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De Albóndigas y otras estupideces.


La primera semana de Agosto de 2010 sorprendió a muchos usuarios de redes sociales con un volante digital denominado: Albóndigas de Exterminio.

Dicho panfleto, entre otras cosas, argumentaba que en defensa de la salud, en reprimenda a los irresponsables y en protección de los niños, comenzaría una campaña de exterminio canino a través de alimento envenenado, depositado de manera premeditada, entre arbustos y jardines de los principales parques de la Colonia Condesa.

He aquí algunos fragmentos:

«Amigos, en vista del enorme incremento de mascotas (perros) en nuestra colonia Condesa y al caso omiso de sus dueños de recoger las heces fecales (sic), nos vemos en la necesidad de aplicar el Plan “Albóndigas De Exterminio” a los perros sin correa.»

«…además a muchos de nuestros hijos NO les gustan los perros y les tienen miedo, y los dueños no hacen nada cuando se les acercan y los espantan, cuando mucho un simple “disculpe” dejando al niño llorando asustado.»

«…para esto ya puedes pasar a recoger a nuestro lugar de reunión los miércoles, viernes y domingos después de las 10:00 am tu porción de ADE, así también te daremos 6 cápsulas para disolver en las fuentes.»

Desde luego vamos a obviar la falta de pericia al redactar, así como los pleonasmos que usa el conocedor «vecino».

Cómo tal el problema era una amenaza expresa, con delito confeso incluido, de envenenar perros por culpa de dueños irresponsables.

Así de sencillo y claro, tan simplista como la lógica misma con la que el supuesto grupo de vecinos habría llegado a dicha conclusión. Primero supongamos que este volante hubiera resultado verídico:

1.- Los vecinos confesaban que cometerían dos delitos contra la salud, el primero, depositar desechos tóxicos de manera premeditada en medio de la vía pública, más aún, entre la vegetación de parques. El Segundo, más grave, contaminar de manera intencional aguas públicas, que están al alcance, sí de mascotas, pero también de los muchos niños que dicen proteger.

2.- Mucho nos quejamos de la ineficacia de las autoridades, sí, pero para sancionar estos casos de irresponsabilidad (no levantar las heces), les guste o no, existe una autoridad. Dictaminar una solución alterna que incluya la muerte (increíblemente dolorosa, traumática y prolongada, provocada por veneno) por cuenta propia, es lo mismo que tomar la justicia en propia mano. Es decir, se equipara a salir a asesinar ladrones porque nuestras autoridades no los están atrapando.

3.- En el plano teórico, los perros en vía pública deben caminar con correa, esto incluso, por ley. En la realidad, cuando de parques y zonas recreativas se trata, el 90% de los perros que caminan sin correa NO SON AGRESIVOS. Y esto no es por confianza pura en ellos, sino porque como dueño, sé que cuando mi perro es agresivo me causa problemas desde la primera vez, haciendo daño y haciéndose daño y no es lo que una persona cuerda desea. En lugares tradicionalmente canófilos, como el Parque México, el Parque España o «las Islas» en Ciudad Universitaria, los enfrentamientos entre perros son raros, la agresión de un perro a una persona, mucho más.

4.- Siempre hay algún desequilibrado que trae un perro agresivo con ganas de armar pelea o peor, de amedrentar a la gente. Créame, estos tipos NO SON BIENVENIDOS entre las comunidades caninas de los parques y de toparse con ellos, lo hará en un parque, en una calle o en la puerta de su casa. Son delincuentes y hay que denunciarlos, para sancionarlos.

5.- Si al niño no le gustan los perros, es respetable, pues es preferencia, pero debería enseñarla a NO temerles por el mero hecho de ser perros. Un niño equilibrado y seguro de sí mismo, que no le teme a las cosas por antonomasia, es un niño más feliz. Enseñarlo a cuidarse y ser precavido no implica enseñarlo a mantenerse lejos de todos los seres vivos. En todo caso, debería enseñarle a no acercarse a la gente, realmente hay más riesgo de sufrir daño.

6.- Sería todo un derroche de brillantez enviar sus planes por correo electrónico, probablemente es el medio de comunicación con mayor filtración de información. Sería difícil que la información no le llegue rápidamente a algún defensor de los animales. Basta con que UNO de los hijos, sobrinos, primos o hermanos de esos vecinos que hacen el acuerdo se entere para que trate de hacer algo tan sencillo como publicarlos en su Facebook, Twitter o por correo electrónico.

Ahora, digo todo lo anterior con un afán de razonar el hecho, pues no dudo que entre las personas que se enteraron de este volante, exista alguno a quien la idea le pareció realmente una «solución». Afortunadamente, hasta el día de hoy dicho volante ha resultado solo una amenaza, un mito, o como se les conoce en la red, un Hoax.

Entonces, ¿no hay problema? ¿Para qué nos preocupamos?

Todo lo contrario. Lo que este volante decía, es sólo la expresión ficticia de una «organización», pero es algo que sucede todos los días en cualquier colonia de muchas ciudades, si no es que de todas.

El «perro envenenado» es una figura común de nuestra sociedad, una triste expresión de la falta de cultura, educación e inteligencia, es un recuerdo común para muchos niños cuya mascota era más ruidosa que lo normal, tenía más energía o paseaba más lejos de lo deseado.

Le cuento, como anécdota que un buen amigo (que hoy en día es el Editor de la fantástica revista Animalia Magazine) cuenta entre las memorias de su niñez con tres perros consecutivos envenenados.

El «perro envenenado» es la resultante de dos sectores: dueños irresponsables y gente sin respeto por la vida.

Por un lado, los dueños irresponsables que dejan al perro correr libre por la calle sin vigilarlo caen en la comodidad y cargan la primera culpa. Es muy sencillo, cuando se tiene a un perro que  siempre regresa a casa, abrir la puerta por las mañanas, permitirle subsanar sus necesidades en donde sea (sin recogerlo, claro, porque «no lo ví«) y esperar a que regrese. Ese perro ciertamente puede resultar, además de un riesgo para la salud, una amenaza para otros perros que sí pasean con correa o personas que se cruzan en su camino.

Se estima que sólo entre el 8 y 9% de los perros extraviados son producto de una correa o collar rotos. El restante 91% son perros que corren libres y en alguna vuelta o carrera no encontraron el camino de regreso. En cambio, un perro que aprende a caminar siempre con correa al lado de su dueño, se convierte en un perro equilibrado, sin ansiedad, más educado y asertivo.

Es decir, para todos conviene que el perro salga con correa, falta quitarse la pachorra, la flojera de caminar a un ritmo más elevado para ayudarlo a hacer ejercicio. No hay nada mejor que comenzar el día con una caminata al lado del perro y nada mejor para rematar un buen día. (Créame, para un sedentario común, cuando llegó a casa el primero de mis cinco perros, mi vida comenzó a cambiar para bien, comenzando por mi salud y mi peso.)

Sin embargo, como tantas cosas acerca de los animales se necesitan legislar, urgen espacios expresos para que los perros equilibrados convivan y hagan ejercicio libres. Espacio controlados, seguros, en donde la gente sepa que ciertos días, encontrará perros libres y entonces, decida si acude o no. Lugares con depósitos para heces y con algún vigilante que se cerciore de que se cumpla con la limpieza. Lugares en donde la cultura animal florezca y en donde después, los mismos dueños se vigilen y se insten a cumplir la norma entre ellos.

