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Justificada discriminación científica.


Experimentación en Animales I.

En más de una ocasión hemos hablado del problema que regularmente tenemos como sociedad hacia los animales: valoramos sus vidas de maneras distintas, con raseros diferentes dependiendo de la especie que nos guste.

Esto obedece a un mismo vicio que, creemos, solamente aplicamos entre humanos: la discriminación.

Discriminar, por su significado puro no es negativo, pues significa sólo «Seleccionar excluyendo», lo que hacemos todos los días al escoger algo. Sin embargo, como fieles seres humanos, el sentido que más hemos usado, es el negativo, que se complementaría como «Seleccionar excluyendo, dando un trato de inferior valor a lo que se excluyó».

Discriminamos pues, por ignorancia, por miedo y por estupidez.

Pero no por hablar de «ignorancia», me refiero a que sea un vicio de la gente «sin cultura» como generalmente se llama (discriminando) a la gente de menores recursos y con menor educación. De hecho, mucha de la gente que ha recibido mayor educación académica y posee conocimientos científicos más amplios discrimina de manera más frecuente y con consecuencias más letales.

En lo que nos concierne a este blog, los animales, dicha valorización, y por tanto discriminación, de la vida ha sido hecha en gran medida por la llamada «comunidad científica«.

En el afán por conocer más de su mundo, descubrir nuevas cosas para el bien de su especie y para la mejora de su «calidad» de vida, el ser humano científico desarrolló un método denominado «experimentación». Sí, sé que no estoy hablando de algo del otro mundo como para explicarlo con tanta puntualidad, pero el sarcasmo en mi explicación tendrá un sentido.

En esta «experimentación» el hombre busca sustitutos de los elementos que rodean un hecho. Por ejemplo: el hombre observó que un rayo caía e incendiaba un árbol, para entenderlo (y controlarlo) trató de repetir las condiciones que sucedieron. Ideó la forma de «simular» un rayo y puso un árbol en ese camino. Lo incendió. Comprendió el fuego y «lo controló» (o eso cree, porque aún en la era moderna los incendios naturales cuestan muchas vidas).

Cuando dicha experimentación invadió el campo de la vida, comenzó la valorización científicamente justificada. Para entender el funcionamiento de los organismos que le afectaban, el hombre encontró similitudes entre si mismo y otras especies, por lo que le pareció naturalmente más seguro «experimentar» poniendo en su lugar a otros animales, para entender los efectos sin sufrir las posibles consecuencias.

Yo sé que parece muy reaccionario atacar la experimentación con animales sin valorar los avances médicos que se han logrado con ello. Cierto, probablemente lo es; seguramente nuestros conocimientos médicos habrían sido más lentos para hoy sin ello, o habrían costado la mórbida muerte de los humanos en experimentación, pero es donde el valor de la vida hace que todo cobre sentido.

Para experimentar sobre una medicina, usando sólo humanos como sujetos de prueba, quizá una nación tendría que poner en riesgo a 1000 individuos en un periodo de 5 años, (¡con la posibilidad de fallar 999 veces!) pero obviamente la vida de uno solo de sus ciudadanos es demasiado valiosa para arriesgarla. Sin embargo, en una guerra de baja escala, se ponen en riesgo (que generalmente se concreta) la vida de 10 veces ese número. Claro, ahí no es lo mismo, pues se juega la vida de personas MENOS valiosas. La vida de un extranjero es siempre menos valiosa que la vida de un nacional.

No digo que esté mal valorar a tus ciudadanos, digo que es muy claro que la vida vale dependiendo de quien juzgue ese valor.

Pues ahora hablemos de una guerra más sencilla: la guerra humano – animal. En esa guerra no hay discusión. La vida de un ser humano vale más que la de un animal. ¿Por qué? «Porque lo digo yo y te callas» diría el humano con firmeza.

¿O… saben de otra razón? ¿Hay alguna razón genética o natural que nos diga que la vida humana es más valiosa? No somos una especie en extinción… no le proveemos a la naturaleza de algo que le faltaría con nuestra ausencia… no hemos hecho cosas que hagan a este planeta más productivo…

Entonces ¿por qué vale más la vida humana? «Porque lo digo yo y te callas», repite con firmeza el humano.

Vaya pues que llegamos al punto de reconocer que en esta guerra somos juez y parte, pero como además tenemos esta divina ventaja de la «razón», podemos idear formas de capturar animales y ponerlos a nuestro servicio sin que puedan hacer mucho al respecto.

Y… regresamos a la experimentación, en donde el ser humano científico justifica que la vida de uno de sus congéneres vale mucho más que la vida de millones de animales cada año. Claro está, siempre y cuando sea un humano de su misma raza y nacionalidad, porque de lo contrario tendría derecho a matarlo en una guerra.

Ganamos la guerra animal y desde entonces podemos usarlos para lo que nos plazca, incluso para experimentar sobre ellos cosas que queremos averiguar sobre nosotros mismos. Desde luego ningún animal es exactamente igual a nosotros, por lo que los resultados tardan hasta 1000 veces más en llegar, de simulación incompleta en simulación incompleta.

¿Digo que deberíamos experimentar con nosotros mismos? Sí, siempre que se pueda. Los resultados serían más rápidos y fidedignos. De todas formas, existen muchas menos investigaciones médicas que utilizan animales de las que imaginamos (cuando actualmente se habla de las grandes pandemias, de las enfermedades devastadoras y aquellas que hasta el momento son incurables, los científicos tienen una idea generalizada: son tan complicadas que experimentando en animales se llegará a muy pocos avances). Hablamos de experimentos para desarrollar antiácidos que alivien un dolor en quince minutos, en lugar de media hora, antigripales más veloces… y peor aún, «medicinas» que hemos hecho pasar como necesarias, pero que son meramente cosméticas.

La sentencia debería ser muy sencilla: Si el experimento es demasiado riesgoso, entonces hagamos simulaciones virtuales, cálculos más exactos, estudios más detallados… o sencillamente ¡no probemos ese algo que es tan riesgoso para nosotros!

Sobre todo, porque estoy hablando ahora, en este momento.

En una era en la que podemos «interpretar» el color de una supernova que nuestros ojos reales jamás verán, esinjustificable que no seamos capaces de simular la reacción de un cuerpo humano a un maquillaje o una aspirina.

  • ¿Por qué las carreras de Veterinaria en América Latina permiten que se practique a «operar» con un perro real si después ese perro no puede salir a la calle?
  • ¿Tan malos practicantes hicieron la operación?
  • Entonces… ¿no podríamos esperarnos un poco más para hacer la práctica?
  • ¿Por qué las carreras de Medicina (humana) no practican con mujeres reales que después deban «sacrificar»?

Porque los humanos «valemos más».

La mayoría de los cosméticos y medicamentos «mejorados» son probados en roedores, cerdos, conejos, perros o simios. ¿Es vital para nosotros saber si el nuevo Large Lash Mascara funciona sin irritar el párpado? ¿No sabemos los químicos que contiene como para calcular matemáticamente su efecto?

Si en verdad no somos capaces de calcularlo, quizá deberíamos de prescindir de ese algo que no podemos desarrollar sin asesinar en el camino a otro ser que según nosotros, Y SÓLO NOSOTROS, vale menos.

¿Sabías que en los primeros 20 años de los viajes espaciales se experimentó solamente con monos, perros y ratas? Obviamente, fueron 20 años de experimentos infructuosos, pues cada animal que fue sacado de órbita murió en una u otra circunstancia. Sólo hasta 1966 (20 años exactos después del primer intento) dos perros rusos sobrevivieron a nuestros experimentos astronómicos.

Esa es nuestra era moderna. Ya no cometemos la «tontería» de explorar el mundo y sus consecuencias con la aventura de nuestra inquisitiva y preguntona persona. Ya no tenemos que arriesgarnos a caer al mar en el límite del mundo cuando crucemos la tierra plana, ahora podemos mandar animales, seres que VALEN MENOS que nosotros, cuya vida es sólo un número, y cuyo fallo o éxito nos van a dar más facilidad para avanzar sin arriesgar el pellejo.

¿Que valientes, modernos y valiosos no?

Pequeños golpes de Cultura Animal


¿Qué sientes cuando escuchas que mientras un perro fue rescatado de la calle, 5 más fueron abandonados? ¿O cuando te enteras que un gato callejero fue adoptado mientras acaban de nacer otros 5 en algún callejón perdido de la ciudad?

