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¿Animales callejeros o “de la cuadra”?


Existen casos donde los gatos o perros viven en una zona donde son alimentados por los vecinos del lugar, reciben algunas vacunas o son esterilizados, sin embargo, no entran a sus casas y no los consideran sus mascotas.

Es muy posible que alguna vez hayas visto un grupo de gatos en tu colonia o un perro “callejero” que “vive” en tu calle o la entrada de tu edificio. Si te preguntan quién es su dueño en automático dirás “nadie, lo alimentan entre todos los vecinos”.

Es muy probable que tampoco duerma en la casa de alguno de los vecinos sino que más bien le hayan adaptado una caja o una cobija como su camita para el exterior. Lo más común para estos animales de compañía es que reciban la definición de callejeros, pero nada más alejado de la realidad.

Conoce a: Los gatos que habitan el Metro de la CDMX

A estas poblaciones se les conoce como animales semidomiciliados y son los que presentan mayores posibilidades de reproducirse con éxito, ¿por qué? Porque a diferencia de los animales en situación de calle, tienen algunos cuidados veterinarios, una fuente de alimentación segura y condiciones óptimas para pernoctar.

De acuerdo con los expertos, los animales de compañía se dividen en tres categorías:

*Domiciliados: aquellos que tienen dueño, viven dentro de una casa y reciben cuidados. Tienen altas tasas de reproducción.

*Semidomiciliados: viven en alguna zona donde son alimentados y protegidos. Se les permite entrar en las casas, pero también deambulan libremente por las calles. Esa razón también les permite mantener altas tasas de reproducción.

Existe también la definición de animales comunitarios, sin embargo, ella se basa en que los semidomiciliados deben tener un dueño –aunque éste les permita vagar todo el día- y los comunitarios no tienen un dueño definido.

La realidad es que ambas definiciones implican animales “medio cuidados” por una o varias personas en una comunidad.

english cocker spaniel puppy sitting on ground beside grass
Photo by Johann on Pexels.com

*En situación de calle: no tienen dueño ni cuidados. Al no recibir atención veterinaria son susceptibles a enfermarse y no tienen una alta esperanza de vida, es decir, no viven por mucho tiempo. Son susceptibles al maltrato y suelen temer al ser humano.

En este ramo también podríamos considerar a las poblaciones ferales.

¿Qué hacer ante estas poblaciones?

Siempre que hablamos de animales semidomiciliados o en situación de calle hay que considerar que el primer paso es cumplir con la esterilización. Es el método más efectivo para controlar la sobrepoblación.

El segundo es ponderar los beneficios del animal en la zona, es decir, una colonia de gatos que mantiene controladas a las ratas de un lugar, por ejemplo.

En términos generales no son animales de compañía que demanden mucho cuidado ya que su responsabilidad suele ser compartida por varios miembros de una comunidad.

En términos de cuidados veterinarios, se requieren los mismos que un animal domiciliado.

Ahora ya sabes, no son ni el gato ni el perro “de la cuadra” o del edificio, son animales de compañía semidomiciliados, o comunitarios si los quieres llamar así, que requieren ser esterilizados y cumplir con un cuadro de vacunas además de un lugar para que puedan dormir cómodos y sin sufrir por los cambios en el clima.

gatos

Cómo rescato a un perro de la calle


En Red Mascota Multimedia y Animalia Magazine constantemente recibimos llamadas y correos pidiéndonos ayuda para perros y gatos en situación de calle. Los consejos, recomendaciones y anécdotas que a veces les podemos regalar a nuestros radioescuchas, versan sobre todo acerca del cuidado que se debe tener al tratar con estos amigos, pero el 100% de ellos, incluyen o terminan en el mismo punto: acude con un especialista.

No es fácil ayudar o rescatar a un animal en situación de calle, tampoco es un juego y no debe ser un pasatiempo. De hecho, debemos empezar por excluir uno de esos dos términos. No sirve de mucho «ayudarlos«, se debe estar listo para completar el proceso entero hasta que se finiquite como un Rescate.