Estos lugares ya existen, creados por la costumbre y el acuerdo tácito, pero no están reglamentados para evitar estos enfrentamientos.

Y por el otro lado, el sector de los «envenenadores», necesita una severa reprogramación. Alguien debe hacerle saber el valor de una vida, la complejidad maravillosa de un organismo vivo y hasta su peso cósmico en este mundo. Andar cargando muertes absurdas de animales sobre los hombros no es bueno para nadie. Ser un asesino de perros es el resultado de una educación pobre, de un descuido familiar y una disfuncional concepción de la vida.

Ser capaz de matar a un animal por el hecho mismo de que «no me gusta», es un paso más cerca de la estupidez y habla de una agresividad latente, un paso más cerca del sociópata. La agresión hacia los animales es uno de los problemas psiquiátricos más severos en la niñez y adolescencia, que desensibiliza al individuo, haciéndole perder el valor por la vida, la de los demás y la propia, permitiéndole aprender a descargar la ira contenida en su forma más pueril y peligrosa.

Y esto no lo digo yo, lo dicen cientos de estudios alrededor del mundo, lo dicen expertos como el Dr. Albert Schweitzer, el especialista del FBI Robert Ressler, la famosa antropóloga Margaret Mead, la psicóloga Linda Merz-Perez, el Dr. Alan Felthous… y muchos, muchos más. ¿No me cree? Googleé eso nombres nada más, no tiene que tomar mi palabra como cierta.

La conexión entre los asesinatos humanos y el maltrato animal es tan clara como riesgosa… y sí, envenenar a un animal es agredirlo de manera expresa, se esté presente cuando el animal muere, o no.

Dejemos de engañarnos, hay un problema de cultura de ambos lados, pero uno de los dos es más peligroso que el otro, uno de los dos afecta a la psique del individuo y necesita ser tratado antes de convertirse en algo peor.

Ustedes decidan a cuál de los dos me refiero.

Cuiden a sus mascotas, sean responsables y denuncien a los agresores. Esto aún está en nuestras manos.

Los mestizos de moda: Acciones I.


Entre los muchos comentarios que hemos recibido a recientes fechas sobre nuestra postura de «Poner de moda al mestizo», en algunos de ellos hemos recibido un argumento importante: «No somos personas públicas y en teoria no queremos re-educar a la gente, entonces ¿cómo ponemos de moda al mestizo?»

Ciertamente nuestro post y nuestra posición al respecto (de la que somos portavoces pero no autores, pues hay miles de personas luchando por ello antes que nosotros), tiene algo de teórico. Teóricamente queremos que aquellas personalidades que sí gozan de notoriedad y, por ende, de seguidores, adopten dicha postura y nos ayuden con esta expansión de la idea.

Claro, sería un poco ególatra decir que esperamos que esas personas pasen por nuestro post y adopten la postura simplemente porque nos leyeron, empero, no nos hemos quedado de brazos cruzados y tratamos de acercarnos a quienes representan un modelo, ejemplo o líder de opinión para la gente, pero la verdad es que ellos, como lo dijimos serán herramientas de información. No serán la fuerza misma.

Entonces, refrendamos ¿qué hacemos para poner de moda al mestizo?

Vamos a tocar algunos de los puntos que pueden ser muy útiles al respecto y para los que solamente necesitas actitud.

Ya no más «callejeros»

Dejemos de llamarles así. «Callejero» es una condición de vida, es una circunstancia, porque vive en la calle. No es su denominación fenotípica o biológica, no dice nada sobre sus características físicas. En lo personal no creo que sea despectivo per se, sin embargo, es una forma en que la gente les resta importancia y aprovecha para separarlos de los perros de raza, aduciendo con ello muchas cosas, como suciedad, enfermedad, descuido o riesgo. Quizá entre los amantes de los perros, «Callejero» no se dice en sentido negativo, pero otra vez, no vamos por las personas que ya los amamos, vamos para el resto de la gente, para la que «Callejero» sí es común que se use como un calificativo de inferioridad.

Obviamente, menos de los menos les llamemos «corrientes» o «eléctricos» (cuyo chiste radica desde luego en: corriente con corriente). La «finura» no tiene que ver con la pureza de la raza, si así fuera, el 90% de los habitantes de este país seríamos corrientes y el restante 10%, casi. Hay perros mestizos cuyas condiciones genéticas funcionan de manera más «fina» que los de raza pura, pues su organismo es más fuerte, sus reflejos más rápidos, sus instintos más útiles y sus reacciones más inteligentes.

Incluso evitemos llamarlo «cruzado». No es sólo un término que tampoco sirve para definirlos, sino que es un pleonasmo. Conocemos como «cruza» al apareamiento de dos perros. Es decir, todos los perros del mundo, de raza pura o mestizos, requieren de una cruza, entonces, todos los perros del mundo son cruzados.

Empezar por la denominación correcta es un buen paso, especialmente para los niños y jóvenes. Hay muchos adultos que nunca supieron cambiar esa costumbre y que aún los llama así. No desaprovechemos la oportunidad de corregir amablemente a cualquiera que oigamos llamarlos erróneamente. «Es un Mestizo» o al menos «Criollo».

La pregunta

No es que esté mal querer sobre las razas y conocer algunas más, pero es mucho mejor emocionalmente hablando, darle personalidad a las mascotas. Tratemos de que la primera pregunta al ver a un perro, propiedad de alguien más, no sea «¿De qué raza es?».  Es darle más importancia de la necesaria a un aspecto secundario. Lo mejor para ayudar a que la gente los vea más como individuos y menos como objetos de tienda, es empezar por «¿Cómo se llama?». Es lo que nos preguntamos entre nosotros. No imagino la cara de uno de nosotros cuando nos invitaran de viaje, por ejemplo a Europa, y alguien le preguntara a nuestro acompañante (suponiendo que nosotros no podemos contestar porque no hablamos el idioma) «¿Y tú amigo de qué raza es?». Esto es especialmente útil frente a niños, pues los enseñamos desde chicos a tener prioridades… y la raza no debe ser una de ellas.

La reacción

Cuando vemos un poodle, un labrador o un schnauzer, por la calle, aparentemente sin dueño, es normal que la gente diga «Mira, pobre perrito», «Que bonito perrito«, o alguna frase similiar. En cambio, ante un perro que parece «genérico», es decir, tan mestizo que se aleja mucho de las razas comunes, los tratan de alejar con un «shush», «úshcale» o «sáquese«. Es una forma más de hacer diferencia. El Mestizo en la calle no tiene más gérmenes, enfermedades o riesgos que cualquier otra raza. Los que se han vuelto agresivos por su mala suerte (de encontrar gente agresiva) no suelen acercarse, así que si lo hace, no importa si parece de raza o no, merece el mismo trato que los demás. No hay que dejar de tener cuidado, no debemos aproximarnos demasiado a la ligera, pero no permitamos que se siga propagando la idea del «feral», término tan odiosamente usado por autoridades sin conocimiento para hacerlos ver como «perros peligrosos».