¿Te da impotencia? ¿Sientes que es una lucha perdida? ¿Te dan ganas de rendirte de repente y aceptar que no hay solución? No sería algo raro, ni te hace mala persona. Esa sensación nos da a todos los protectores y defensores alguna vez, cuando nos damos cuenta que la lucha a mano, es más lenta y, a veces, menos efectiva que la lucha intelectual.

La lucha intelectual o cultural es la que se hace expandiendo la cultura de respeto animal. Es una lucha que todos podemos hacer, en cualquier momento, todos los días, sin necesidad de un esfuerzo físico, sin el riesgo del rescate y sin ensuciarse un zapato.

La verdad sea dicha, no necesitamos a todos los protectores animales allá afuera, colgados de un barco ballenero en las costas de Japón, ni atados a un árbol del Amazonas.

De hecho, pareciera que gran parte del problema es que no atendemos cierto frente. Ese, el más descuidado, es el de la educación.

Es el más descuidado en proporción de uso, pues de ser más defendido, sería más efectivo que cualquier gran marcha, que cualquier manifestación o cualquier barco Antiballenero de Greenpeace. Sería más efectivo porque prevendría los problemas animales y ecológicos, antes de tener que defenderlos.

Es así: no importa cuanto nos esforcemos, rescatando de uno en uno no podremos ganar jamás. No podemos detener nuestra labor física, cierto, pero sobre todo no podemos olvidar nunca nuestra obligación cultural.

Niños, jóvenes y adultos, todos podemos expandir esta cultura, para que cada vez haya menos rescates qué hacer, al tiempo que haya más gente conciente.

Hablemos de la cultura animal, el respeto por las especies y una nueva concepción de la vida. Un nuevo concepto de RESPETO.

Eso sí, aquí no hay hechizos, encantamientos ni frases mágicas. Todo necesita una base sencilla pero ardua: predicar con el ejemplo.

Empecemos por los niños.

Ellos son los que más rápido absorben lo bueno, pero también lo malo. Cuida tu actitud y tus palabras. Evita que aprendan frases como “es sólo un perro”. El valor que le des a las cosas, será el que le asignen ellos.

Sé Parejo.

Que tu estándar de la vida sea el mismo para todas las especies. Aunque no seas fanático de un animal, no dejes que parezca que no vale como los demás. Es muy fácil hablar de “los bonitos perros”, “los simpáticos gatos”, “los maravillosos tigres” o “las majestuosas águilas”… pero cuando se trata de serpientes, arañas, chacales o buitres, mucha gente, usa adjetivos como “sucio”, “horrible” o peor aún, hay quien llega a decir que si pudiera, desaparecería a tod@s. Es importante saber y promover la importancia de todas las especies del planeta, por su lugar en el equilibrio natural.

¿Sabías que Einstein calculaba que si las abejas desaparecieran, la humanidad tendría menos de 5 años de vida? Apuesto que si te picó alguna vez una, no eres fan de ellas…

No dejes que los niños jueguen a los “cazadores”. Cada vez más son los programas de televisión que exhiben la única cacería válida, la que se hace con una cámara.

Además, ya existe el supermercado, aprender el “arte” de la cacería ya no es una necesidad y sólo se convierte en un hobby costoso, irrespetuoso y cruel.

Así mismo no los expongas a espectáculos polémicos que les confundan la concepción de la vida. Si de adultos deciden asistir a una plaza de toros, será decisión de ellos, pero un niño no tiene por que ser obligado a ver a un toro sangrar.

Di no a las pieles.

No existe método alguno para despojar a un animal de su piel sin que haya una absurda e infame tortura de por medio.

Si alguien te presume la maravilla de su abrigo de piel, dile que en tu “tribu” ya desarrollaron una cosa que se llama “material sintético” y que ya ni siquiera los nativos americanos despellejan bisontes.

No consumas animales “exóticos”.

No existen proteínas desconocidas, afrodisíacos o poder especial alguno en la carne de ningún animal. Después de la res, el pollo y el pescado, nuestro cuerpo no requiere ninguna otra sustancia que no se pueda encontrar en los vegetales.

En serio, los sabores más geniales, se logran con buen sazón y condimento. Ninguna sopa o platillo que contenga huevo de tortuga, conejo teporingo, zorro, venado o elefante, vale la pena su peligro de extinción.

Por cierto, hay un material en nuestro planeta que debería ser aborrecido: el marfil. Cualquier adorno que te presuman de este material trae consigo la vida de medio elefante. Si alguien tiene dos adornos, seguramente es responsable de un elefante completo menos.

Algunos animales tienen cierta cercanía con los seres humanos, pero ninguno es igual. Entonces ¿para qué experimentar con animales el funcionamiento de un medicamento o cosmético? Aléjate de ellos.

Existen muchas marcas que fabrican DE TODO sin probarlo en animales y no por eso son más caras o menos fáciles de encontrar. Hay muchas investigaciones serias en internet, busca información y elige marcas ecológicamente responsables.

Si al ir al supermercado estás escogiendo una marca amigable con los animales, siéntete orgulloso de ello y platícalo en voz alta con quien te acompaña. Te asombrarás de ver una reacción positiva de alguien más o incluso que te pregunten sobre ello.

No tienes que ser un agresivo reaccionario para compartir tu cultura con tu familia y amigos. La serenidad es más fuerte que un grito. Diles que respetas su posición, pero que no entiendes como alguien tan inteligente no se da cuenta el mal que hace.

Especialmente en la ciudad, es absurdo que te hablen de “instintos cazadores”. El ser humano se ha esforzado por aprender a imitarlo todo, ¿por qué justificar ahora que estamos “en contacto con nuestro cavernícola interno”?

Analiza las cosas que aprendiste de niño y las que puedes mejorar. Ya estamos grandecitos para escudarnos en “tradiciones” o “costumbres”. Demostremos que la educación y la inteligencia sirven para luchar contra las viejas mañas.

Y cada consejo que puedas añadir a esta lista, no dudes en compartirlo con nosotros. Recuerda que la fuerza y la cultura la hacemos todos, y nosotros especialmente queremos escuchar a los y cibernautas de Red Animalia.

Consejos mínimos para no perder a una mascota.


Cada persona que ha perdido alguna vez a una mascota en la calle te lo puede decir: Daría lo que fuera por regresar el tiempo y evitarlo.

Para quienes realmente consideran a su mascota como parte de la familia, perderla en la calle, regresar y ver que se ha salido, verla correr y nunca regresar, son golpes muy difíciles de superar. Desde luego, el mayor dolor es la nostalgia, el no volverlo a ver, pero también ocurre un miedo brutal por saber que un perro o gato de casa se enfrentará con un mundo muy difícil y doloroso afuera, así como la culpa recalcitrante por aquellas cosas que pudimos haber hecho mejor para prevenir el extravío.

Aunque hay casos varios de personas que lucharon, buscaron, aguantaron y encontraron de nuevo a su mascota, el índice de mascotas perdidas definitivamente es muy alto. Por eso queremos compartirte algunos muy valiosos consejos para evitar que esto te pase, y si no te sirven de momento (porque tus mascotas tienen un gran jardín o porque tú ya los aplicas todos) pásale el dato a quien sea que conozcas con mascota, así estarás ayudando a dos: la familia humana no tendrá que sufrir el dolor de perderlo y la mascota no sufrirá el dolor de perder a su familia, dolor que es tan o más grande que el humano (creénos, hemos visto mascotas encontradas en la calle que aunque han sido sanadas físicamente, nunca recuperaron el ánimo y murieron de tristeza, esperando ver a su familia humana una vez más).

1.-Fuera la Soberbia

Empecemos por lo más obvio. Hay dos tipos de soberbia (humana, exclusivamente) peligrosa para las mascotas. La primera es sobre el ser dueño: «Soy muy listo para que me pase a mí». Por supuesto el perder a tu mascota no te hace tonto, pero sí es responsabilidad tuya, y en el 98% de los casos, fue un descuido que pudiste evitar. Ser más cuidadoso de lo normal no te hace un exagerado, depende de como veas a tu mascota. Si fuera tu hijo humano, no repararías en cuidados y precauciones, entonces ¿por qué no exagerar con tu perro o gato? El segundo tipo es sobre la mascota: «Tengo el mejor perro del mundo y jamás se perdería». Ahí sí es normal que nos sintamos como con los hijos humanos, TODOS creemos tener el mejor perro/gato del mundo. Un perro no se aleja demasiado porque lo desea, sino porque no se da cuenta a tiempo cuando el camino ya no es conocido. En el caso de los gatos, mucha gente supone que puede dejarlo salir cuando quiera y solito regresará. Su sentido de orientación es muy bueno, pero si algo lo asusta, un perro lo persigue o huye cuando comience a llover, puede llegar a un punto en el que ya no identifique su ubicación. No le otorgues cualidades mágicas a tus mascotas.

