México DF. Marzo 7 de 2013.
Las brillantes ideas de los gobernantes, no cesan.
Ahora en Tlanepantla, Estado de México, el equipo del gobierno encabezado por Pablo Basañez García, ha decidido «Recoger y sacrificar» (eufemismo para Redada y Asesinato) a un cierto número de perros que se hallaban en Los Reyes Iztacala, municipio de este Estado, pues se encontró en esa zona el cuerpo de un hombre, de 61 años, con muchas mordidas en su cuerpo.
Es ofensiva a la inteligencia la simpleza con la que se dio este veredicto y se ejecutó su llamada solución.
El caso, que de entrada necesitaría una investigación por asesinato, fue dictaminado, resuelto y encarpetado con una velocidad que da miedo, y que mucho dice de las prioridades de estos gobiernos.
Mientras en la cuenta oficial de twitter de la PROPAEM, Procuraduría de Protección al Ambiente del Gobierno del Estado de México (@propaem_sma) decían «esperar el resultado del dictamen», el presidente municipal en su cuenta @pablo_basanez, y había dado por hecho que los perros eran los responsables de la muerte. Al día siguiente ya había organizado la cacería y asesinato de los perros que encontraran.
Los dictámenes forenses de lado, el gobierno de Tlanepantla demostró una pobreza de decisiones mayor que lo que habíamos visto, y vaya que lo vimos, unas semanas atrás en Iztapalapa.
Iztapalapa no fue poca cosa, pero al menos, se resolvió con un resquicio de sensatez que derivó en condiciones de bienestar para perros callejeros que nadie había atendido hasta entonces. Aquí muy breve lo que ocurrió, en resumen, y como terminó:
1.- En Iztapalpa, en concreto, se hallaron 5 cuerpos (al principio una pareja de jóvenes, después se habló de una madre y un niño, ahora incluso se especula de un 6to cuerpo, tampoco es clara esa información) en una zona de reserva ecológica en la Ciudad de México. Alguna autoridad dijo que se sospechaba que hubieran sido atacadas y asesinadas por los perros callejeros de los alrededores. Y las suposiciones comenzaron a correr.
2.- En días siguientes 100 elementos de la BVA (Brigada de Vigilancia Animal) recorrieron la zona, en lo que podrían ser 100, 150 o 200 hectáreas (porque nadie llevó un registró de hasta donde se dispersaron los elementos) y en total, recogieron a 25 perros de diferentes razas, tamaños y condiciones de salud. (NADIE, sobre todo NINGÚN elemento de la BVA, afirmó haber visto una «jauría». Claro, al dar el número total de perros levantados, suenan a un gran grupo, pero nadie habló de cuántos de ellos estaban juntos.)
3.- Parece que nadie en el gobierno delegacional cuestionó que:
El lugar estaba en una de las Delegaciones con mayor índice delictivo del D.F.
En esta ciudad, como en todo el país lamentablemente, los parajes desolados son usados para abandonar cuerpos tras un homicidio.
Los cuerpos tenían otras huellas poco usuales para un ataque de perros. Los ataques mortales entre perro-humano, son algo rarísimo.
En México las estadísticas son incompletas, pero en E.U.A., por ejemplo, hay reportes de sólo 238 casos en casi 20 años(*1), la mayoría de ellos provocados por perros entrenados para ataque, en lugares cerrados.
El dictamen sobre si las mordidas fueron pre o post mortem, ha sido dudosa, pero aún si lo fueron, determinar si fueron mordidas mortales o si fueron hechas por ESOS perros, es aún más difícil, y no se logró, porque eso implicaría haber identificado a los perros responsables, cosa que jamás sucedió.
¿Pudieron haber sido los perros?
Sí, claro, pero esto no puede tratarse de buscar CUALQUIER posibilidad, sino la que presente elementos más creíbles.
Claro que un perro puede, si quiere, matar a un hombre. Un perro es un depredador menor y puede, pero los factores para que decida hacerlo, son más complejos que las puras «ganas» de hacerlo.
