, también influye:

La fuerza de la familia

Los perros «únicos» parecen más propensos al extravío. Es la fuerza de cohesión que te otorga una manada. El sentido de pertenencia y de seguridad se eleva mientras haya más miembros, así que la inseguridad al alejarse de la manada es mayor. Entre «hermanos» se cuidan, se ladran, se llaman y hasta se «regañan». Finalmente, un perro que en todo el día no ve otros perros, se emocionará más al encontrar amigos caninos en la calle, por lo que la reacción puedes ser más intensa. Una razón más para que abras la puerta a más de un peludo.

Las edad pueden no ser tan relevantes, pero al final son un factor interesante para que seas más cuidadoso durante cierto tiempo. Por supuesto, la edad te da sabiduría, así que mientras más jóvenes e impetuosos, mayor riesgo:

  • 147 tenían entre 6 meses y 3 años. 54%
  • 123 tenían entre 3 y 8 años. 45%
  • 3 tenían más de 8 años. 1%

Por supuesto todos estos resultados no garantizan un comportamiento definido, pero desde luego podemos decir que, por ejemplo, tiene muchas menos posibilidades de extraviarse:

Un perro adulto, adoptado, parte de una familia en donde hay 3 o más perros, que pasea con correa.

Y si ya sucedió, es más fácil que regrese a tí, si:

Traía placa,  era adoptado, mestizo, los buscas más allá de tu propia colonia, pones carteles y usas las redes.

Pero esto funciona sólo estadísticamente. Los casos son individuales, y si te ha pasado, no debes rendirte, esa es la clave. De hecho, en uno de los casos más increíbles, el extraviado en cuestión regresó a casa  casi 1 año después, cuando aquellos que lo encontraron vieron un cartel de «se busca» y llamaron, aún cuando ellos vivían a casi ¡20 kilómetros! de donde se había extraviado el perro.

Respeto completamente a quien no quiso responder el cuestionario sobre su caso, y deseo de todo corazón que su mascota haya regresado o esté próxima a hacerlo. Cuentan con nosotros y nuestras redes para difundirla, como siempre.

Y a quienes se tomaron la molestia de aportarnos datos mientras pasaban por ese trago tan amargo, caramba, MUCHAS GRACIAS. Es muy importante crecer en términos de información, y ustedes han contribuido mucho a ello. Con suerte, evitaremos algunos extravíos con la difusión de estos resultados.

Si tú no fuiste parte de nuestro campo de estudio, aún nos puedes ayudar, contestando las siguientes preguntas. Serán de mucha ayuda tus respuestas:

Visita El Croqueton

14 Cosas que hacer ante el ROBO, SECUESTRO o EXTORSIÓN


Constantemente recibimos denuncias civiles de robos y secuestros de perros -especialmente, aunque también algunas de gatos-, que aunadas a los casos extraídos de nuestro estudio sobre Perros Extraviados, en donde el extravío deriva en Extorsión, nos llevó a conjuntar los datos obtenidos, en busca de consejos que reduzcan las posibilidades de que te pase a tí o a alguno de los tuyos.

Aparentemente, con la creciente cultura de amor animal en metrópolis como la Ciudad de México, algunos cobardes e inútiles que no supieron hacer algo provechoso de su vida, se han dado a la tarea de robar mascotas para luego pedir un rescate, o en algunos casos, usarlos como reproductores.

En cualquier caso es terrible, por lo que hicimos mesa redonda algunos de los autores de esta página y colaboradores de Animalia Magazine y he aquí lo que resultó:

Para disminuir las posibilidad de que suceda:

1.- No presumas su RAZA.

Ya de por sí es bastante negativo seguir calificando de «mejor» a un perro porque es de Chihuahua Mixraza pura, pero para este caso, si dejas de presumir que tu perro es «puro»o que tiene «pedigree», o que sus papás «son campeones» y más bobadas del estilo, reducirás su atractivo ante los que quieran robarlo para criaderos clandestinos. Incluso es mejor si, aún si tu perro «parece de raza», le digas a los demás que «da el gatazo» o «salió bonito» pero realmente es una mezcla. Especialmente, si te pregunta un desconocido en la calle, invéntale que tiene problemas de piel, que es asmático o que salió con la cadera chueca y lo tienes con tratamiento permanente.

Es tan simple como el por qué no andas en la calle gritando que tu reloj es muy caro, que hoy acabas de cobrar o que tu carro es nuevo y no trae localizador GPS. Guárdatelo para tu familia.

2.- Presume que lo ADOPTASTE.

Aún si no es cierto, es mejor presumir que lo recogiste de la calle o lo adoptaste de un albergue. La gente tiende a creer que quieres más a las cosas por las que pagaste más, así que si lo compraste por X cantidad, «seguramente estarás dispuesto a pagar otra similar o mayor» por recuperarlo. Si puedes, adereza la historia con cosas como que «era muy agresivo y lo tuviste que rehabilitar». Los ladronzetes no quieren problemas, por eso entre una persona con paraguas y una sin él, asaltarán a la segunda casi el 100% de los casos.