2.- La Placa

Te sorprenderías saber cuantos animales de compañía no tiene siquiera una placa con sus datos o estos no están actualizados. Una placa puede costar desde 50 pesos y representa la única forma de lenguaje de tu perro. Mucha gente está dispuesta a devolver a un perro o gato con sus dueños de manera desinteresada… y si no, al menos lo harán por una recompensa, la que seguramente no te molestaría dar si te lo regresaran. El caso es que cualquiera de las dos formas, es imposible sin una placa. No le pongas calle, colonia, número interior y código postal. Ponle muy claro el nombre del perro y un número de teléfono local, si quieres la colonia en todo caso y ya. Eso sí, siendo muy francos, mientras menos brillantitos tenga, mientras menos joyería parezca, menos será lo que te pidan de recompensa en el caso de que lo encuentre alguien medio interesadón. «Depende el sapo, la pedrada», dicen por ahí.

3.- El doble collar

A mucha gente, el collar de castigo le parece una tortura, cosa que es un poco exagerada porque el umbral de dolor canino es tan elevado que incluso a algunos muy activos les cuesta trabajo entender la corrección con él. Sin embargo, están en todo su derecho de no usarlo con sus perros. El caso es que si no usas uno de estos collares de acero, deberías darle a tu perro un doble collar. Una de las causas más frecuentes de perros perdidos es «Se rompió su collar… en donde traía su placa». Es decir, si el mismo collar de donde cuelga su placa de identificación es de donde lo jalas, en un arranque de emoción, podría romperse, con lo que tu mascota saldría corriendo sin datos para que lo encuentres. Un collar suave de tela no le es molesto a un perro, después de un día se acostumbrará a dormir con él y traerlo siempre. Así, sólo cuando salgas a pasear le pones el otro (o una pechera, cómoda, aunque más tardada de poner y quitar) y en caso de que se rompa, siempre traerá su placa colgando. (En el caso de la pechera lo más común es que se rompa el broche hacia la correa o la correa misma.)

4.- Que conozca la zona

Entiendo que para muchas personas en esta ciudad, el paseo no puede ser lo más largo y calmado del mundo, por sus ocupaciones, pero todos deberían intentarlo. En los alrededores de mi casa he visto vecinos que sacan a sus perros al jardín de enfrente y en cuanto hacen sus necesidades se meten a casa de vuelta. Si un día uno de esos perros llega a salir, le bastará llegar a la esquina para haberse perdido. Si tu vuelta de paseo es siempre lo más lejos que puedas de casa, le estarás dando tiempo a tu mascota de conocer la zona. Si pasea a tu lado cuatro, cinco, diez cuadras a laredonda, estará grabando olores, colores, personas, texturas y vueltas. En caso de que un día se aleje sin tí, tendrá más tiempo para darse cuenta y, al reaccionar, aún reconocerá la zona, por lo que tratará de regresar a tu casa y probablemente tenga éxito.

5.- La socialización

Hay cientos de motivos por los que un perro debe de socializar, y aquí hay uno más. El perro que es jalado o cargado por sus dueños en cuanto ve a otro perro, entiende que la cercanía de cualquiera es señal de alarma (por como te pones tú) y siempre será agresivo o huraño. Esto hará que el día que se encuentre solo en la calle, corra de un lado a otro en cuanto vea otro animal. Entre carrera y carrera, ya sea correteando o huyendo, se alejará de casa en un dos por tres, además de bajar de la acera descuidadamente y será difícil de agarrar por alguien, en caso de que quieran ver los datos de su placa. Un perro que socializa está equilibrado, es más feliz… y está más seguro.

6.- El amigo de todos

Si te es posible, llévalo contigo a la tienda de la esquina, a las afueras de la panadería, a la tintorería, a la cancha de juegos. El punto es que lo conozca Don Pepe el de la tienda, Doña Lucha la de las quesadillas, los chavos que siempre están jugando basquet… que sepan su nombre, que realmente lo conozcan y que vean que nunca está sólo, así como lo mucho que lo quieres. De esta forma tendrás aliados en caso de que desaparezca y habrá más de uno con la chance de detenerlo en el camino, antes de que se aleje más. Incluso, si alguien en una tienda es especialmente amable con los perros, puedes llevarlo y comprarle dos pesos de croquetas cada que vayas, que las coma ahí. Esto hará que si sale solo de tu casa, quizá vaya directo a ese lugar.

7.- El Microchip

A mucha gente le parece algo muy moderno, pero tiene casi 20 años de existencia comercial. El implante de Microchip es muy usado en perros de raza pura vendidos por criadores, pero se puede pedir para cualquier perro. Es diminuto e indoloro, pero contiene mucha información valiosa medicamente, así como los datos del dueño. No es un chip de localización satelital, pero si se extravía una de tus mascotas, un veterinario lo puede leer a la primera visita que lo lleve quien lo encuentre. Un invaluable método de cuidado que cualquier veterinario te puede decir en donde adquirir.

8.- Entérate de la tecnología

Actualmente existen collares con chips como los de un celular, a cuyo número les mandas un mensaje de texto y el collar te rebota una coordenada. Esta la introduces en una página de internet y tienes su ubicación. ¿Carísimos? Para nada, tienen costos que estoy seguro pagarías cualquier día por verlo regresar en caso de que se extraviara. Un buen ejemplo en México de esta tecnología es la empresa GPetS, localizables en www.dondeestamimascota.com o al 12515951.

Y de ahí pa´lante… hay collares, como los de la marca INNOTEK, con sensores que se colocan en la puerta y le dan un toquesito de electroestática (como el que sientes cuando un globo se carga de electricidad con tu cabeza) cuando se acerca a donde ya no debe. Sensores de movimiento que emiten un sonido inaudible para nosotros pero molesto para ellos, en fin… hay más cosas de las que imaginas, sólo no tienen la publicidad necesaria. No dejes de investigar.

Por encima de todo está tu precaución. Nunca los dejes sin correa, a menos que sea un espacio cerrado con una sola salida que puedas controlar. Un perro puede vivir por siempre caminando con correa, siempre y cuando le eches ganas y camines a un buen ritmo. Es muy cómodo sentarse en una banca a verlo correr, pero es más benéfico para ambos si no te sientas y caminas a su lado. Sólo hace falta un descuido para que tu perro «genio» se dé una vuelta equivocada y no te encuentre, si eso coincide con una breve distracción tuya, tendremos un nuevo perro callejero. Cuida puertas y ventanas, no pongas muebles cerca de donde pueda salir, vigila haber cerrado todo bien antes de salir de casa, piensa en su seguridad siempre.

Si tienes alguna recomendación más, no dudes en platicarnos, pues de hecho, este listado lo hemos armado con base en las experiencias de algunos radioescuchas, quienes nos comparten lo que «hubieran» hecho, esperando que tú nunca pases por el trago amargo que ellos pasaron al extraviar a su querido miembro de la familia.

 

Hasta MatArte. El Reporte Pulga.


NOTA IMPORTANTE:

EL PRIMERO DE LOS COMENTARIOS AL TERMINAR ESTE POST, lo hace Alejandro Ramírez, Cineasta, QUE NO ES EL RESPONSABLE DE LO SUCEDIDO A PULGA. Debemos estar conscientes que su nombre puede ser común y se deben verificar las personalidades antes de reaccionar. Red Animalia NO HA PUESTO ENLACES, CORREOS O DIRECCIONES hacia el responsable, en tanto el caso no sea completamente investigado y comprobado. En el caso de la confusión, ESTE ALEJANDRO NO ES NI SIQUIERA EL PRESUNTO RESPONSABLE. Si le dan click en su nombre, los dirigirá a su blog, en donde podrán ver que es una persona completamente diferente. El es un Cineasta verdadero, y hasta donde nos correponde, NO HAY DUDA DE SU HONORABILIDAD.

La confusión puede ser incluso mayor, por lo que aclaramos la existencia de 3 personas más, relacionadas al mundo del cine que NO TIENEN RELACIÓN ALGUNA CON EL CASO DE PULGA, MUCHO MENOS CON CASOS DE MALTRATO.