La felicitación

Esto es especialmente para nosotros los amantes de los perros: felicitemos a quien orgullosamente pasea con su mestizo. Adoptar a un perro de calle o a un mestizo a través de una asociación, implica una mentalidad ganadora: buscaba un amigo, no un accesorio de color y forma específica. Eso es razón suficiente para felicitar al dueño. Felicidades por adoptarlo, felicidades por encontrar un perro tan lindo, felicidades por no tener prejuicios. Incluso se vale agradecerles a nombre de los perros mestizos, ¿por qué no?

La propaganda

Especialmente para quienes tienen ocasional, o frecuentemente, algún contacto con los medios. Cuando por alguna razón somos parte de algún artículo, encuesta o muestra gráfica sobre las mascotas, no tenemos por qué seleccionar a nuestras mascotas más «puras». Dejemos que compitan por la cámara equilibradamente. Hay perros mestizos que se roban la foto mucho más que cualquier raza. Esto aplica para nuestra foto de Facebook, Hi5, Twitter o el portal que sea. Mientras más perros mestizos veamos aquí y allá, más fuerte será su imagen como mascota ideal.

No es lo único que podemos hacer, pero son algunas ideas, discutidas también con nuestros blogeros, internautas y radioescuchas. Si tienes alguna nueva idea, no dudes en platicarnos, ¡necesitamos de todos!

Fin en Cataluña. ¿Quién sigue?


El Miércoles 28 de Julio de 2010 será recordado como un día muy importante en la historia de la lucha por los animales.

Esa fecha será (o debería ser, porque muchos medios de comunicación tienen jefaturas aficionadas a la tauromaquia) celebrada como el día en que Cataluña hizo oficial la prohibición de las corridas de toros en su territorio.

Y ¿Por qué es tan importante? Ni siquiera es un país completo…

Precisamente por eso.

España es la cuna de la Tauromaquia, de todos sabido. Originada ahí y propagada con mayor éxito al nuevo mundo (como la viruela) es un reflejo claro de tradiciones absurdas que los países desarrollados supieron abandonar. No es casualidad que el 90% de los países que la permiten, pertenezcan al llamado «Tercer Mundo». No vamos a clavarnos en el nivel educativo, cultural o social que tienen sus habitantes como un factor para que siga existiendo, sino en su fuerza y poder hacia sus gobiernos.

Aunque el «tercermundismo» se refiere a condiciones de desarrollo económico y social, lo que caracteriza -ypor tanto mantiene limitado- a este sector del mundo, es su muy complicado sistema de gobierno, que facilita el ascenso y permanencia de gente poco preparada al poder, complicando a la vez la exigencia de su población en una pseudo «democracia», donde el pueblo debería tener el poder, pero es una batalla frontal (y a veces sangrienta) poder ejercerlo tan siquiera un poco.

¿Por qué me alejo de la Tauromaquia con tanto rollo político?

Porque el desarrollo de la sociedad catalana y su exigencia frontal en un sistema político un tanto más accesible, fueron los factores que permitieron este gran paso.

Para muchos es sabido que Cataluña se ha mantenido en una polémica «separación» de la nación española desde hace tiempo. Términos como «nación» y «nacionalidad» se han impuesto, borrado y reinterpretado en los estatutos y legislaciones del territorio de Cataluña, en una supuesta y paulatina búsqueda de independencia. No vamos a ahondar en ello, porque no nos compete siquiera opinar, pero lo mencionamos porque a tan sólo unas horas de hecho el anuncio sobre la prohibición, los aficionados a la Tauromaquia esgrimieron su único argumento: Cataluña quiere separarse de España, es la verdadera razón por la que se prohíben las corridas de Toros.

Twitter y Facebook fueron los testigos de como intentaba una comunidad en desuso, menospreciar un avace social como el logrado por los catalanes.

La prohibición de las corridas de toros en Cataluña (cuya capital es una de las ciudades más importantes y, por tanto, complejas del mundo: Barcelona) es el resultado de una lucha larga de grupos de personas -odio la expresión «grupos ambientalistas», como si fueran entes, no humanos- que jamás fueron aficionados a esta costumbre antigua. Gente que creció sin comprender por qué en un lugar público y grande se asesinaba y torturaba a un animal. Más aún, gente que afortunadamente no «aprendió» a apreciar esa costumbre y jamás vio un traje de luces más notorio y bello que el ensangrentado delantal de un carnicero.

La prohibición catalana es el resultado de un pueblo que le demandó a su gobierno lo que quería y lo que NO QUERÍA. No quería animales escupiendo sangre siendo arrastrados por la tierra ante los aplausos y gritos del ocio humano. No quería que sus hijos vieran más fotos de ganado atravesado con una espada, de gente riendo y disfrutando la deshumanización. No querían más «ejemplos» de vida que salieran en el «HOLA» a media plaza bebiendo vino. (No encuentro evento más cercano a las orgías de la época de la decadencia, que un lugar lleno de alcohol, ropas elegantes, joyas, sangre, muerte y risas)

La prohibición catalana es la muestra del poder del pueblo sobre sus empleados, los gobernantes. Exigieron y estos obedecieron, como la definición de «Democracia» infiere.

Tomando en cuenta que Cataluña hace frontera con el sur de Francia (la única zona del país galo que permite la tauromaquia), la prohibición además separa físicamente una parte del territorio taurómaco, la aisla. Divide y vencerás, dijo Julio César.

La prohibición en Cataluña es un estandarte a la lucha por nuestros derechos. El derecho de exigir respeto a las decisiones de los pueblos, no a los gustos de los oligarcas y jerarcas. Estadísticamente hay casi tres veces más gente que odia la tauromaquia, que gente que la aprecia. Esto dice que la exigencia de prohibirla, sería rápidamente respondida si la democracia fuera real.

Los Taurinos dicen que «no cualquiera lo aprecia«, es decir, porque son pocos, son una élite culta. En ese orden de ideas, los necrófilos, pedófilos y zoofilos son también una élite.

Dicen también que es una «tradición«. También lo era el Circo Romano.

Dicen que es una fuente de empleo, que dejaría en la calle a mucha gente. El Narcotráfico contrata 25 veces más gente al año… y eso no es argumento para defenderlo, ¿cierto?

Dicen que «el toro es criado para eso«. ¿Los criadores de perros de raza tienen derecho a jugar con ellos hasta la muerte porque ellos los críen con esa idea?

Dicen que el toro de lidia es bravo, es incapaz de socializar, nace para atacar. El demonio de tasmania también, el tigre, el tiburón blanco… entonces…

Dicen que es la lucha de igual a igual, hombre contra bestia. El Toro está minado, confundido, deshidratado y en la oscuridad, antes de saltar al ruedo. La naturaleza le dio al toro sus cuernos, la espada fue invención del hombre. Hace uso de al menos otras cuatro personas (y dos animales más, indefensos y ciegos) durante la corrida…

En fin… ayer Cataluña dejó de escuchar todo eso, dejo de permitir esos argumentos vacíos y absurdos. Cataluña exigió respuesta de su gobierno, aún formando parte del país con más «tradición» al respecto.

Cataluña exigió y obtuvo respuesta. La lucha es cierta, es clara, es frontal y más que nunca, es útil.

Ayer fue el fin en Cataluña. ¿Quién sigue?

Socialización Canina. ¿Agresivo?


Uno de los problemas más es el referente a la agresividad.