El Rescate como tal, debe de verse como un proceso de corto, mediano o largo plazo, que es interdisciplinario, es decir, se compone del trabajo cuidadoso de varios especialistas.

Pero tampoco hay que asustarse. Al hablar de especialistas, no sólo me refiero a los valiosísimos médicos que cuentan con la experiencia y la academia. Hay verdaderos especialistas en rescate, cuya carrera y vida externa nada tienen que ver con la Veterinaria. Grupos protectores que saben cómo acercarse a animales huraños o que pueden ser hasta agresivos, Hogares temporales que saben cómo promocionar y encontrar hogares definitivos, Psicólogos y Etólogos que ayudan a la mascota a reducir la ansiedad, el estrés o el miedo. En fin, gente que aparte de sus actividades de vida (contadores, maestros, amos y amas de casa, meseros, vendedores, no importa…) dedican gran parte de su semana a ayudar animalillos domésticos que cayeron en la mala fortuna de la indiferencia o descuido humanos, porque algo debe quedar claro: TODOS los animales domésticos que sobreviven en la calle, tienen como origen ese factor.

Muchas de las llamadas y correos que recibimos son de gente que busca un «refugio» para un perro o gato que está «afuera de su casa«. Es decir, nos piden darles los datos sobre lugares en donde reciban al animalito que les parte el corazón cada que salen y lo encuentran. No estoy diciendo en lo absoluto que esta empatía sea mala, no. Sentir, emocionarse o sufrir por el dolor de un animal callejero es el primer y muy necesario paso, el que todos deberíamos dar siempre. Sin embargo, está muy lejos de la acción que esta enorme «comunidad callejera» necesita.

Rescatar a un animal de calle es un proceso increíblemente satisfactorio que puede ser tan corto o tan largo como las ganas que le «echemos», pero también como la disciplina que tengamos al respecto.

Cualquier animal de calle, por mucho o poco tiempo que lleve en ese estado, tiene un desgaste de salud y de higiene, pero sobre todo, tiene un desgaste emocional por enfrentarse a la lluvia, los autos, las personas indiferentes o hasta agresivas, el ruido y la falta de comida.

Por ello el primer paso, de mucho cuidado, es saber aproximarse a él. No importa si es un perro pequeño o un «gatito indefenso», estresado y atemorizado puede reaccionar violentamente, agrediéndote a tí y poniendo en peligro su vida al huir. Debes acercarte con cautela, pero firmemente. Que tu primer paso no sea agarrarlo, ni siquiera acariciarlo. Debes empezar por aproximarte con los brazos abajo, para evitar parecer una amenaza. Si puedes siéntate a unos pasos de él, en una banca o en la acera. Demuéstrale que no eres un peligro, que TÚ estás en calma. En el mejor de los casos, el animal por sí solo se acercará, lentamente o con confianza, pero al estar a tu lado, demostrará que no te tiene miedo y puedes avanzar.

El segundo paso es el contacto. Muchos animales de calle han sufrido, al menos, un golpe. Por ello la mano por encima de su cabeza es mucho más señal de riesgo que por debajo. Parece más riesgoso para tí aproximarte a su cuello bajo que a sus ojos, pero en realidad estaría más listo para defenderse por encima y estará expectante por si esa mano significa un golpe. Si tiene las orejas permanente bajas y no mueve la cola, está estresado, dale tiempo. Mucha gente confunde ese gesto con «docilidad», pero lo que el animal está haciendo es proteger sus orejas y preparando sus músculos para defenderse o correr. Permítele que se relaje, que relaje el cuello, las orejas y que mueva la cola. Si para entonces has logrado acariciar su cuello, estás del otro lado, es muy probable que él confíe en tí.

Tercer paso: muy importante. Sin apretones ni toques fuertes, trata de explorar su cuerpo, especialemente sus patas, cara y cuello, en busca de mordidas, golpes o lesiones de cualquier tipo. Si por error acariciaras una zona afectada sin verla, podría dolerle y reaccionar. En caso de que halles un problema, evita acercarte a esa zona y tomarlo así.