Ellos son: ALEJANDRO RAMÍREZ MAGAÑA, ALEJANDRO RAMÍREZ CORONA Y ALEJANDRO RAMÍREZ ÁLVAREZ.

Ellos 3 no deben ser confundidos, contactados, identificados ni relacionados de forma alguna con el caso Pulga.

Dada la delicadeza de la confusión, pues, agradecemos su interés en el caso y su actitud hacia los animales, pero les instigamos a permitir que la investigación y castigo se deje a cargo de los responsableS que siguen sobre el caso. EL PRESUNTO RESPONSABLE NO TIENE UNA PÁGINA PÚBLICA, BLOG O ENLACE CONOCIDO, por lo que honestamente NO TIENE CASO BUSCAR SUS DATOS EN LA RED.

En cualquiera de los casos, Planeta Mascotas y Red Mascota Multimedia INVITA ENFÁTICAMENTE A NO REACCIONAR DE MANERA VIOLENTA, AMENAZANTE O INTIMIDANTE HACIA ÉL, O PERSONA ALGUNA. Ante todo somos un país con leyes y la única forma de evolucionar de la forma que deseamos, es demostrar nuestra capacidad para reaccionar por las vías adecuadas.

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Empiezo por lo que muchos de ustedes (gracias) están realmente interesados: el estado de salud de Pulga, nuestra maravillosa perrita (porque como dice Alberto Cortéz, lo que amamos lo consideramos nuestra propiedad) que después de haber sido rehabilitada de las calles, fue entregada en adopción y rescatada nuevamente de las manos de un estúpido adoptante que en sólo UN MES ya la tenía peor que cuando dejó las calles.

Según me comunica directamente su -doble- rescatadora Mariana, Pulga sigue estable, monitoreada permanentemente, hidratada a través de una patita, alimentada a través de otra. Ya se incorpora con dificultad para comer, pero no puede caminar. Las expectativas de recuperación son son altas, aunque inminentemente requerirá mucho tiempo.

Por el otro lado, la organización Rescate Animal está asesorando a Mariana para actuar legalmente contra Alejandro Ramírez, quien formalmente se ha escondido como cucaracha expuesta a la luz. Debo recalcar, para quienes se preguntan «¿Pero por qué se le entregó a un sujeto así a la perrita?», que fue un engaño pleno. Alejandro Ramírez mintió en todo lo que pudo y fingió lo mejor que fue capaz para adoptar a Pulga. Era muy difícil filtrarlo antes de que esto sucediera.

Esto último nos deja con una idea un poco más clara: todo parece indicar que Alejandro sabía bien lo que haría con Pulga, que actuó para conseguirla y luego, para llevarla a ese estado.

Una de nuestras bloggernautas, Gabriela Pérez, me expuso una posibilidad que de entrada no quise aceptar del todo, quizá por mórbida: Tal vez el «cineasta» la vio como un proyecto para «proyectar su mundo». No lo digo ahora como una acusación, es sólo una teoría, pero una teoría posible.

Hace no mucho, un deficiente mental llamado Guillermo Vargas, quien se creía artista, expuso a un perro callejero amarrado, sin darle de comer o beber, para ser testigo del proceso de su muerte cruel. Él en verdad lo creía arte… y lo peor es que las autoridades que le permitieron montar dicha «exposición» no hicieron nada, juntos con los asistentes, hasta que el perro murió.

A mucha gente alrededor del mundo le parecía una aberración e instigaron al gobierno nicaraguense (de donde estaba dicha exposición) a detener el acto. Nada pasó. El gobierno de Costa Rica (país de donde era originario el mórbido sujeto) pidió lo mismo. Nada pasó.

Algunos desviados, como este tal Guillermo Vargas, consideran que como la muerte es parte intrínseca de la vida, puede ser provocada con la justificación de «proyectar» una realidad. Como si de eso se tratara el arte.

Pero no hay que asustarnos demasiado; esta comprensión del universo la soportamos e impulsamos aún en muchos ámbitos. La mitad de la población en este país está a favor de la tauromaquia o, al menos, no está en contra, las corridas de Toros es otra actividad en la que se pueriliza la palabra ARTE para adjudicársela a una exposición de tortura y muerte. Y aquí tenemos hasta «santuarios» dedicados a esa forma de arte. Todos los diarios deportivos retratan cada día una viñeta de este arte. Los ricos y famosos acuden a verlo. Hay programas de TV dedicados enteramente a él.

¿El Toro es un mueble? ¿Como «no da la patita» es menos «animalito»?

La conmiseración por la vida es o debe ser universal, de otra forma es sólo hipocresía. Es decir: no podemos decirnos pacifistas porque evitamos la guerra con nuestro país vecino, mientras apoyamos la guerra con un país lejano porque «no son como nosotros» o «son raros». Del mismo modo, es hipocresía decir que un perro expuesto a la muerte es una aberración, pero la tauromaquia es arte o los gallos de pelea son un deporte.

Reiteramos lo dicho antes: nos urge un cambio social radical, una visión de la vida distinta. Tenemos que adoptar la «tolerancia cero» que tan bien le funcionó a Giuliani. Nada de «Crueldad, nomás poquita». Si no enseñamos a nuestros hijos a respetar TODA la vida, les dejamos la posibilidad de sembrar el virus de la crueldad. Si no les reprochamos a nuestros padres y hermanos la tauromaquia, les decimos que estamos de acuerdo con «cierta» forma de tortura.

¿Qué tiene que ver todo esto con Pulga? Que la posibilidad de que el maltrato brutal a Pulga haya sido un «proyecto» artístico, es lógica en tanto sabemos que hay quien lo hace y hay quien lo acepta.

Mientras esto se comprueba, tenemos dos cosas que hacer: 1.- Modificar nuestra visión de la tortura y 2.- No olvidar.

¿Qué pasó con lo asesinos de Callejerito? ¿Con el Mata Gatos de Sinaloa?

Lo olvidamos.

No todos, claro. Hay gente que sigue cada uno de esos casos hasta el final, pero la «fuerza» de la gente, de la indignación, de la masa, se apagó. Por eso en nuestro país existen expresiones como «en lo que se calman las aguas». Estos abusadores solo deben esperar un poco a que la gente olvide. Esconderse en lo que el fervor pasa.

Esto ya no lo podemos olvidar. Estaremos sobre el caso de Alejandro Ramírez hasta el final y después del final. Debemos insistir hasta que se castigue y luego seguirlo hasta ver «su trabajo», presionarlo para que la sociedad recuerde que él hizo esto, en un periodo de su vida en que ya estaba consciente de lo que hacía (ya no era un «pobre chamaco» que no sabía lo que estaba haciendo).

Seguiremos reportando sobre Pulga, pero más, sobre este sujeto, que debe ser estandarte de lo que ya no podemos permitir.

¡Ve a Kroketas!

Prefiero exagerar por un gato.


Nuestros tiempos modernos han acercado tanto a la gente en el mundo como a la información que genera. Internet, como el máximo exponente de la globalización mediática, pone a nuestro servicio millones de datos, anécdotas, vídeos e imágenes nuevas cada día.

Yo, honestamente, creo que esa es la razón por la que vemos últimamente tantos casos de abuso animal, como los de Sinaloa, Michoacán o, el de esta semana, la británica que tira un gato a la basura.

No creo, como el optimista Aguilar – Camín, que la violencia sea mediática, exacerbada por los medios. Al contrario, creo que antes de la Era Internet existían los mismos o más actos de abuso (en nuestro campo, abuso animal), sólo que con las distancias, quedaban en la impunidad del anonimato.

Hoy hay cada vez menos lugares en donde al menos UNA persona no cuente con un celular con cámara. A esto se le añade una computadora con internet y tenemos una nueva celebridad en el mundo del abuso.

Traigo todo esto a colación, porque con el caso reciente de la mujer que pone al gato en el bote de basura, comienza la nueva andanada de discusiones sobre derechos: Derechos humanos vs. Derechos animales.

Desde luego creo que la mujer, bromeando o no, metió a ese gato a la basura en un acto de estupidez que merece un castigo y debe ser un ejemplo. Tampoco estoy de acuerdo en que se le deba dilapidar o quemar en la hoguera, pero sí que su castigo debe ser ejemplar, debe ser tan severo que ella no vuelva a pensar algo así, pero sobre todo, que todas las personas que se enteren piensen dos veces antes de siquiera hacer un nuevo «¡Shu!» o un «¡Sáquese!»