Y digo uno de los más importantes porque desde luego no es el único, ni el que primero ocurre a la llegada de un nuevo miembro canino a la familia. Si empezáramos cronológicamente, deberíamos hablar quizá de la adaptación al nuevo hogar, la higiene fallida o las «travesuras». Empero, aunque también son problemas importantes, la agresividad de un perro resulta el más delicado de los problemas por las consecuencias que puede tener.

Basta decir que es ésta la primera causa de sacrificio o abandono en perros jóvenes.

Y aún cuando no seamos capaces de siquiera pensar en esa posibilidad, tener un perro agresivo sigue siendo un riesgo, sobre todo para si mismo, en tanto nosotros como dueños no seamos capaces de actuar al respecto.

Es muy triste escuchar la expresión «me lo envenenaron», pero desafortunadamente no es raro.

Además de los vecinos inadaptados que simplemente crecieron con deficiencias sociales y odian a los perros, hay mucha gente que siente que si el dueño de un perro agresivo «no se hace cargo», son ellos los que deberán tomar cartas en el asunto «antes de que ocurra una desgracia».

Por eso es tan importante tratar la agresividad de un perro en cuanto la demuestra, tanto hacia otros humanos como hacia otros perros.

De entrada hay que ser conscientes de la realidad: existen perros que genéticamente tienen mayor disposición a la agresividad. De hecho, hay razas que se fueron mezclando hasta obtener capacidades de ataque y agresión similares o hasta superiores a las de los cánidos salvajes, como el lobo.

Entre las razas más propensas a la agresividad están Pit Bull Terrier, Rottweiller, Dogo Argentino, Sttafordshire Bull Terrier, Akita, Tosa Inu y Fila Brasileiro.

Atención: estos tienen mayor posibilidad de alcanzar un nivel de agresividad riesgoso o letal, no significa que inevitablemente la tendrán. Su tendencia, desarrollo y complexión, hace más sencillo y efectivo detonarles estas capacidades, pero para ello es casi necesario que un ser humano intervenga.

Estos perros, como todos los demás, aprenderían a aprovechar su agresividad de manera natural con la misma frecuencia que cualquier otro perro, es decir, cuando defendieran el alimento o la guarida. Sin embargo, en ellos las intervenciones humanas negativas surten un efecto mayor que en otras razas. Si son callejeros, los malos tratos de la gente, aunados a la consciencia de su efectividad para defenderse, los vuelve más peligrosos. Si son de casa, dueños irresponsables los pueden entrenar para ser agresivos con mucha más facilidad y con resultados más efectivos.

Así como nadie puede decir que estas razas están obligadas a ser agresivas, tampoco se puede eximir a las demás de serlo. El Chihuahua y el Cocker Spaniel, por ejemplo, pueden ser perros muy agresivos, la diferencia de concepción está en su tamaño y las consecuencias. Puede pensarse «¿Qué puede hacer un perro de ese tamaño?» y quizá tengan razón, pero en proporción, puede ser grave. Es decir, un Chihuahua demasiado territorial podría atacar a un niño pequeño causándole heridas de cuidado.

Con esto hay que entender que un perro agresivo, del tamaño, raza o cruza que sea, es un perro infeliz, condenado a vivir en el estrés, en la tensión, probablemente disminuido en su sistema nervioso y por tanto, menos longevo. Es un perro que debe y puede ser corregido, o al menos, debe ser bien controlado.

En México la legislación para mascotas es tan deficiente para defenderlas como para exigirle resposanbilidad a sus dueños. Aún así, es responsabilidad de cualquier dueño pasear con la mascota atada a una correa. Un perro no es más feliz por correr libre, de hecho, muchas veces es más caprichoso y siempre corre más riesgo. La correa es indispensable, así como importante y útil es un collar de «castigo».

No me gusta la expresión, pero es su nombre oficial, sin embargo, creo que le queda más el nombre «collar de control» porque es lo que realmente puede hacer: controlar a nuestra mascota. Al recorrerse automáticamente, el perro mide de manera sencilla la presión que puede ejercer contra la correa. Un collar normal para un perro agresivo grande, sólo le da control sobre el dueño, la mayoría de las veces los incita a llevar ellos el rumbo de los paseos y ante una descarga violenta, la fuerza del cuello se tensará al punto de jalar al dueño como muñeco de trapo.

El bozal, por otro lado, no es una tortura para ningún perro, siempre y cuando sea de la medida adecuada, ésta es, que fije bien sobre la nuca pero que en el hocico le permita maniobrar ligeramente. Al principio cualquier perro siente al bozal como un inmerecido regaño, gemirá e intentará quitárselo, es cuando el dueño más debe demostrar paciencia y comprensión. Hay que darle seguridad, tratar de calmarlo, pero no enojarnos porque no le guste. Demostrarle que aún con el bozal, estás a su lado y tu cariño sigue intacto.

Correa, collar y, en casos necesarios, bozal, te ayudarán a llegar al siguiente e importante paso: Socializar.

El peor error que se puede cometer con los perros agresivos es alejarlos de todos los demás. Si se tiene control y cuidado (enfatizamos el bozal para seguridad de todos), el perro, aunque agresivamente, se puede y DEBE acercar a otros. Como su lado dominante (aún sin poder abrir la boca) estará alerta, lo mejor es acercarlo primero a perros menores que él, pues aunque intente «atacarlos» con las patas, el daño no será mayor. Si fuera un perro de su tamaño o mayor, la agresión aún sin colmillos haría responder al otro perro y entonces habríamos entregado a nuestro amigo en una posición indefensa.

Es importante y aún más efectivo hablar un momento antes con el dueño del otro perro, decirle que el bozal está asegurado pero que quieres que socialice. Si el otro dueño está renuente, no lo presiones, no se puede exigir a nadie que deje de tener miedo por su propia mascota.

¿Has visto a esas personas que llevan perros pequeños (Poodles, Chihuahua, Yorks) y al ver a otro perro de inmediato lo cargan o lo alejan neuróticamente? ¿Has visto cómo se comportan esos perros?

Es un círculo vicioso. El dueño está temeroso porque ve que su perro se aterra o ladra… y el perro se aterra o ladra porque su dueño temeroso le ha condicionado a que la presencia de cualquier otro perro implica peligro.

Un perro es un animal social, como nosotros, por eso nos llevamos también. Necesitan socializar, conocer a otros. Tu responsabilidad está en demostrarle que los otros NO SON ENEMIGOS, que no corre riesgo, y en caso de perros «guardianes» -entrenados para ello o no- demostrarles que TÚ no estás en riesgo, que no les temes a los demás y ÉL no debe temerles. Muestra tu lado más calmado y amable con el otro perro, acarícialo frente a tu mascota sin dejar de darle su lugar, ínstalo a que se siente, se calme frente a los canes vecinos.

Será una labor diaria y de a pocos, pero es lo mejor que puedes hacer por él.

En estos casos, aplica más que nunca esa frase que decimos los canófilos: «No es culpa del perro», porque es cierto, prácticamente nunca lo es.

¡Hasta la próxima!

La moda del Mestizo: nuestra nueva obligación.