En adelante es un poco de instinto tuyo. Puedes ofrecerle agua o comida, esperando que la necesite, lo que generará un vínculo mayor. El alimento humano les resulta más atractivo y conocido (por lo que han podido «robar» o encontrar en sus días de calle), pero si así fuera no pretendas llenarlo con él, solo hazlo confiar más. Jamón, carne de res o salchichas, son las opciones más seguras, pero lo ideal es que sean croquetas. Si come y bebe agua limpia, el vínculo entre ambos será mayor y puedes invitarlo a tu hogar.

Ubica a un veterinario cercano y/o de tu confianza. Lleva al animal o hasta pídele al doctor que te ayude con él. Su experiencia lo hará manejarlo mejor y al mismo tiempo, mientras el animalillo siente que lo acaricia, lo puede revisar de base.

Hasta el momento NO he mencionado el baño, ¿te fijaste?. Aunque la mascota esté muy sucia, es importante primero revisarlo de salud y generar ese vínculo fuerte. El agua es un enemigo común de los animales callejeros. La gente la usa para ahuyentarlos y de la lluvia se protegen. Si pretendes bañarlo con cubeta o manguera, lo más seguro es que huya o desconfíe y regresamos al punto cero.

Si lo han revisado y requiere atención, es hora de deslindarse del dinero o hacer cooperacha. Los cuidados básicos no son tan caros, pero si necesita algo mayor, puedes acudir a gente protectora, asociaciones o hasta tus amigos y familia, pero recuerda, no se vale regresarlo a la calle porque te va a costar, es tu responsabilidad y asumiste cumplir ese papel por él.

Si no requiere atención médica o ya se la han dado, viene el proceso más complejo: hallarle hogar.

La mayoría cree que «debe haber un refugio» en donde lo reciban. Sí, los hay, pero todos están en su límite. Seguramente te lo recibirían, pero la verdad, estás pasando la responsabilidad a otros y tu rescatado aún enfrentará otros problemas.

Lo mejor que puedes hacer es buscar a un persona que lo quiera para siempre.

Aquí puedes apoyarte de la difusión que nosotros o los muchos amigos protectores te podemos brindar. Te puedes meter a nuestro facebook Red Mascota y encontrarás a muchos de ellos, o desde el tuyo busca términos como «adopciones», «rescate» o «animales». Encontrarás mucha gente que te puede ayudar y sobre todo, asesorar para darle seguimiento a la adopción, así como a elaborar cuestionarios y hojas de datos que puedes presentarle a los adoptantes, más aún si no son conocidos tuyos.

A todos ellos diles que TÚ te quieres hacer cargo del animal durante la adopción, para que sepan que cuentan con un voluntario más, con una mano nueva en esta pesada, pero muy importante labor que tenemos en la ciudad.

En el área metropolitana existen unos 22 millones de habitantes y se calculan 3 millones de perros callejeros. ¿Te imaginas si sólo el 10% de la población se dedicara a rescatar, cada quién, a UNO SOLO de estos animalitos callejeros? En cuestión de una semana, habríamos terminado con el problema de los perros en la calle.

Claro que esos números son una utopía aún, pero la difusión de esta maravillosa disciplina de rescate nos irá acercando poco a poco a ayudar a más animales callejeros al año y quizá un día nos acerquemos al margen Cero Calle. No más callejeros.

No te espantes, el cuidado que debes poner, no se compara en NADA con la satisfacción que te da ver a ese perrito que estaba afuera de tu casa, cómo juega y brinca con su nueva familia. Si no lo has vivido, te has perdido una de las mayores alegrías de tu vida.

Siempre ten en cuenta el riesgo de enamorarte y convertirte tú mismo en el adoptante. Te lo dice un amigo que ha colocado algunas mascotas en otras casas, pero que al mismo tiempo hoy tiene 5 maravillosos hijos, de los cuáles 4 llegaron de esa exacta manera.

No bajes los brazos y cuenta con todos nosotros.

Homenaje al Mestizo


(Texto publicado en Animalia magazine No.10, Julio-Agosto 2010)

Es el perro que todos conocemos, el que vemos todos los días. Algunos se han vuelto inclusive familiares a la vista, pues conquistan una zona como propia, aunque formalmente no sea su hogar. 