Europa siempre se ha distinguido por poner el ejemplo en cuanto a la legalidad y la severidad con la que se castigan las infracciones, será quizá que transitaron antes que nosotros por edades oscuras en las que la podredumbre humana era una cualidad casi de la realeza, no sé, pero es innegable que los países de Europa Occidental siempre dan la nota en cuanto a castigar cosas que en otros lugares se ven como «menores».

Hace no mucho un par de muchachos imbéciles en Francia fueron a dar a la cárcel por quemar a un perro, se les puso una enorme multa y la incapacidad de poseer una animal por el resto de su vida. En España se sigue meditando el castigo para un hombre que a pedradas le fracturó la mandíbula a un perro, lo que podría representarle un año encerrado.

Ahora le toca a Inglaterra poner el ejemplo con esta mujer.

El caso parece menor (incluso la doña dijo «Es sólo un gato») y a los ojos de muchos, la rabia de la gente Animalista es exagerada. Tomando como punto de partida que golpear a la mujer aún no sucede y todo se ha quedado en ganas, me parece que la reacción se va volviendo natural, común… normal.

El mundo entero, como si se tratara de cumplir la profecía maya, ha entrado en una vorágine decadente, conflictiva y violenta que parece lejos de resolverse. Los pobres culpan a los ricos, los ricos al gobierno, el gobierno a los países vecinos, los países vecinos al país desarrollado y el país desarrollado a los pobres.

Algunos, quiero creer que la mayoría, saben en el fondo que «el gobierno», «las instituciones» y «las empresas» son entes imaginarios y que las acciones acaecidas dentro de estos conceptos son realmente realizadas por seres humanos, y no por una entidad mágica.

Como tal, entonces sabemos, sentimos, que somos nosotros mismos los podridos y nosotros los que tenemos que cambiar.

La gente animalista está en esa línea. La mayoría sabe que para cambiar al mundo humano, hay mecanismos, la mayoría engorrosos y burocráticos, que se deben usar para no empeorar las cosas. Sin embargo, sabe también que en el mundo animal se sigue viviendo bajo la ley del más fuerte, y en dicho rubro, el animal siempre pierde.

Cada semana hay un nuevo caso de abuso contra los animales y cada semana hay un reacción más furibunda de parte de los defensores. ¿Por qué? ¿Estamos exagerando? ¿Somos el simplismo al que le llaman Pet-Lover, Animalista, Ecologista? ¿Somos en verdad un montón de hippies  en sandalias encadenándonos a los tractores que amenazan el Amazonas?

Nada más lejos.

Quienes reaccionamos así por el maltrato animal, trabajamos, comemos, vivimos y consumimos como todos. Somos como cualquier otro ciudadano, muchos trabajamos (para vivir, por un sueldo) en cosas totalmente alejadas de esto que defendemos. Y porque estamos como cualquier otro en esta sociedad, es que reaccionamos así, es que nos preocupa tanto.

No tenemos los medios para luchar contra el crimen humano, así que seguimos los mecanismos sociales y esperamos su respuesta.

No podemos hacer mucho contra las decisiones de las empresas multimillonarias.

No manejamos Wall Street, el Banco Mundial. No movemos el Dow Jones ni nos dejan hablar con Obama o Calderón.

Sin embargo, sabemos que los narcotraficantes no son amantes de los animales, que los criminales ganan más dinero apagando vidas (de cualquier especie) que cuidándolas. Sabemos que Donald Trump no está tan preocupado por la belleza de la mariposa monarca como por la de su utilísima Miss Universo. Sabemos que hasta Rico Mc Pato prefería guardar una moneda en su bóveda antes de dársela a otro patito hambriento.

Y porque sabemos eso, sabemos que tenemos que hacer lo que SI podemos. Sabemos que podemos educar mejor a nuestros hijos y, quizá, hacer reflexionar a nuestros padres.

Sabemos que si la mayoría de la gente fuera capaz de respetar y apiadarse de la vida de UN perro, tendría una visión diferente a la hora de acabar con miles de empleos, pagar miserias por jornadas de doce horas… y claro, a la hora de pensar en matar a otro hombre.

Nos preocupa y enoja tanto que maltraten a UN animal, porque nos recuerda que la podredumbre interna que nos tiene en este precipicio empieza en las bases, en los instintos. Sabemos que con cada patada a un perro se da permiso para ocho golpes a un niño, que por cada gato incinerado se da permiso de ocho balazos a un padre de familia.

Cada maltrato animal nos recuerda que el peor mal de este planeta somos nosotros, que el peor enemigo del hombre es el hombre, que el sentimiento más riesgoso es la insensibilidad.

Y por eso es que si la reacción es exagerada, sólo puede ser contenida con leyes que realmente nos sirvan. Leyes, autoridades y castigos que le enseñen a las nuevas generaciones a ser sensibles, a respetar la vida.

Si ponemos como ejemplo a un muchacho idiota que quema vivo a un gato, dándole 1 año de cárcel, 5 años de servicio a la comunidad, una multa de 100 mil pesos y la obligación de someterse a un tratamiento psiquiátrico, él y todos sus «amiguitos»  la van a pensar dos veces la próxima vez que vean a un animal cualquiera caminando por la calle.

Pedimos justicia, acción y leyes severas,  porque nos urge mejorar algún aspecto de nuestra vida, proteger lo poco que queda limpio de este mundo, cuidar la última conexión que tenemos con este planeta, propagar la idea de que cualquier vida tiene un valor específico en este universo.

No nos pidan que nos calmemos a la hora de exigir justicia, no nos digan que es intrascendente la vida de un gato; sobre todo, no nos pidan que nos preocupemos por otras cosas como… el futuro… o sus hijos… porque eso es lo que estamos haciendo.

De Albóndigas y otras estupideces.


La primera semana de Agosto de 2010 sorprendió a muchos usuarios de redes sociales con un volante digital denominado: Albóndigas de Exterminio.

Dicho panfleto, entre otras cosas, argumentaba que en defensa de la salud, en reprimenda a los irresponsables y en protección de los niños, comenzaría una campaña de exterminio canino a través de alimento envenenado, depositado de manera premeditada, entre arbustos y jardines de los principales parques de la Colonia Condesa.

He aquí algunos fragmentos:

«Amigos, en vista del enorme incremento de mascotas (perros) en nuestra colonia Condesa y al caso omiso de sus dueños de recoger las heces fecales (sic), nos vemos en la necesidad de aplicar el Plan “Albóndigas De Exterminio” a los perros sin correa.»

«…además a muchos de nuestros hijos NO les gustan los perros y les tienen miedo, y los dueños no hacen nada cuando se les acercan y los espantan, cuando mucho un simple “disculpe” dejando al niño llorando asustado.»

«…para esto ya puedes pasar a recoger a nuestro lugar de reunión los miércoles, viernes y domingos después de las 10:00 am tu porción de ADE, así también te daremos 6 cápsulas para disolver en las fuentes.»

Desde luego vamos a obviar la falta de pericia al redactar, así como los pleonasmos que usa el conocedor «vecino».

Cómo tal el problema era una amenaza expresa, con delito confeso incluido, de envenenar perros por culpa de dueños irresponsables.

Así de sencillo y claro, tan simplista como la lógica misma con la que el supuesto grupo de vecinos habría llegado a dicha conclusión. Primero supongamos que este volante hubiera resultado verídico:

1.- Los vecinos confesaban que cometerían dos delitos contra la salud, el primero, depositar desechos tóxicos de manera premeditada en medio de la vía pública, más aún, entre la vegetación de parques. El Segundo, más grave, contaminar de manera intencional aguas públicas, que están al alcance, sí de mascotas, pero también de los muchos niños que dicen proteger.

2.- Mucho nos quejamos de la ineficacia de las autoridades, sí, pero para sancionar estos casos de irresponsabilidad (no levantar las heces), les guste o no, existe una autoridad. Dictaminar una solución alterna que incluya la muerte (increíblemente dolorosa, traumática y prolongada, provocada por veneno) por cuenta propia, es lo mismo que tomar la justicia en propia mano. Es decir, se equipara a salir a asesinar ladrones porque nuestras autoridades no los están atrapando.

3.- En el plano teórico, los perros en vía pública deben caminar con correa, esto incluso, por ley. En la realidad, cuando de parques y zonas recreativas se trata, el 90% de los perros que caminan sin correa NO SON AGRESIVOS. Y esto no es por confianza pura en ellos, sino porque como dueño, sé que cuando mi perro es agresivo me causa problemas desde la primera vez, haciendo daño y haciéndose daño y no es lo que una persona cuerda desea. En lugares tradicionalmente canófilos, como el Parque México, el Parque España o «las Islas» en Ciudad Universitaria, los enfrentamientos entre perros son raros, la agresión de un perro a una persona, mucho más.