3.- Presume que tiene CHIP.

Deberías ponérselo, pero aún si no lo has hecho dile a todo el mundo -menos al veterinario, claro- que sí tiene. El Chip ayudará a su identificación, y en caso de que te lo roben, puedes reportar el número. Si se pierde y termina en un antirrábico o clínica de rescate, lo identificarán, lo reportarán a tu MVZ de cabecera y ayudará en la orden de NO-SACRIFICIO. Si alguien lo encuentra y lo lleva a revisión, será retenido en la clínica que lo identifiquen.

Si bien es cierto que aún no se cumplen al 100% estas condiciones, dado que no todos los Veterinarios, ni los centros de Control Canino cuentan con scanner, poco a poco se hace más popular su uso, y lo que buscamos es aumentar todas las probabilidades.

Como extra, a muchas personas les suena a «GPS» eso del chip, lo que lo convierte en un ejemplar «riesgoso» para ser robado.

4.- Presume que está ESTERILIZADO.

Bueno, de hecho, hazlo ya si aún no lo has hecho, pero mientras, dile a todo el mundo que ya los esterilizaste. De nuevo, la idea es que los vendeperros lo vean menos atractivo. Si ya lo está, además, pon ESTERILIZADO al reverso de su placa.

5.- Manda hacer una nueva PLACA.

Bueno, claro, en caso de que sientas que le falta algo. La conformación que, hablando con la gente de la FMVZ-UNAM y los Pata Pirata, resultó ideal, fue así:

Por delante, sólo el nombre de tu perro. Detrás: «Esterilizado», un correo electrónico o Placaun número de teléfono celular (permitirá que ante una extorsión, identifiques el número y lo guardes automáticamente en el historial) y una palabra clave, algo que no tenga nada que ver contigo o con tu perro y, por supuesto, que no publiques en ningún lado. Al menos, si se pierde, evitarás las extorsiones, pues quien te llame diciendo que lo tiene, deberá leerte esa palabra de su collar, para corroborar que lo tiene en sus manos.

6.- No pasees con RUTINAS.

Quizá es importante que la hora sea más o menos la misma para los paseos de tu amigo, pero puedes variar de vez en cuando, tratando de mantenerle el mismo rango de tiempo entre paseos. Sobre todo, no hagas la misma ruta de paseo siempre. Un día empieza a la izquierda, otro a la derecha, a veces vas al parque, a veces no, no vayas toooodos los lunes a la misma tienda con tu perro. En fin… no seas predecible.

7.- No te distraigas

Cuando salgas a pasear con tu mascotas, pasea CON ellas, es decir, dedícales tiempo de calidad. Evita ir mensajeando, hablando por celular, twiteando, whatsappeando o anexas. En primer término, te impedirá captar si hay alguien sospechoso, pero además, para cualquier tipo de robo, una persona con el celular en la mano es casi un aviso con luces y sonido que dice: «SOY PRESA FÁCIL».

En nuestro estudio sobre extravío, casi el 70% de las personas que extraviaron a su mascota, terminaron por reconocer que estaban platicando con alguien más, o usando su celular cuando el perro desapareció.

Además tus mascotas agradecerán la atención, evitarás que coman porquerías de la calle y prevendrás peleas con otros perros antes de que sea tarde.

8.- Tómate muchas FOTOS.

Esto seguro no te costará trabajo. Si no tienes una factura por compra (ojalá que no lo hayas comprado), entonces necesitarás testificar tu propiedad, al menos con fotos. Si tu perro tiene rasgos especiales como uñas de colores salteados, manchas particulares, le faltan dientes o tiene un rasgo único, fotografíalo con detalle. En caso de robo y localización, deberás pelear que es tuyo, con testigos y pruebas. Siempre ayudará. Y claro… no publiques todas esas en tu Facebook, por favor.

9.- Basta de «CHECK IN».

A decir verdad, en nuestro país, estoy en desacuerdo con andarle avisando a todo el mundo a donde vas y en donde estás, aún si vas solo, con programas como Swarm,  Foursquare y similares. Pero si lo vas a hacer, al menos no lo hagas cuando vayas con tus mascotas. Los lugares Pet Friendly se están haciendo famosos (¡bravo por ellos!) pero lamentablemente eso implica ser famosos para todo el mundo. Si te ven hacer un «check in» en estos lugares, pueden imaginar que estás con tu perro. Y creéme, no es tan complicado saltarse la seguridad de estas redes. No te confíes de la «configuración de privacidad».

Si ya sucedió:

10.- Levanta una DENUNCIA.

Para evitar que los ignorantes en el Ministerio Público le resten importancia a tu caso, trata de no aportar el lado emotivo. Es triste, pero tenemos que ser fríos para que no nos vean como «exagerados». La denuncia es por robo de un bien mueble, o «semoviente», como si fuera una bicicleta o un auto. Si no te crees capaz de aguantar el llanto o el coraje, lo cual para muchos de nosotros sería entendible, pide a un familiar menos apegado que la haga.