¿Historia?

Si abordáramos este tema de manera formal, habríamos de empezar por los antecedentes y la historia… pero en este caso en especial, eso sería prácticamente imposible.

Para empezar, debemos tener claro que de las 337 razas caninas actualmente reconocidas por la Federación Cinológica Internacional, es probable que ninguna rebase los mil años sin cambios. Es decir, las características que hoy debe tener, por ejemplo, un Pastor Alemán, son producto de la cruza selectiva que los seres humanos han realizado a lo largo de la historia, en la busca de un tipo de perro que cumpliera con ciertas expectativas.

Así como todas las demás especies animales del planeta, los perros evolucionaron de acuerdo con la zona en donde comenzaron su andar. Su pelo, tamaño, fuerza física, resistencia y hasta el tono de su ladrido, se fueron acoplando a las necesidades que les exigía su entorno. En ese sentido, podríamos suponer que los primeros perros del mundo eran de “razas puras”, pues compartían entornos y necesidades.

Sin embargo, las cruzas interraciales también debieron comenzar de manera natural, cuando algunas manadas de razas antiguas, aún salvajes, iban migrando lentamente a otra zona, hasta toparse con otras manadas distintas. Entonces, nos encontramos con que tanto el perro criollo como el de raza pura deben tener una antigüedad muy similar: desde siempre. Claro que las colonizaciones, conquistas e invasiones humanas promovieron las cruzas interraciales y aceleraron la proliferación de estos perros, al traer consigo ejemplares de cierto tipo a lugares lejanos con razas muy diferentes.

Correcta denominación

En nuestros días hay una costumbre errónea en el trato y conocimiento del perro Mestizo.

Para empezar, el punto de partida de esta equivocación es la forma en como los llamamos. Cuando el común de la gente ve un perro cuyas características físicas no le permiten otorgarle un definición clara de raza, suelen llamarle “cruzado”, “corriente” o “callejero”.

El primer término, cruzado, es un uso incorrecto del término y prácticamente un pleonasmo, pues para que un perro –ya sea de raza pura o criollo– nazca, forzosamente debe ocurrir una “cruza” entre dos ejemplares, ya sean de la misma raza o no; es decir, todos los perros del mundo son “cruzados”.

El segundo término, corriente, es desde luego una forma despectiva que compara a un ejemplar con características únicas con otro de características definidas por la raza. Eso implicaría un grado de “fineza” en los perros de raza, lo que habla de la calidad morfológica y genética del ejemplar, pero –como platicaremos más adelante–, algunos perros Criollos pueden tener características tan buenas que incluso rebasarían la calidad de un perro de raza pura.

Finalmente, quizás el término más común, callejero, debiera referirse a cualquier perro por su situación de vida, “en la calle”, y no por sus características de raza. Por ejemplo, si un Pastor Alemán, Labrador o Schnauzer de raza pura es abandonado o extraviado, aprendería a sobrevivir en la calle, por lo que se convertiría inmediatamente en callejero. No es realmente ofensivo, o no debe tomarse así, pero este término no define  puntualmente a un perro Criollo. Además, es temporal y lo más curioso del caso es que algunas personas le llaman de esta forma incluso a mascotas que viven con su dueño, que sí tienen un techo donde vivir: “¿De qué raza es tu perro, es callejero?”

En círculos con un poco más de conocimiento, se ha comenzado a poner de moda el término perros ferales, aludiendo a aquellos que llevan mucho tiempo viviendo en la calle y que han llegado a formar manadas bien establecidas. El problema con este término es que tampoco puede abarcar a todos, pues estrictamente se debe aplicar a los perros que han nacido en la calle y han vivido siempre en ella, aprendiendo poco o nada de la convivencia con los seres humanos, más allá de verlos como otra especie de la cual cuidarse.