4.- Siempre hay algún desequilibrado que trae un perro agresivo con ganas de armar pelea o peor, de amedrentar a la gente. Créame, estos tipos NO SON BIENVENIDOS entre las comunidades caninas de los parques y de toparse con ellos, lo hará en un parque, en una calle o en la puerta de su casa. Son delincuentes y hay que denunciarlos, para sancionarlos.

5.- Si al niño no le gustan los perros, es respetable, pues es preferencia, pero debería enseñarla a NO temerles por el mero hecho de ser perros. Un niño equilibrado y seguro de sí mismo, que no le teme a las cosas por antonomasia, es un niño más feliz. Enseñarlo a cuidarse y ser precavido no implica enseñarlo a mantenerse lejos de todos los seres vivos. En todo caso, debería enseñarle a no acercarse a la gente, realmente hay más riesgo de sufrir daño.

6.- Sería todo un derroche de brillantez enviar sus planes por correo electrónico, probablemente es el medio de comunicación con mayor filtración de información. Sería difícil que la información no le llegue rápidamente a algún defensor de los animales. Basta con que UNO de los hijos, sobrinos, primos o hermanos de esos vecinos que hacen el acuerdo se entere para que trate de hacer algo tan sencillo como publicarlos en su Facebook, Twitter o por correo electrónico.

Ahora, digo todo lo anterior con un afán de razonar el hecho, pues no dudo que entre las personas que se enteraron de este volante, exista alguno a quien la idea le pareció realmente una «solución». Afortunadamente, hasta el día de hoy dicho volante ha resultado solo una amenaza, un mito, o como se les conoce en la red, un Hoax.

Entonces, ¿no hay problema? ¿Para qué nos preocupamos?

Todo lo contrario. Lo que este volante decía, es sólo la expresión ficticia de una «organización», pero es algo que sucede todos los días en cualquier colonia de muchas ciudades, si no es que de todas.

El «perro envenenado» es una figura común de nuestra sociedad, una triste expresión de la falta de cultura, educación e inteligencia, es un recuerdo común para muchos niños cuya mascota era más ruidosa que lo normal, tenía más energía o paseaba más lejos de lo deseado.

Le cuento, como anécdota que un buen amigo (que hoy en día es el Editor de la fantástica revista Animalia Magazine) cuenta entre las memorias de su niñez con tres perros consecutivos envenenados.

El «perro envenenado» es la resultante de dos sectores: dueños irresponsables y gente sin respeto por la vida.

Por un lado, los dueños irresponsables que dejan al perro correr libre por la calle sin vigilarlo caen en la comodidad y cargan la primera culpa. Es muy sencillo, cuando se tiene a un perro que  siempre regresa a casa, abrir la puerta por las mañanas, permitirle subsanar sus necesidades en donde sea (sin recogerlo, claro, porque «no lo ví«) y esperar a que regrese. Ese perro ciertamente puede resultar, además de un riesgo para la salud, una amenaza para otros perros que sí pasean con correa o personas que se cruzan en su camino.

Se estima que sólo entre el 8 y 9% de los perros extraviados son producto de una correa o collar rotos. El restante 91% son perros que corren libres y en alguna vuelta o carrera no encontraron el camino de regreso. En cambio, un perro que aprende a caminar siempre con correa al lado de su dueño, se convierte en un perro equilibrado, sin ansiedad, más educado y asertivo.

Es decir, para todos conviene que el perro salga con correa, falta quitarse la pachorra, la flojera de caminar a un ritmo más elevado para ayudarlo a hacer ejercicio. No hay nada mejor que comenzar el día con una caminata al lado del perro y nada mejor para rematar un buen día. (Créame, para un sedentario común, cuando llegó a casa el primero de mis cinco perros, mi vida comenzó a cambiar para bien, comenzando por mi salud y mi peso.)

Sin embargo, como tantas cosas acerca de los animales se necesitan legislar, urgen espacios expresos para que los perros equilibrados convivan y hagan ejercicio libres. Espacio controlados, seguros, en donde la gente sepa que ciertos días, encontrará perros libres y entonces, decida si acude o no. Lugares con depósitos para heces y con algún vigilante que se cerciore de que se cumpla con la limpieza. Lugares en donde la cultura animal florezca y en donde después, los mismos dueños se vigilen y se insten a cumplir la norma entre ellos.

Estos lugares ya existen, creados por la costumbre y el acuerdo tácito, pero no están reglamentados para evitar estos enfrentamientos.

Y por el otro lado, el sector de los «envenenadores», necesita una severa reprogramación. Alguien debe hacerle saber el valor de una vida, la complejidad maravillosa de un organismo vivo y hasta su peso cósmico en este mundo. Andar cargando muertes absurdas de animales sobre los hombros no es bueno para nadie. Ser un asesino de perros es el resultado de una educación pobre, de un descuido familiar y una disfuncional concepción de la vida.

Ser capaz de matar a un animal por el hecho mismo de que «no me gusta», es un paso más cerca de la estupidez y habla de una agresividad latente, un paso más cerca del sociópata. La agresión hacia los animales es uno de los problemas psiquiátricos más severos en la niñez y adolescencia, que desensibiliza al individuo, haciéndole perder el valor por la vida, la de los demás y la propia, permitiéndole aprender a descargar la ira contenida en su forma más pueril y peligrosa.

Y esto no lo digo yo, lo dicen cientos de estudios alrededor del mundo, lo dicen expertos como el Dr. Albert Schweitzer, el especialista del FBI Robert Ressler, la famosa antropóloga Margaret Mead, la psicóloga Linda Merz-Perez, el Dr. Alan Felthous… y muchos, muchos más. ¿No me cree? Googleé eso nombres nada más, no tiene que tomar mi palabra como cierta.

La conexión entre los asesinatos humanos y el maltrato animal es tan clara como riesgosa… y sí, envenenar a un animal es agredirlo de manera expresa, se esté presente cuando el animal muere, o no.

Dejemos de engañarnos, hay un problema de cultura de ambos lados, pero uno de los dos es más peligroso que el otro, uno de los dos afecta a la psique del individuo y necesita ser tratado antes de convertirse en algo peor.

Ustedes decidan a cuál de los dos me refiero.

Cuiden a sus mascotas, sean responsables y denuncien a los agresores. Esto aún está en nuestras manos.

Los mestizos de moda: Acciones I.


Entre los muchos comentarios que hemos recibido a recientes fechas sobre nuestra postura de «Poner de moda al mestizo», en algunos de ellos hemos recibido un argumento importante: «No somos personas públicas y en teoria no queremos re-educar a la gente, entonces ¿cómo ponemos de moda al mestizo?»

Ciertamente nuestro post y nuestra posición al respecto (de la que somos portavoces pero no autores, pues hay miles de personas luchando por ello antes que nosotros), tiene algo de teórico. Teóricamente queremos que aquellas personalidades que sí gozan de notoriedad y, por ende, de seguidores, adopten dicha postura y nos ayuden con esta expansión de la idea.

Claro, sería un poco ególatra decir que esperamos que esas personas pasen por nuestro post y adopten la postura simplemente porque nos leyeron, empero, no nos hemos quedado de brazos cruzados y tratamos de acercarnos a quienes representan un modelo, ejemplo o líder de opinión para la gente, pero la verdad es que ellos, como lo dijimos serán herramientas de información. No serán la fuerza misma.

Entonces, refrendamos ¿qué hacemos para poner de moda al mestizo?

Vamos a tocar algunos de los puntos que pueden ser muy útiles al respecto y para los que solamente necesitas actitud.

Ya no más «callejeros»

Dejemos de llamarles así. «Callejero» es una condición de vida, es una circunstancia, porque vive en la calle. No es su denominación fenotípica o biológica, no dice nada sobre sus características físicas. En lo personal no creo que sea despectivo per se, sin embargo, es una forma en que la gente les resta importancia y aprovecha para separarlos de los perros de raza, aduciendo con ello muchas cosas, como suciedad, enfermedad, descuido o riesgo. Quizá entre los amantes de los perros, «Callejero» no se dice en sentido negativo, pero otra vez, no vamos por las personas que ya los amamos, vamos para el resto de la gente, para la que «Callejero» sí es común que se use como un calificativo de inferioridad.