Antes de comenzar esta columna quiero aclarar que no tengo intención alguna de enemistarme con los criadores. No es de mi incunbencia las cantidades de dinero que ganan con la venta o crianza de una camada, mucho menos cómo lo gastan. Me queda claro que lo suyo es un trabajo honesto y cómo tal es loable, además de plausible para todos aquellos que lo hacen como se debe: amando a los animales que crían. Es más, confieso que dos de mis 5 hijos son de raza pura, así que no, esto no es una columna razofóbica.

Aclarado lo anterior, voy directo al grano:

Vivan los mestizos. Vivan los criollos.

Este género humano al que orgullosa-vergonzosa-lamentable-inevitable-mente pertenezco, como la especie dominante (lo cual no queda duda) y pensante (lo que genera muchas dudas) de este planeta, debemos afrontar nuestra naturaleza con todo lo que conlleva.

Somos los dueños de un maravilloso planeta  que viaja por el espacio, el que por mérito propio se colocó a la distancia exacta del Sol para generar vida sin matarla de calor ni de frío. Y digo que «somos los dueños», porque venga, nuestra impune realidad es que nos adueñamos de este lugar en cuanto se nos desarrolló la neurona adecuada.

Sin embargo, a pesar de ese impío y egoísta dominio, desarrollamos también un afortunadamente impune libre albedrío, por lo que algunos de estos Sucios Simios Sapiens sabemos que ser dueños de lo que sea, trae consigo una responsabilidad.

Bueno pues, hagamos Zoom: El planeta –> México –> Ciudad de México –> Amantes de los animales en la ciudad.

Todos aquellos que en esta Ciudad y Área Metropolitana sentimos empatía ante la mirada de otra especie, todos aquellos que liberamos endorfinas al contacto de una pata peluda, una garra escamosa o un ala emplumada, tenemos una responsabilidad urgente: Poner de Moda al Perro Mestizo (y esterilizado).

Que quede claro: no es la única. Es la más urgente.

¿Por qué? No porque lo digo yo, porque lo dicen los números.

Hay alrededor de 10 millones de perros callejeros, de los cuales el 90% son mestizos.

Sus primos felinos carecen de una estadística, porque muchos gatos «callejeros» son aceptados como vistantes frecuentes en casas y edificios, pero más aún, porque son desconfiados, lo suficiente para no ser contados y para ser menos maltratados.

Sólo aceptaría la discusión en ese rubro, los gatos callejeros, que yo llamaría el 2do en el orden, también urgente.

De ahí en fuera no hay más. No hay «aves callejeras», r»oedores en riesgo», «reptiles sufriendo». No los hay porque cuando los hay carecemos de tiempo para ayudarlos, pues están más lejos de su ambiente y desafortunadamente mueren más rápido.

Pero el perro mestizo tiene todo en contra:

  • No se puede clasificar, por lo que no hay un catálogo que los muestre.
  • Hay demasiados, por lo que no provocan la preocupación de la extinción.
  • Son confiados a los seres humanos, por lo que muchas veces terminan en las manos de locos maniáticos violentos.
  • Se las ingenian para aguantar más, por lo que el suftimiento de uno con mala suerte se puede prolongar por años.

En fin, el criollo, el mestizo, el callejero, cruzado o eléctrico, es la especie animal que más nos necesita por el momento.

Son producto de nuestro descuido y nuestra irresponsabilidad.

Son producto de frases ignorantes como: «Que sea madre por lo menos una vez», «Que experimente la dicha de tener cachorros», «Mi muchacho es un galán», o más deleznable aún: «Es que salió feíto».

Son hijos de nuestra ignorancia, nuestro desdén y nuestra estupidez. No existe la generación espontánea y por mucho que lleven en la calle, no son silvestres, ni se engañen, no se han «asilvestrado».

Hay afuera 9 millones de mestizos y criollos porque Paris tiene un Chihuahua, Gloria Estefan un Bulldog inglés, Diego Torres un Labrador y Obama un Perro portugués de aguas.

Ninguno, o casi ninguno, tiene un mestizo.

Al menos ninguno, o casi ninguno sale con él en las portadas de revistas. Somos presos de las modas, los líderes de opinión y los ejemplos, por pueriles que estos puedan ser, pero esos «líderes» y esas modas no se han enfocado en el mestizo, el milrazas.

Y no tenemos ya tiempo de educar a la población para dejar de seguir las modas, seamos honestos. El problema está encima, la vida de esos 9 millones ya está en la calle; en lo que re-educamos a nuestros «niños que serán los adultos de mañana» tendremos 20 millones… y eso si nuestra re-educación funcionara.

No tiene un sentido práctico luchar contra el sistema por ahora. Y les digo esta opinión a ustedes, los que sí luchan, no a los que ignoran el problema o hasta se aprovechan de él (que es contra quien va mi ira, no mi reflexión). Precisamente se los digo a ustedes porque sé que servirá de algo convocarlos, en lugar de tratar de re-educar a un obcecado.

Mientras hallamos la forma de usar el sistema para resolver este problema, podemos seguir criando perros de raza, tampoco nos pongamos extremistas. Las razas caninas son especies de un mismo animal y como tales deben ser conservadas. Pero esas no nos preocupan por ahora, pues por efectivos que seamos, siempre habrá público para ese campo.

Pero los espectadores, la audiencia, los fans para el criollo son aún muy pocos contra la enorme oferta.

Tenemos que hacer fans del mestizo.

Y una vez que esté en nuestra casa, es obligación de todos, familia, amigos, vecinos, conocidos y Veterinarios, pugnar porque el mestizo de moda sea esterilizado, para dejar de crear nuevos mestizitos.

Luchemos por «Adopta un perro mestizo», en lugar de gritar «No compres perros de raza». No es lo mismo.

Queremos crear gente pro-mestizos, no anti-razas. Debemos lograr que la decisión de adquirir un perro estibe en «la química» que se haga al verlo, no en el color o la etiqueta. Algunas veces será de raza, algunas veces mestizo, pero la competencia debe ser justa.

Se los quiero decir ahora por la fuerza y carácter que se puede ver en las marchas, en las protestas afuera de «Expos». Se los quiero decir porque creo que esa fuerza y convicción son las claves para lograrlo. Se los digo porque la energía para grtiar un «NO» es la misma que se necesita para gritar un «SÍ», sin embargo, gente como Gandhi o Luther King nos han demostrado que la segunda opción es más efectiva.

Dejemos de pelear CONTRA el sistema que la gente sigue, mejor usémoslo, aprovechémoslo. No cerremos los espacios a los criadores, mejor equilibremos la balanza. Usemos toda esa creatividad feroz para idear mejores canales de distribución de información, en lugar de intentar cerrarlos.

Poner de moda al Mestizo, es nuestra nueva obligación.

Pongamos cabeza sobre ello, quiero escucharlos.

 

¿Nos organizamos? ¿O cada quién por su lado?


En México existe una disyuntiva curiosa entre la protección a los animales: hay muy pocas leyes duras que realmente protejan a cualquier especie animal, mientras surgen cientos de asociaciones y grupos protectores de animales cada año.

No sólo no hay un cálculo preciso al respecto de cuantas asociaciones formales e informales hay en este ámbito, sino que además es muy difícil hacerlo, pues así como los vacíos legales existen alrededor de las leyes de protección, existen sobre el registro y la legalidad de las asociaciones.