Estos perros usualmente desarrollan instintos que podrían interpretarse como salvajes, aunque en realidad no lo son. Primero, porque tras 15 mil años de domesticación, estos instintos propios de otros cánidos (como el lobo o el zorro) han desaparecido casi por completo; y segundo, porque aprender a “cazar” de la basura o bajo un puesto de comida ambulante, nada tiene que ver con la cacería que los perros salvajes solían hacer. De hecho, para la Real Academia de la Lengua Española, la palabra “feral” es un adjetivo en desuso que significa “cruel o sanguinario”. Es probable que el término moderno lo hayan empezado a poner de moda algunos sectores gubernamentales que buscan advertir, de manera alarmista, el riesgo que constituyen las manadas de perros callejeros, que ­–en la defensa de su territorio– pueden comportarse agresivamente si se les provoca.

Algunos naturalistas especializados suelen decir que no hay mejor criador que la naturaleza. Y seguramente tienen razón. En cada especie, los individuos con las mejores características son los que sobreviven y los que mayores oportunidades de reproducción tienen. Esto se aplica de manera muy especial a los perros Mestizos.

Por ejemplo, es probable que un perro que se crió en la calle desarrolle una flora intestinal más fuerte, al acostumbrarse a comer cosas en mal estado o sucias, y es factible que herede esta característica a sus cachorros, los cuales podrían tener, por ejemplo, un oído más agudo y reflejos más desarrollados si la madre también vivió en las calles y aprendió a cuidarse de los autos. A esto añadimos el factor social, o sea el aprendizaje que además enfrentan si efectivamente sobreviven mucho tiempo en la calle.

Todos los trucos o mañas que un perro debe aprender en la calle son esenciales para su sobrevivencia. Primero, asegurar el alimento, encontrar un lugar de abastecimiento constante o incluso saber guardarlo. Después, protegerse de las amenazas vivas y las climáticas; hallar un lugar que les proteja de la lluvia o el frío, del extremo sol, de las polvaredas o los gases contaminantes.

Cuando juntamos los dos grupos de características que hemos presentado, tenemos un ejemplar con altas probabilidades de ser un gran perro. Si genéticamente nació con un organismo resistente, las enfermedades estomacales, infecciones y problemas de piel, serán muy raros, pues ha desarrollado anticuerpos y defensas naturales a estos problemas. Si socialmente ha aprendido lo difícil que es encontrar alimento, apreciará rápidamente un plato de croquetas constante, que significa alimento sin riesgo, sin necesidad de “cazarlo” o robarlo. Su casa, aunque sea sólo un rincón de tu hogar, será para él un refugio seguro, cerrado a otros perros más grandes y protegido de las inclemencias climáticas.

Ahora bien, te estarás preguntando ¿acaso el perro Mestizo, rescatado de la calle, es perfecto? No. Por supuesto, sería irresponsable de mi parte hablarte de un ejemplar sin rango de falibilidad. En los perros Criollos también pueden existir enfermedades genéticas o congénitas, tendencia a algún problema de salud y conflictos de comportamiento o socialización, pero lo cierto es que con gran frecuencia resultan perros fuertes, inteligentes y de excelente compañía.

A continuación enlistamos algunos mitos comunes sobre los queridos Mestizo.

Mitos

Mito: Es agresivo, está acostumbrado a ser libre y cuando se aburra de mi casa me va a desconocer.

Falso. Los perros en general no tienen necesidades de cambio por gusto. Se divierten con la convivencia y eso es suficiente. No conocen el concepto de aburrimiento por monotonía. Mientras tengan casa segura y comida y agua constantes, defenderá el lugar y agradecerá la oportunidad de tenerlo. En esas condiciones puede pasar toda su vida.

Mito: Está acostumbrado a restos de comida cocida, carne, pollo, tortillas. No va a querer las croquetas.

Falso. El criollo de calle está acostumbrado a comer lo que encuentra. Al principio puede no sentirse atraído porque las croquetas tienen un aroma menos intenso que otras comidas, pero en cuanto entienda que es comida segura y que no le provoca ningún daño al organismo, apreciará las croquetas como el mejor alimento.

Mito: Son huraños y temerosos, no querrá socializar con otras mascotas.