Obviamente, menos de los menos les llamemos «corrientes» o «eléctricos» (cuyo chiste radica desde luego en: corriente con corriente). La «finura» no tiene que ver con la pureza de la raza, si así fuera, el 90% de los habitantes de este país seríamos corrientes y el restante 10%, casi. Hay perros mestizos cuyas condiciones genéticas funcionan de manera más «fina» que los de raza pura, pues su organismo es más fuerte, sus reflejos más rápidos, sus instintos más útiles y sus reacciones más inteligentes.

Incluso evitemos llamarlo «cruzado». No es sólo un término que tampoco sirve para definirlos, sino que es un pleonasmo. Conocemos como «cruza» al apareamiento de dos perros. Es decir, todos los perros del mundo, de raza pura o mestizos, requieren de una cruza, entonces, todos los perros del mundo son cruzados.

Empezar por la denominación correcta es un buen paso, especialmente para los niños y jóvenes. Hay muchos adultos que nunca supieron cambiar esa costumbre y que aún los llama así. No desaprovechemos la oportunidad de corregir amablemente a cualquiera que oigamos llamarlos erróneamente. «Es un Mestizo» o al menos «Criollo».

La pregunta

No es que esté mal querer sobre las razas y conocer algunas más, pero es mucho mejor emocionalmente hablando, darle personalidad a las mascotas. Tratemos de que la primera pregunta al ver a un perro, propiedad de alguien más, no sea «¿De qué raza es?».  Es darle más importancia de la necesaria a un aspecto secundario. Lo mejor para ayudar a que la gente los vea más como individuos y menos como objetos de tienda, es empezar por «¿Cómo se llama?». Es lo que nos preguntamos entre nosotros. No imagino la cara de uno de nosotros cuando nos invitaran de viaje, por ejemplo a Europa, y alguien le preguntara a nuestro acompañante (suponiendo que nosotros no podemos contestar porque no hablamos el idioma) «¿Y tú amigo de qué raza es?». Esto es especialmente útil frente a niños, pues los enseñamos desde chicos a tener prioridades… y la raza no debe ser una de ellas.

La reacción

Cuando vemos un poodle, un labrador o un schnauzer, por la calle, aparentemente sin dueño, es normal que la gente diga «Mira, pobre perrito», «Que bonito perrito«, o alguna frase similiar. En cambio, ante un perro que parece «genérico», es decir, tan mestizo que se aleja mucho de las razas comunes, los tratan de alejar con un «shush», «úshcale» o «sáquese«. Es una forma más de hacer diferencia. El Mestizo en la calle no tiene más gérmenes, enfermedades o riesgos que cualquier otra raza. Los que se han vuelto agresivos por su mala suerte (de encontrar gente agresiva) no suelen acercarse, así que si lo hace, no importa si parece de raza o no, merece el mismo trato que los demás. No hay que dejar de tener cuidado, no debemos aproximarnos demasiado a la ligera, pero no permitamos que se siga propagando la idea del «feral», término tan odiosamente usado por autoridades sin conocimiento para hacerlos ver como «perros peligrosos».

La felicitación

Esto es especialmente para nosotros los amantes de los perros: felicitemos a quien orgullosamente pasea con su mestizo. Adoptar a un perro de calle o a un mestizo a través de una asociación, implica una mentalidad ganadora: buscaba un amigo, no un accesorio de color y forma específica. Eso es razón suficiente para felicitar al dueño. Felicidades por adoptarlo, felicidades por encontrar un perro tan lindo, felicidades por no tener prejuicios. Incluso se vale agradecerles a nombre de los perros mestizos, ¿por qué no?

La propaganda

Especialmente para quienes tienen ocasional, o frecuentemente, algún contacto con los medios. Cuando por alguna razón somos parte de algún artículo, encuesta o muestra gráfica sobre las mascotas, no tenemos por qué seleccionar a nuestras mascotas más «puras». Dejemos que compitan por la cámara equilibradamente. Hay perros mestizos que se roban la foto mucho más que cualquier raza. Esto aplica para nuestra foto de Facebook, Hi5, Twitter o el portal que sea. Mientras más perros mestizos veamos aquí y allá, más fuerte será su imagen como mascota ideal.

No es lo único que podemos hacer, pero son algunas ideas, discutidas también con nuestros blogeros, internautas y radioescuchas. Si tienes alguna nueva idea, no dudes en platicarnos, ¡necesitamos de todos!

Fin en Cataluña. ¿Quién sigue?


El Miércoles 28 de Julio de 2010 será recordado como un día muy importante en la historia de la lucha por los animales.

Esa fecha será (o debería ser, porque muchos medios de comunicación tienen jefaturas aficionadas a la tauromaquia) celebrada como el día en que Cataluña hizo oficial la prohibición de las corridas de toros en su territorio.

Y ¿Por qué es tan importante? Ni siquiera es un país completo…

Precisamente por eso.

España es la cuna de la Tauromaquia, de todos sabido. Originada ahí y propagada con mayor éxito al nuevo mundo (como la viruela) es un reflejo claro de tradiciones absurdas que los países desarrollados supieron abandonar. No es casualidad que el 90% de los países que la permiten, pertenezcan al llamado «Tercer Mundo». No vamos a clavarnos en el nivel educativo, cultural o social que tienen sus habitantes como un factor para que siga existiendo, sino en su fuerza y poder hacia sus gobiernos.

Aunque el «tercermundismo» se refiere a condiciones de desarrollo económico y social, lo que caracteriza -ypor tanto mantiene limitado- a este sector del mundo, es su muy complicado sistema de gobierno, que facilita el ascenso y permanencia de gente poco preparada al poder, complicando a la vez la exigencia de su población en una pseudo «democracia», donde el pueblo debería tener el poder, pero es una batalla frontal (y a veces sangrienta) poder ejercerlo tan siquiera un poco.

¿Por qué me alejo de la Tauromaquia con tanto rollo político?

Porque el desarrollo de la sociedad catalana y su exigencia frontal en un sistema político un tanto más accesible, fueron los factores que permitieron este gran paso.

Para muchos es sabido que Cataluña se ha mantenido en una polémica «separación» de la nación española desde hace tiempo. Términos como «nación» y «nacionalidad» se han impuesto, borrado y reinterpretado en los estatutos y legislaciones del territorio de Cataluña, en una supuesta y paulatina búsqueda de independencia. No vamos a ahondar en ello, porque no nos compete siquiera opinar, pero lo mencionamos porque a tan sólo unas horas de hecho el anuncio sobre la prohibición, los aficionados a la Tauromaquia esgrimieron su único argumento: Cataluña quiere separarse de España, es la verdadera razón por la que se prohíben las corridas de Toros.

Twitter y Facebook fueron los testigos de como intentaba una comunidad en desuso, menospreciar un avace social como el logrado por los catalanes.

La prohibición de las corridas de toros en Cataluña (cuya capital es una de las ciudades más importantes y, por tanto, complejas del mundo: Barcelona) es el resultado de una lucha larga de grupos de personas -odio la expresión «grupos ambientalistas», como si fueran entes, no humanos- que jamás fueron aficionados a esta costumbre antigua. Gente que creció sin comprender por qué en un lugar público y grande se asesinaba y torturaba a un animal. Más aún, gente que afortunadamente no «aprendió» a apreciar esa costumbre y jamás vio un traje de luces más notorio y bello que el ensangrentado delantal de un carnicero.

La prohibición catalana es el resultado de un pueblo que le demandó a su gobierno lo que quería y lo que NO QUERÍA. No quería animales escupiendo sangre siendo arrastrados por la tierra ante los aplausos y gritos del ocio humano. No quería que sus hijos vieran más fotos de ganado atravesado con una espada, de gente riendo y disfrutando la deshumanización. No querían más «ejemplos» de vida que salieran en el «HOLA» a media plaza bebiendo vino. (No encuentro evento más cercano a las orgías de la época de la decadencia, que un lugar lleno de alcohol, ropas elegantes, joyas, sangre, muerte y risas)

La prohibición catalana es la muestra del poder del pueblo sobre sus empleados, los gobernantes. Exigieron y estos obedecieron, como la definición de «Democracia» infiere.

Tomando en cuenta que Cataluña hace frontera con el sur de Francia (la única zona del país galo que permite la tauromaquia), la prohibición además separa físicamente una parte del territorio taurómaco, la aisla. Divide y vencerás, dijo Julio César.