Con esto no me quiero referir a la «ilegalidad» en la que se pueda incurrir, pero sí a la posibilidad de que así sea. El registro de una organización o asociación civil de protección a los animales, está básicamente en manos de quien emprende dicha labor. Con un notario público y una esquematización de objetivos es casi suficiente; al menos esto en el plano legal.

En la realidad, debiera utópicamente requerirse mucho más. Me explico:

La conformación de una Asociación civil es la representación de la ciudadanía de manera autónoma, ante un problema o necesidad que creemos vigente. Es decir, si hay algo que resolver y no quiero dejárselo al gobierno, puedo «asociarme», obteniendo una personalidad jurídica por la cuál responda de mis actos y a la que se otorgue mayor importancia en términos de peticiones, sugerencias, audiencias y entrevistas con servidores públicos.

A esta sencilla conformación, le debo añadir uno o varios dirigentes, marcos de trabajo (en este caso los animales o alguna especie) y objetivos de la organización, además de una sede, sea esta un punto de reunión o sólo la recámara desde donde se manejan los hilos.

Esta resolución, tan benéfica como suena hasta ahora, hace que los ciudadanos nos podamos apoyar de una mejor manera en otros ciudadanos que pensamos similar y que deseamos luchar por alguna causa.

Y justo aquí (en el reloj de vida de la A.C. es casi el minuto 1) es donde se puede ensuciar o complicar el asunto.

¿Cuánta gente piensa como nosotros? Nadie. ¿Muy similar a nosotros? Algunos. ¿Parecido a nosotros? Varios. ¿Afines a nosotros? Muchos.

¿En donde buscaríamos a la gente con la que conformarímos la asociación? ¿Qué nivel de acuerdo necesito entre MI pensamiento y EL pensamiento de alguien más para asociarme con él? ¿Basta con que sean AFINES a mi idea? ¿Me basta con que piensen PARECIDO? ¿Requiero que piensen MUY SIMILAR?

Desde luego, en tanto más puntos en común buscamos, más difícil es hallar adeptos. Esto siempre que estemos cuidando detalladamente los objetivos y formas de trabajo.

Estoy seguro que todos los que tenemos algún tiempo como miembros activos en la protección y defensa de los animales nos hemos encontrado con diferencias de pensamiento y hasta enfrentamiento de argumentos (peleas, discusiones y gritos, en el peor de los casos) aún cuando todos pensamos en la importancia de proteger a los animales.

Aunque parece que estamos de acuerdo en lo importante, los detalles nos separan, a veces tanto, que nos enfrentan.

¿Cuáles de estos puntos te parecen correctos y cuales tacharías de equivocados?

Todos los animales tienen derecho a la vida.  Ningún animal merece ser torturado.  Todos los animales merecen protección.  No se debe consumir ningún animal.  Algunas especies son propias para el consumo humano porque somos parte de una cadena de consumo.  Algunos animales deben ser criados con el propósito de ser consumidos.  Algunos animales si no son criados, no pueden subsistir de manera silvestre.  Criar animales en busca del ejemplar perfecto es una práctica válida.  Un animal que no podrá desarrollar sus funciones básicas por problemas congénitos, merece ser dormido para evitar su sufrimiento.

¿Cuáles escogiste?

Pues te aseguro que el siguiente lector no escogerá EXACTAMENTE los mismos puntos.

Así de fácil, podríamos ya tener dos asociaciones en puerta, pues algunos miembros ya se estarían enfrentando con otros, por alguno de los puntos anteriores. Ahora añadamos más gasolina al fuego:

Es válido asociarse sin un registro ante notario público. Claro que las facultades de la organización se ven disminuidas, pero el consenso puede seguir existiendo, así que el «trabajo organizado» (por ende, la «organización») puede existir. Si abrimos una página de internet, tenemos un Headquarters, un Cuartel en donde encontrarnos. Si no podemos abrir una página, abrimos un «perfil» en una red social gratuita. Para comunicarse, con celulares y messengers basta. Para reunirnos, hay muchos parques o cafeterías.

Y ahora resulta que en un conteo rápido, tenemos 100 organizaciones distintas, trabajando por un fin que parecía EL MISMO.

¿Es mala esta diversidad? ¡Dios, no! Una de las pocas cosas que mantienen a una sociedad cuerda y con esperanzas, es eso, su diversidad. Lo que no es nada útil es el enfrentamiento. Ya no se diga el enfrentamiento frontal contra los «enemigos de la asociación», sino el pueril y estéril enfrentamiento contra organizaciones similares.

La intención de toda «Protectora», como se les conoce abreviadamente, es defender a aquellas especies que no pueden defenderse del peor predador, el hombre. El problema es que algunas deciden actuar en pro de dicha especie, otras en contra de los depredadores y otras atacan ambos rubros. En el intermedio, cuando se cruzan, pueden verse como aliadas, pero es muy común que se enfrenten a la primera provocación, o cuando hay que decidir el nombre de «quién» va escrito en la manta, las fotos de «quiénes» aparecen en las noticias, «quién» sube a recibir el premio.

¿Sabes cuál es el éxito de Greenpeace? ¿En donde está la clave de PETA?

Ninguna de ellas pone nombres y ninguna de ellas excluye a miembros. Ambas organizaciones, con todas las críticas que puedan recibir, son dos de las más activas asociaciones en el mundo, cuyo nombre es sinónimo de resultados y en algunos casos hacen temblar a ciertas megacorporaciones, mientras año con año el número de miembros alrededor del mundo crece, así como sus donativos y recursos para mejores páginas de internet, mejores publicaciones gráficas, más expediciones y manifestaciones.

Pero es muy interesante como ninguna de las dos es «de alguien». El nombre de quienes toman las decisiones, así como de sus fundadores, es muy raro que aparezcan. Greenpeace quería que su mensaje fuera «la paz verde global» y evitó darle localizaciones. Ni siquiera son Greenpeace USA.

PETA quería juntar «Gente por un trato ético a los animales» y como la GENTE tiene diferentes nombres, evita a toda costa ser liderada por estos, por «nombres».

Incluso han llegado a coincidir en manifestaciones o peticiones mundiales, y evitan entonces que una de las dos cobre protagonismo. En las entrevistas, miembros de una y de otra se refieren a la multitud como «we all» o «everyone here»

¿Debemos ser como ellos? Por supuesto que no. Ellos establecieron un modo de trabajo y un objetivo al que se puede añadir cualquiera, con una ideología propia de su entorno, que poco a poco se ha ido flexibilizando para alcanzar rango mundial.

Nosotros necesitamos soluciones locales primero y sólo con ideologías locales lo vamos a lograr. Pero lo que sí podemos tomar como ejemplo son esos detalles que les dan adeptos, ergo, les dan fuerza.

Eventos como la Marcha por los derechos de los animales del pasado 17 de Julio, muestran claramente el peor defecto de nuestras organizaciones: la falta de unidad. No lo digo porque la Marcha haya fracasado, sino porque pudo ser mucho más efectiva. El número de manifestantes no era por mucho, el 30% de la gente que pertenece a estas organizaciones. Ni siquiera asistieron el 50% de las organizaciones.

Algunos no querían verse con otros, no querían marchar juntos o consideraban que estaba «mal organizada».