Falso. Con mayor frecuencia los perros Criollos son líderes en un grupo de mascotas, están más pendientes de las necesidades, regaños o indicaciones de sus amos y, aun cuando no entiendan a la primera tus palabras, intentarán adivinar para complacerte y seguir gozando de tu compañía. Además están acostumbrados a vivir cerca de otros perros, por lo que socializan en casa o en el parque con mayor facilidad.

Mito: Al sentir casa cómoda se volverá consentido y caprichoso.

Falso. Difícilmente olvidan lo duro que es vivir en la calle, por lo que es probable que algunos elementos les recuerden su vida dura y los atemoricen –como la lluvia, los truenos o los autos–, pero al mismo tiempo esto les ayuda a revalorar su nuevo hogar cada vez que regresan de un paseo, lo cual se traduce en un agradecimiento constante, casi eterno.

Mito: Traen consigo enfermedades raras, bacterias que enfermarán a otros miembros de mi familia.

Falso. Con los cuidados habituales como vacunación y desparasitación periódicas, no presentan problemas distintos a los de cualquier raza. Al contrario, como mencioné antes, suelen ser más resistentes a contagiarse de otros o enfermarse de cosas simples, como problemas de estómago y piel.

Además de todas estas ventajas, debo subrayar que al adquirir un perro criollo tendrás a un ejemplar único, especial por su individualidad y características propias.

Se calcula que en todo nuestro país existen unos 10 millones de perros en situación de calle, de los que más del 90 por ciento son Criollos o Mestizos. En los muchos refugios oficiales e improvisados de México, puedes encontrar y conocer a la mascota perfecta para ti. Acude especialmente a uno de los refugios “libres”, aquellos en donde –por turnos o de modo permanente– están los perros sueltos en patios. Así podrás ver su temperamento y sabrás si puede socializar fácilmente. Son amigos gratuitos que, a cambio de tus cuidados, te otorgarán toda una vida de cariño y agradecimiento, características que ningún dinero puede comprar.

Agresión en un perro recién rescatado. ¿Qué hago?


Adoptar un perrito abandonado o recogerlo de la calle es la satisfacción más grande que alguien pueda conocer. Ver cómo ese pequeño e indefenso ser va ganando confianza y peso, va cambiando su semblante triste y acongojado por una cara y actitud alegre y vivaracha, literalmente no tiene precio. Siempre he creído que es mejor preferir un perro sin casa a uno de raza, aunque desgraciadamente el ser un perro de raza tampoco le garantice un buen hogar durante toda su vida.

Si estas pensando o ya has decidido adoptar un perro sin hogar: ¡Felicidades! Pero recuerda que es una decisión muy importante y que debe ser tomada con toda la responsabilidad del mundo. En este artículo me gustaría orientarte sobre los problemas de conducta más comunes, a los que incluso puede haber predisposición, que puedes enfrentar, así como algunos consejos para poner en práctica mientras buscas ayuda profesional de un Médico Veterinario especialista en conducta.

Hoy hablaremos dela Agresión, ya que esto puede involucrar daño a terceros.

Es muy común que los perros que se encuentran en centros de adopción y en la calle hayan sufrido maltrato. Esto puede llevar al perro a comportarse de dos maneras: 1) Agredir al tratar de defenderse y 2) Volverse un perro miedoso y retraído, tras desarrollar miedos e incluso fobias.

TIPOS DE AGRESIÓN

Agresión por miedo

Para identificar a un perro con agresión defensiva debes fijarte en su postura corporal y el contexto en el que la adquiere. Estos perros pueden agredir en muchas ocasiones sin aviso previo, a diferencia de un perro con agresión ofensiva. Lo que observarías es que el perro te muestra no sólo los colmillos sino todos los dientes al retraer la comisura de sus labios, las orejas están echadas hacia atrás, no te fija la mirada, el cuerpo se encuentra agachado, como si lo hiciera hacia abajo y de lado, y la cola está pegada al cuerpo o entre las patas.