La prohibición en Cataluña es un estandarte a la lucha por nuestros derechos. El derecho de exigir respeto a las decisiones de los pueblos, no a los gustos de los oligarcas y jerarcas. Estadísticamente hay casi tres veces más gente que odia la tauromaquia, que gente que la aprecia. Esto dice que la exigencia de prohibirla, sería rápidamente respondida si la democracia fuera real.

Los Taurinos dicen que «no cualquiera lo aprecia«, es decir, porque son pocos, son una élite culta. En ese orden de ideas, los necrófilos, pedófilos y zoofilos son también una élite.

Dicen también que es una «tradición«. También lo era el Circo Romano.

Dicen que es una fuente de empleo, que dejaría en la calle a mucha gente. El Narcotráfico contrata 25 veces más gente al año… y eso no es argumento para defenderlo, ¿cierto?

Dicen que «el toro es criado para eso«. ¿Los criadores de perros de raza tienen derecho a jugar con ellos hasta la muerte porque ellos los críen con esa idea?

Dicen que el toro de lidia es bravo, es incapaz de socializar, nace para atacar. El demonio de tasmania también, el tigre, el tiburón blanco… entonces…

Dicen que es la lucha de igual a igual, hombre contra bestia. El Toro está minado, confundido, deshidratado y en la oscuridad, antes de saltar al ruedo. La naturaleza le dio al toro sus cuernos, la espada fue invención del hombre. Hace uso de al menos otras cuatro personas (y dos animales más, indefensos y ciegos) durante la corrida…

En fin… ayer Cataluña dejó de escuchar todo eso, dejo de permitir esos argumentos vacíos y absurdos. Cataluña exigió respuesta de su gobierno, aún formando parte del país con más «tradición» al respecto.

Cataluña exigió y obtuvo respuesta. La lucha es cierta, es clara, es frontal y más que nunca, es útil.

Ayer fue el fin en Cataluña. ¿Quién sigue?

Las especies que sufren las consecuencias del derrame.


Hay ciertas noticias que realmente nos gustaría decir que son sólo modas.

Así como sucede con ciertos eventos sociales, astronómicos o naturales. La realidad es que algunas noticias son sólo modas.

Los mundiales de futbol, las misiones espaciales, los festivales cinematográficos. Noticias que tienen su tiempo y a su tiempo, se van.

Ojalá este fuera uno de los casos, porque ojalá tuviera un final sin consecuencias que seguirán siendo noticia por mucho tiempo más.

Al hablar de todo eso me estoy refiriendo al derrame petrolero producto del hundimiento de la plataforma Deepwater Horizon de BP, en el Golfo de México.

Para muchos medios, la noticia ya pasó, ya se acabó, aunque en la realidad, los efectos y consecuencias de este monumental accidente están apenas comenzando.

Mientras esta semana escuchamos que finalmente el derrame petrolero se ha detenido, el daño natural apenas se está cuantificando, en niveles que incluso los expertos no habían atinado a calcular hasta que sencillamente ocurrieron.

Aquí reseñamos uno de esos potenciales efectos secundarios, aún por confirmar:

Hay más de 400 especies animales amenazadas por el derrame en el Golfo de México, entre las que se encuentran algunas de por sí en estado crítico.

La tortuga Laúd. De la decreciente población de tortugas laúd en nuestro país, sólo un pequeño porcentaje se encuentra del lado del Golfo, algo así como el 18%. Esto significa un menor número de individuos afectados, pero también más velocidad para un potencial extermino de la familia del golfo. La tortuga laúd, si bien sale muy poco del agua, debe llegar a la superficie para respirar… y es ahí donde el petróleo le afectará en mayor medida.

El delfín nariz de botella. Otra especie amenazada por tradición. Aunque son fuertes inquilinos marinos, su piel es delgada y el contacto con el petróleo de la zona les puede causar un daño irreversible, aunque a mediano plazo, por lo que además, podrían morir muy lejos de la zona, tras haber nadado contaminados por varias millas náuticas.

El pelícano pardo. En el caso del pelícano, un natural flotador, el petróleo le adelgaza y pega las plumas, deshaciendo su impermeabilidad natural al agua fría, incapacitándolos para volar y desorientándolos en términos de alimentación.

El Atún de aleta azul. La zona del derrame de BP es probablemente el punto de concetración más alto de esta especie de pez. Con unas gotas de petróleo se pueden contaminar peces, huevos y larvas, además de enfrentar la oscuridad en pleno oceáno, lo que dificulta su tránsito en banco.

El cachalote. Está en peligro crítico de extinción… y vive en la zona crítica del problema, el delta del Mississippi. La ingesta y aspiración del crudo son mortales y veloces… no es necesario decir lo fácil que esto puede ocurrir en estas circunstancias.

Y finalmente, el plancton. No, no está en peligro de extinción, es inagotable y diminuto. Pero por eso mismo, no se puede limpiar, y representa la base alimenticia de la cadena oceánica. Peces, plantas, aves y mamíferos se alimentan de él, el que ahora estará aderezado con sabor a aceite, el terrible aceite accidental de BP y Deepwater Horizon.

Esto no es moda, no es morbo. Es de nueva cuenta el parte de guerra, el conteo de bajas y problemas en esta brutal guerra contra el petróleo que en un accidente, dejamos escapar.

El Tigre Maltés


Del mito a la tragedia.

Hoy es un día de remembranza para el mundo de la mitología y la criptozoología, pues mientras hacemos un viaje a las Colinas Chinas de Fuzhou les puedo contar que oficialmente en este 2010se cumplieron 100 años del primer avistamiento de nuestro mito del día de hoy: El Tigre Azul, mejor conocido como Tigre Maltés.

Tigre Azul - Blue Tiger

El Tigre Maltés es una mutación del tigre original, particularmente lo sería, si se comprobara su existencia, del Tigre de Amoy, subespecie del felino rayado habitante de la zona de Fujian, en donde principalmente se han tenido reportes de la existencia de sus primos celestes.

Según los reportes, algunos con carácter de inventario científico, el Tigre Maltés pesa alrededor de los 140 kilos y mide 2 metros y medio de largo. Los Machos, como es común, serían más grandes que las hembras y ambos poseerían colmillos de 6 centímetros en promedio.

El nombre Maltés se le otorgó a este mito en honor a los Gatos Malteses, felinos caseros que particularmente en la Isla de Malta, comenzaron a demostrar este color de pelo, como la especie Ruso Azul, aunque en la misma Isla se han reportado incluso casos de linces azules.

Es técnicamente posible que existan este tipo de mutaciones, pues la genética tiene sus defectos cada cierto tiempo.

Por ejemplo, para la existencia del tigre albino, o tigre blanco, se requiere un “error” que implique un gen con supresión de melanina.

Tigre de Bengala / Bengal TigerPara la existencia de un tigre azul, entonces, se requeriría una mutación en donde se suprimiera la feomelanina, lo que haría que el pelaje tendiera hacia el color azulado.

Sin embargo, difícilmente el tigre en cuestión conservaría entonces los genes necesarios para sus rayas negras, y aún más difícilmente pasaría esta característica de generación en generación.Tigre de Amur / Amur´s Tiger

Un famoso escritor y misionero americano en China, Harry Caldwell, escribió en las primeras décadas del siglo pasado un libro llamado así, Tigre Azul, en donde da cuenta de su seguimiento a familias de este tipo de tigres, aunque desde luego, nunca pudo tomar una fotografía, y de haber podido, por la época, no habría sido a color.Tigre de Java / Java´s Tiger

El caso es que desde entonces los reportes de tigres azules se hicieron más frecuentes y se extendieron por la zona, hasta llegar incluso a ser reportados en Corea, en donde habita el Tigre Amur.

La paradoja humana consiste en que, mientras buscamos al famoso Tigre azul, vamos acabando con el Tigre anaranjado.

Basta decir, que en caso de que exista, probablemente se ha quedado sin vecinos, pues la especie que vivía en su zona, Fujian, prácticamente ha desaparecido.

Se considera que la subespecie del Tigre Amoy está en fase crítica y que ya no existe en libertad.Tigre de Sumatra / Sumatran Tiger

De hecho se cree que los individuos en cautiverio son hijos de una misma y última camada, por lo que incluso se ha comenzado a almacenar la genética de estos tigres para el futuro, por si pronto los dejamos de ver en realidad.

Mientras nuestras especies desaparezcan, nuestros mitos crecerán, y créanme… a ninguna leyenda le gustaría pagar ese altísimo precio.

¡Ve a Kroketas!