Aunque pertenezca a los cánidos y sea subespecie del lobo, NO ES UN LOBO. Y el factor que los separa, es precisamente que el perro SABE, ESTÁ CONSCIENTE de la existencia del hombre. Evolucionó, se modificó genéticamente por ESTE factor. El perro tiene información genética que le permite SER DOMÉSTICO, y esto ha alterado sus instintos salvajes de manera casi irreversibles.
¿Un perro puede «regresar» a su estado salvaje?
No. Un perro nunca ha tenido un estado salvaje que «pueda» recordar. Otro animal, parecido al perro, era salvaje, pero es otra especie, y esto no sucedió ayer, o el siglo pasado. Este cambio ocurrió hace al menos 20mil años.
Si acaso, puede aprender cosas nuevas, diferentes, que no sean tan naturales para él, como el cazar otros animales para sobrevivir. Pero… ¿en la Ciudad de México? ¿En verdad?
¿Cuánto necesita caminar un perro para llegar a un tiradero de basura, un puesto de comida o el tiradero de un restaurante? ¿Cuantos restos comestibles puede encontrar en su camino, producto de la suciedad que provocan los seres humanos? ¿Cuántas personas les ofrecen algo de comida al día?
Yo, en 10 años de contacto profesional con perros callejeros, no he visto UNO que ataque a un ser humano por comida. Se defienden entre ellos o se arrebatan entre ellos, pero es rarísimo que incluso le quiera arrebatar algo comestible a un desconocido humano.
¿Cazar a un ser humano por hambre? Necesitaría tener mucha hambre y algo de locura. Quizá si tuvieran rabia -enfermedad que no se puede dar por erradicada, pero a la que quizá 1 de cada 100 veterinarios se han enfrentado alguna vez-. Sería complicado, arriesgado y requeriría práctica y organización como manada, que si la estuvieran adquiriendo poco a poco, los reportes de ataques habrían en esa zona habrían comenzado hace tiempo, escalonándose, hasta culminar con una muerte.
¿Cazar a 5 seres humanos por hambre? ¿De la noche a la mañana? ¿Sin antecedentes previos de que fuera una zona peligrosa?
¿Y cuál fue el destino de esos inculpados?
(Que no CULPABLES, porque eso nunca se demostró).El Jefe de Gobierno emitió una orden determinante cuando explotó la presión de la opinión pública: No sacrifiquen a ninguno. Se debe resolver sin matarlos.
Eso fue definitivo, porque requería más trabajo, pero provocaba esfuerzo coherente y concentrado de especialistas. Los animales fueron trasladados al Centro de Atención Canina de Iztapalapa, en donde se resguardaron y pusieron en adopción, primero los cachorros, y después de un examen etológico y clínico, los adultos. Estos análisis no fueron revisados sólo por el gobierno, y el destino de ellos no fue algo que Iztapalapa «dijo» nada más; intervinieron especialistas de la mejor institución en este país y fue revisado por personas comprometidas con proteger la vida animal. Su destino final, antes de las casas que paulatinamente los irán adoptando, fueron las instalaciones de una de las Protectoras más experimentadas del Distrito Federal.
¿Y en Tlanepantla?
Recoger y sacrificar fue la orden. Punto. Antes del forense, antes de otra teoría, antes de investigar si fue un asesinato. Recoger y sacrificar.
Como si eso resolviera algo. Como si diera «justicia»; como si aliviara en una micra la sensación de inseguridad que tienen los habitantes del Estado de México debido a LAS ARMAS y LOS CRIMINALES, no debido a los perros.
Los perros en calle son un problema, en el Distrito Federal, el Estado de México o cualquier entidad de la república, sí, pero es causado por nosotros mismos; problema del que que ellos saldrían gustosos, claro, si les diéramos la oportunidad.
Debemos estar al pendiente de los programas de esterilización, vacunación y adopción que se hace en las colonias y delegaciones de nuestras ciudades, porque hay que actuar; aunque de nuevo, seguramente, será la sociedad civil la que ponga, ejecute y haga efectivas las soluciones; usando a la autoridad y las leyes como lo que son: herramientas a nuestro servicio, y no soluciones en si mismas.