Observarás esta reacción defensiva cuando un perro siente peligro de ser lastimado, recuerda que es la percepción que él tiene de la situación, aunque no sea tu intención real. Por ejemplo, tú levantas el brazo para aventar una pelota o a lo mejor para acomodar tu pelo, pero el perro te ataca creyendo que debe protegerse de un golpe. Esto puede repetirse también por miedo cuando se le acercan otros perros.

Agresividad por Dominancia

La agresión por dominancia es motivada por un desafío hacia el status social del perro o hacia el control que tiene sobre la interacción social. Los perros son animales sociables y ven a su familia humana como su grupo social o “manada”.

En ocasiones algunos perros tienen una predisposición natural a ser líderes y los humanos les damos algunas señales a estos perros que les hacen entender que ellos pueden mandar. Por ejemplo, los alimentamos primero que a nosotros, les dejamos echarse en lugares “importantes” como la cama o los sillones y hacemos todo lo “que ellos dicen” es decir, son perros sobre-consentidos, el problema es que después no se puede hacer nada que el perro no apruebe y el medio de control del perro es su mordida. Muchos perros son puestos en adopción por que en su casa previa mostraron esta conducta.

Si tu perro se percibe a si mismo en una mayor jerarquía que tú, muy probablemente te rete en ciertas situaciones. Un perro con agresión ofensiva puede gruñir si se le molesta mientras descansa o duerme, e incluso si se le pide moverse de algún lugar predilecto como la cama o el sofá. La contención física, aún de manera amigable como un abrazo, puede provocar una respuesta violenta de su parte. El tomarlo del collar o acariciar su cabeza directamente pueden ser interpretados como un reto a su jerarquía. Los perros agresivos dominantes son generalmente descritos como el “Dr. Jekyll y Sr. Hyde” pues se pueden mostrar sumamente amigables mientras no se les reta. La agresión por dominancia puede dirigirse hacia gente u otros animales.

Agresividad territorial, proteccionista y posesiva

Estos tres tipos de agresividad son muy similares entre sí e involucran la defensa de recursos valiosos. Algunos perros pueden desarrollar estos tipos de agresión porque en la calle no tenían el recurso que consideran valioso (comida, agua, techo) y ahora no lo quieren perder.

Lo que puedes hacer

  • Primero, asegúrarte que tu veterinario descarte causas orgánicas del comportamiento, por ejemplo que el perro esté lastimado o enfermo.
  • Toma tus precauciones. Tu prioridad es la seguridad de la gente y demás animales en el hogar. Supervisa, confina o incluso restringe las actividades de tu perro hasta que consigas ayuda profesional. Tú eres el responsable del comportamiento de tu perro. Si debes sacarlo a la calle, considera utilizar un bozal cerrado como precaución temporal, y recuerda que algunos perros son lo suficientemente listos para quitárselo.
  • Evita exponer a tu perro a situaciones donde es más probable que se muestre agresivo. Quizá necesites mantenerlo recluido un tiempo o limitar su contacto con la gente.
  • Si tu perro es posesivo con juguetes o recompensas o muy territorial en ciertos lugares, el que prevengas su acceso a ellos te prevendrá del problema. En una emergencia, “sobórnalo” con algo mejor de lo que tiene. Por ejemplo, si te robó un zapato, cámbiaselo por un pedazo de pollo.
  • Castra o esteriliza a tu mascota (sólo si es un macho). Los perros intactos tienen mayor posibilidad de manifestar dominancia, territorialidad y comportamiento proteccionista agresivo.
  • El castigo no ayudará en absoluto e incluso podría agravar la situación. Si la agresividad está motivada por miedo, el castigo sólo lo volverá más miedoso y por lo tanto más agresivo. Intentar castigar o dominar a un perro agresivo dominante podría, de hecho, llevarlo a exacerbar la conducta para mantener su posición dominante. Esto muy probablemente, resultará en una mordida o ataque severo. El castigar la agresividad territorial, posesiva o proteccionista muy probablemente provocará que muestre agresión defensiva adicional.

Lo que NO debes hacer

Recuerda que la agresión no es culpa de ellos, es producto de su experiencia al tener seres humanos cerca, por lo que es responsabilidad de todos evitar que se genere, siguiendo una cultura de respeto animal.