Otros no querían que participara la clase política, (aunque la demanda era precisamente para ellos) así que consideraban que la mejor manera de luchar en contra era ni siquiera acercárseles.

Otros más sencillamente no quisieron porque consideraban que el fin de la marcha no era el de ellos, los objetivos globales eran ilusiones sin fundamento y era más útil seguir trabajando por las individualidades que por las generalidades.

La fuerza de las organizaciones animalistas en México, duele decirlo, no es la mitad de lo que podría ser, pero esto no se debe a un gobiero que nos rechaza, nos pone trabas o nos bloquea. La culpa es de la ideología desconfiada, centralista y dubitante que nos come. La culpa es de los ultras, de los antis, de los yo.

Si no estás de mi lado, estás en mi contra, parecen decir muchos… y ese torneo interescuadras, no le hace bien a nadie, sólo le da risa a nuestras autoridades… y ralentiza nuestros éxitos.

 

Hasta entonces.

¿Sirven las Marchas?


El principal cuestionamiento que en su momento recibimos sobre la Marcha por los derechos de los animales del 17 de Julio, y que hoy se repiten frente a la Marcha del 3 de Octubre, que tanto nosotros como otros miles de grupos pro animalistas hemos promovido, es si en realidad estas marchas sirven de algo.

¿Qué van a lograr? ¿Alguien de verdad saldrá a darles respuesta? ¿Creen que una marcha en fin de semana (es decir que bloquea y molesta a menos personas) hará el ruido necesario?

Los cuestionamientos per se, responden mucho de lo que ellos mismos se cuestionan.

El «qué» es más complejo y detallado, pero simple de explicar: se busca exigir una reforma a la ley. Una reforma que convierta al maltrato animal en un delito grave, que se persiga y se pueda castigar de una manera tan severa que en realidad haga pensar a la gente dos veces antes de siquiera levantar una mano.

Por supuesto esto no es una reforma fanática que busca «humanizar» a los animales, pretendiendo otorgarles garantías como las de los cuidadanos.

Debemos estar conscientes, animalistas y no animalistas, que eso no es posible y sobre todo, no sería sano.

Entre muchas otras cosas, porque muchos de los animales domésticos en estos tiempos necesitan de manera obligada la mano del hombre para continuar viviendo. Esta mano, esta acción, implica un gasto, y dentro de ese gasto se debe buscar en algunos casos la manera de subsanarlo.

Es decir, por ejemplo, la venta regulada y organizada de animales de compañía no puede ser prohibida, como sí está prohibida la venta («trata») de personas. Ese es sólo un ejemplo de las diferencias que, estamos conscientes, seguirán existiendo entre personas y animales.

Sin embargo, lastimar a un animal no puede ser permitido bajo ninguna circunstancia. Ni por ocio, ni por «perder los estribos», ni porque «sólo así aprenden». Mucho menos por «diversión».

El mismo consumo humano de animales debe y puede ser regulado de forma que esto no sea una matanza cruel. Para ejemplo están los rastros tipo TIF, al menos los que cumplen todos los estándares que su denominación incluyen, como el trato humanitario y cuidadoso de los especímenes, la correcta alimentación y, sobre todo, la muerte «piadosa», reduciendo el grado de crueldad y dolor al mínimo.

En resumen, se busca reformar la ley de modo que el castigo por el maltrato animal no sea sólo una multa económica (en el mejor de los casos) que la mayoría de las veces no es siquiera significativa cuando la persona en cuestión lucra con los animales tras dicho maltrato.

Se busca dar la opción grave de cárcel a quienes incumplan las idealistas leyes de protección animal.

¿Alguien saldrá a dar respuesta?

No se busca tocar la puerta de alguien para que nos haga el favor de responder. Se trata de demostrar multitudinariamente a nuestros EMPLEADOS (diputados y senadores) que somos muchos los ciudadanos que les exigen trabajar por algo que consideramos importante y necesario.

No es la vía adecuada, no. La vía correcta es acudir al escalafón gubernamental que se ha planteado. Primero con nuestros diputados locales, jefes delegacionales y representantes. Ellos deberían pasar la voz a los otros, hasta que hagan lo que sus PATRONES (todos los ciudadanos) les están demandando.

Sin emabrgo, se necesita hacer de esta forma porque por la vía formal no han respondido los responsables, o han respondido de palabra, sin acción que avale su trabajo. Cuando un empleado no hace bien su trabajo se le debe despedir, pero como hasta ese formato está en su control, no es una opción para nosotros.

Son marchas de fin de semana porque precisamente no es un «plantón». No se busca alterar la vida de los ciudadanos de forma importante, hacerlos enojar o provocar a la autoridad. Se busca hacer oír la voz que parecen estar ignorando desde hace tiempo los legisladores, así como fortalecer la de aquellos pocos legisladores que sí han actuado en alguna medida por nuestras peticiones.

Entonces pues, ¿sirven las marchas?

Sí. Sirven cuando están fundamentadas y apoyadas por las personas adecuadas, canalizadas sobre el receptor correcto y llevadas a cabo con la seriedad de una demanda justa.

Sirven porque los encargados del gobierno de nuestra ciudad y nuestro país, han complicado tanto los métodos más simples, que la gente ha necesitado gritar, literalmente, que les exigimos respuesta, porque de nuestras peticiones deben vivir, como de nuestros bolsillos comen.

Sirven y servirán siempre que se hagan así, con papeles, argumentos, ideas y propuestas en la mano, no sólo con la ira desbordada.

Los animales están en manos de nosotros, porque nuestro «dominio racional» así parece darlo a entender. Entonces tomemos la responsabilidad, también racional, y trabajemos por convertirnos en una mejor sociedad de una vez por todas, esa sociedad que como dijera Gandhi, demuestre su grandeza y su progreso moral por la forma en que tratamos a los animales.

Me importa el Agua, sólo no la comprendo.


Hace unos días, cuando me dirigía a mi trabajo, no pude evitar observar un espectacular que decía: “el agua se agota, debemos hacer algo”. Cuando trataba de interpretar el mensaje, una chica que estaba a mi lado se adelantó y exclamó: ¡Qué publicidad tan más tonta!, osea, ¿sólo debemos hacer algo cuando el agua este desapareciendo? Me pareció un tanto fatalista su interpretación, sin embargo, semanas después de lo sucedido, llegué a entender un poco más dicha conclusión metrobusera, pero llena de sabiduría.

Dentro de los proyectos de investigación a realizar en mi trabajo, tuvimos la oportunidad de evaluar la viabilidad de un purificador de agua dentro de sectores comerciales, empresariales y hoteleros. De forma específica, lo que hicimos fue preguntar a las personas encargadas de tomar las decisiones de abastecimiento de agua en estos sectores, cuáles eran sus costumbres, objetivos y sentir sobre el tema del agua purificada y su administración. Los resultados fueron sorprendentes.

Las fondas recurren al agua en garrafón para satisfacer sus necesidades de agua purificada, por lo general, consumen cerca de 10 unidades a la semana. El tema del agua sólo aparece en la conciencia de los encargados de las fondas cuando llega el repartidor, es decir, un problema de agua se reduce a cuando el agua del garrafón se escasea y no ha llegado el repartidor.