11.- Empieza tú mismo con la INVESTIGACIÓN.

No tienes que violar la ley ni meterte en problemas, sólo es cosa de recabar toda la información posible.

Por ejemplo, si vas a más de una clínica, pensión o estética, deja teléfonos distintos en cada una y lleva un registro de esas relaciones. En una das el celular, en otra el de casa, en otra la casa de tus padres o algún hermano. Un punto importante respecto al Secuestro y Extorsión por mascotas, es que la víctima no puede dar información. Esto no lo piensan muchos imbéciles ladronzuelos y te llaman a casa, cuando el teléfono de la placa es otro. Si así fuera, puedes ceñir la lista de sospechosos. Acude a donde hayas dejado ese número y pregunta por empleados que hayan sido despedidos o hayan renunciado recientemente, ahí tendrán sus datos y los puedes aportar a la información.

En este delito, como en otros, gran porcentaje de culpables son personas que te conocían desde antes, en mayor o menor medida.

12.- No ofrezcas Recompensa

Sé que suena raro, pero en estos tiempos ofrecer una recompensa parece alentar a la gente a pensar en devolver un perro perdido por su ganancia, no porque es lo correcto. El problema no está en PREMIAR a alguien que ejecuta un acto bueno, lo que sería muy loable, sino en avisarle a la gente que recibirán un PAGO.

Los casos de extravío que hemos recabado, y que derivaron en extorsión, tienen toda la pinta de ser «secuestros de ocasión», es decir, el perro fue encontrado por alguien que regularmente no se dedica a nada malo o ilícito, pero ya que se enteraron que había dinero de por medio, un instante de ambición les hace preguntarse «¿Cuánto estará dispuesto a pagar?», comenzando una escalada de ofertas y amenazas que puede acabar mal.

13.- Que negocie alguien más

Si has recibido llamadas de extorsión que hablen de entregarte a tu perro a cambio de dinero, haz que negocie una persona cercana a ti, pero no tan apegada al perro. Los extorsionadores tratarán de hacerte sufrir con ruidos o amenazas sobre el bienestar de tu mascota, y tu sufrimiento lo usarán para calcular cuánto más te pueden presionar.

14.- Comunícate, habla, dilo.

Desafortunadamente, nuestra realidad nos ha obligado a ser un poco más desconfiados, pero el problema es desconfiamos de todos, y eso nos reduce fuerza de cohesión. Cuando creas que alguien «raro» o inusual ronda la colonia y te ve con atención al salir con las mascotas, lo más importante es hacerlo notar. Platica con la gente «de planta», el del puesto de periódicos, los comercios establecidos, el bolero y, mejor aún, el policía de colonia. Es importante generar retroalimentación entre vecinos: «¿Ha visto a ese señor que se para en la esquina últimamente?» «¿No le ha parecido sospechoso el tipo que se estaciona aquí y no se baja del carro?». Puede parecer «chisme», pero no. Es muy distinto andar investigando con quién se acuesta o a qué hora llegó el vecino X, a preguntar algo que te inquieta, por la seguridad de la zona en donde vives.

Al platicarlo entre vecinos, puedes provocar dos cosas:

1.- Que más personas lo noten, lo vean con desconfianza y lo hagan sentir incómodo. Esto no les gusta a los ladrones de este tipo. Si roban mascotas es porque no quieren meterse en algo más grave o violento, y puede ser razón suficiente para que desistan su «vigilancia».

2.- Que alguien que lo conoce se entere y le diga algo como «Ya te andan cachando», lo cual también puede ser suficiente. Por supuesto, empieza con la gente con la que más confías o tiene más tiempo viviendo/trabajando en la colonia.

Por cierto, si a varios les resulta sospechoso y les inquieta, júntense y al mismo tiempo, desde cierta distancia, saquen su celular y tomen una foto. Si el tipo lo nota y se ofende, es más complicado que se grabe las caras de todos para pensar en «represalias». Lo importante aquí es no dejar solo al «vecino valiente», porque es muy fácil quejarse y lamentarse de los problemas, pero a la hora de actuar, dar un paso para atrás.

Si se lo comunicas al policía de colonia, es probable que éste al menos pase a preguntarle qué se le ofrece o a qué se debe que esté parado sin hacer nada. Evidentemente, esto también desalienta a un ladrón a seguir ahí.

Desconfiamos de las autoridades, claro, pero incluso en el tema de la corrupción, hay lógica. Un policía se puede corromper, como cualquier persona, pero el precio tiene que ser interesante, y aunque la modalidad de robo de mascotas haya crecido, tampoco es un negocio gigante, que alcance para repartir a todos los niveles de autoridad. Reporta estos casos al 060 o, en Twitter, al @caspoliciadf

Estos no son los únicos puntos posibles, pero fueron los que en consenso, nos resultaron más importantes. Como siempre, la información se enriquece con el conocimiento de todos, no dudes en hacernos saber tu opinión, más consejos, o tu anécdota… aunque de todo corazón deseamos que sean el menor número posibles de casos.

Cuídate mucho.