Ningún perro está desahuciado en cuanto a agresividad se refiere.

¡No te rindas con él! ¡Verás que cuando se rehabilite, el no se rendirá contigo jamás!

Criollos, Mestizos, mi amigo el milrazas.


El nombre “Criollo” proviene de la palabra Criar y fue usado originalmente durante la época de La Colonia, para referirse a las personas que nacían en nuestro país, teniendo ambos padres españoles. Poco a poco la palabra fue flexibilizando su significado, hasta ser aceptable para denominar a aquellos cuya raza podía ser difícil de identificar debido a que no tenía las características fenotípicas claras hacia ninguna de las razas de origen.

En esta comprensión del término, se comenzó a aplicar hacia nuestros amigos caninos, casi con tanta frecuencia como el término Mestizo, de similar historia. Pero… ¿Cuándo aparecieron los Criollos?

Todas las razas del mundo son actualmente muy distintas a cómo fueron en su origen. Se podría suponer que los primeros perros del mundo eran de “razas puras”, pues se mantenían compartiendo entornos y necesidades similares en la zona donde vivían, por lo que evolucionaron con características muy parecidas.

Sin embargo, las cruzas interraciales también comenzaron de manera natural, cuando algunas manadas de razas antiguas, aún salvajes, iban migrando lentamente a otra zona, hasta toparse con otras manadas diferentes.

Entonces nos encontramos con que el perro criollo y el perro de raza pura, deben tener una antigüedad muy similar: desde siempre.

Es fácil entender que las colonizaciones, conquistas e invasiones humanas, promovieron las cruzas interraciales y aceleraron la proliferación de perros criollos, al traer consigo ejemplares de cierto tipo a lugares lejanos con razas muy diferentes.

En nuestros días hay una costumbre al error en el trato y conocimiento del perro Criollo.

Para empezar, el punto de partida de esta equivocación es la forma en como los llamamos, con términos como “Cruzado”, “Corriente” o “Callejero”.

El primer término, Cruzado, es un uso incorrecto de la palabra y la conceptualización, prácticamente un pleonasmo. El segundo término, Corriente, es desde luego una forma despectiva que enfrenta a un ejemplar con características únicas con uno de características definidas por raza. Eso implicaría un grado de “fineza” en los perros de raza, lo que habla de la calidad morfológica y genética del ejemplar, pero algunos perros Criollos pueden tener características tan buenas, que podrían rebasar la calidad de un perro de raza pura. Finalmente el más común, Callejero, debiera referirse a cualquier perro por su situación de vida, en la calle. No es realmente ofensivo, o no debe tomarse así, pero no explica puntualmente cuando nos referimos a un perro Criollo, además de que es temporal.

En algunos círculos se ha puesto de moda el término Perros Ferales, aludiendo a aquellos que llevan mucho tiempo viviendo en la calle y que han llegado a formar manadas bien establecidas.

El problema con este término es que tampoco puede abarcar a todos, pues estrictamente se debe aplicar a los perros que han nacido en la calle y han vivido siempre en ella, aprendiendo poco o nada de la convivencia con los seres humanos, más allá de verlos como otra especie de la cual cuidarse. De hecho, para la Real Academia de la Lengua Española, la palabra Feral es un adjetivo en desuso que significa Cruel o Sanguinario. Es probable que el término es nuestros días lo hayan empezado a poner de moda algunos sectores de gobiernos que buscan advertir, de manera alarmista, el riesgo de perros callejeros en manadas, que en la defensa de su territorio, pueden comportarse agresivamente si se les provoca.

Hasta aquí la entrega de hoy, la historia y descripción del perro Criollo, en el próximo post hablaremos de las ventajas genéticas y de comportamiento que puede tener un perro criollo.

Mientras eso pasa, queremos leerlos, saber su opinión al respecto.

Y les recomiendo que busquen la próxima edición de la revista Animalia Magazine, en donde extenderemos el tema y hablaremos de algunos mitos al respecto.

No se lo pierdan.