En el caso de las empresas y los hoteles la situación es un poco más compleja; las empresas consumen cerca de 40 garrafones con agua al mes, depende del tamaño de la empresa. En un hotel se consume cerca de 60 y 70 garrafones con agua al mes, y cerca de 1200 botellas con agua en cuatro semanas. En el caso de las empresas, el agua se ve como un derecho de los trabajadores; sólo se piensa en el agua como un requisito que debe tener cualquier administración para satisfacer las condiciones laborales. En el caso de los hoteles, el agua es un medio más para lograr una certificación de calidad (Distintivo H) y proyectar una buena imagen de calidad ante los clientes a través de las marcas que manejan agua embotellada.

A pesar de las particularidades que tiene cada segmento, en el estudio se encontró una situación curiosa. Cuando se les preguntaba sobre el futuro del agua, todos los entrevistados estaban de acuerdo en que éste iba a ser poco alentador: en los próximos años el agua se va agotar. Al preguntarle a los entrevistados ¿cuál es el camino para solucionar dicho problema? Todos se manifestaron en una misma dirección: purificar el agua a través de filtros, reciclar y ahorrar el agua. En esta parte, encontramos el racional del estudio, todos los segmentos están conscientes de que el agua es un elemento que disminuirá, pero que sí existen opciones para cuidarla.

Por otra parte, cuándo a las personas que representar cada segmento se les cuestionó por la viabilidad de un filtro purificador de agua dentro de sus rutinas, obtuvimos las siguientes respuestas: “es poco práctico”, “es muy caro”, en el caso de los hoteles “no es negocio”, “qué gano yo”, “¿tengo que modificar todas mis instalaciones?”, etc.

Respuestas contundentes, es más importante el negocio del agua y los beneficios económicos, prácticos e inmediatos que se pueden obtener de ello, que el beneficio de cuidar el agua.

El racional de los entrevistados respecto al agua purificado está dividido en dos instancias: es bueno cuidar el agua porque un día se nos va a terminar, pero que eso no afecte mi bolsillo o mis actividades diarias.

Para explicar la relación entre un consumidor y un producto y/o servicio Clotaire Rapaille utiliza como herramienta una metáfora o palabra llena de significado, que es reconocida por una cultura, y explica muy bien dicha relación. El código cultural del agua purificada es JUANITO Y EL LOBO, estamos conscientes de que el problema del agua está ahí, pero no haremos nada para cambiar la situación hasta que, de verdad, afecté nuestros hábitos de consumo.

Por ejemplo, ¿Qué motivó a que los mexicanos hiervan el agua? (El cólera) ¿Qué motivó a que los mexicanos se lavaran con mayor frecuencia las manos? (la influenza). Tal parece que los cambios de hábitos vienen con el miedo.

“El agua se agota, debemos hacer algo” ¡Qué publicidad tan más tonta!, osea, ¿sólo debemos hacer algo cuando el agua este desapareciendo? No es la publicidad, la publicidad sólo está utilizando el código cultural del agua (sólo cuando pase algo grave, actuaremos. En el caso de Juanito, dirá la verdad). Entonces, si la publicidad no es la tonta y el código cultural es una impronta que viene de un grupo social… ¿quiénes son los tontos?

Aliento fresco, dientes limpios, salud larga.


Imagina una tarde soleada de domingo, el sol derrama sus rayos dorados sobre el pasto de tu jardín y tu perrito corre como desatado tras la pelota que venía de obsequio en la bolsa de croquetas. Una vez que la atrapó regresa gustoso a tu encuentro. Te acercas a él y justo cuando tomas el juguetito te llega un aliento que casi provoca tu desmayo.

Se te ocurre refrescar su aliento con pastillas de menta pero algo te detiene…tu sentido común te dice las “Halls” no se fabricaron para perros. Y entonces sucede. Te preguntas: ¿a qué se deberá ese mal aliento?

Pensar que es normal el mal aliento en los perros, sólo porque son perros, es una idea equivocada que puede ser el inicio de una enfermedad grave.

¿Sabías que  la dentadura definitiva de un perro está conformada por cuarenta y dos dientes? ¿Te imaginas qué es lo que sucede si descuidamos el aseo dental?  Si nosotros no dejamos de lavarnos los dientes (en el peor de los casos una vez al día), para nuestra mascota aplica exactamente lo mismo.

La falta de higiene buco-dental en perros y gatos da lugar a que se pueda desarrollar una enfermedad periodontal. Puede ir desde la inflamación leve de encías, hasta la pérdida de piezas dentales con el consecuente dolor y malestar que ocasionaría incluso que nuestro perrito deje de comer.

Existen varios consejos para favorecer una adecuada higiene dental en nuestro canino.

Lo primero que tenemos que hacer, es cuidar su alimentación.  ¡No vuelvas botanero a tu perrito! Los alimentos de lata, la comida casera y todo tipo de chucherías favorecen la fijación de la placa en las piezas dentales debido a su consistencia. Lo más recomendable es que coma solamente croquetas. Si quieres consentirlo puedes darle a morder huesos o botanas especiales que en vez de fijar la placa en los dientes ayudan a removerla. Pregunta al doctor de tu perrito qué tipo de hueso sería el más conveniente para él, los naturales, como el hueso de cualquier pollo, o los artificiales que ofrece el mercado.

Por otro lado, realiza una revisión periódica de la boca de tu mascota. Si notas inflamación de encías, sarro, molestia al comer, mal aliento, encías sangrantes o exceso de saliva, es recomendable que lo lleves con el veterinario ya que  lo normal es que las encías estén rosadas y que sus dientes tengan un color blanco fuerte desde la base a la punta. Sólo en los más viejos pueden estar levemente amarillos en la base de los colmillos y muelas. Aparte de la revisión que tú realices, llévalo por lo menos dos veces al año a un chequeo dental completo.

Si tu perrito aún es cachorro, acostúmbralo desde el principio a la manipulación de la boca para que posteriormente permita tocar encías y dientes, esto permitirá su posterior cepillado el cual puedes realizar con un cepillo para niños, uno especial para perros, o bien con una gasa envuelta en tu dedo.  Si usas pasta dental no uses la de tu baño, existen dentífricos formulados especialmente para perros que ayudarán mucho más en la limpieza bucal.

Si ya llevas más tiempo con tu mascota, es recomendable que realices una revisión lo más pronto posible, considera que la enfermedad dental se produce más frecuentemente a medida que los animales envejecen.

Ahora, si te percatas  de que la higiene bucal de tu perro está muy deteriorada, no lo pienses más y llévalo inmediatamente con el doctor  El veterinario realizará una limpieza de boca de forma profesional para eliminar el sarro y la placa dental.

Además, detectará a tiempo cualquier enfermedad que se esté originando por falta de higiene bucal y así evitará la diseminación al resto del organismo. ¡Imagínate! Una encía enferma puede afectar el hígado, riñones y el sistema inmunológico a menudo con consecuencias fatales.

Evítalo con la información y con la prevención… ¡no con pastillas sabor menta!

Sillones protegidos y patas a la moda. «Garritas».


Tener gatitos o perritos en casa es toda una experiencia, te hacen reír, jugar y por supuesto, de vez en cuando, también enojar. Qué bellas son nuestras mascotas. Pero… ¿qué tal cuando en sus juegos se vuelven destructores de tus pertenencias con sus afiladas garritas? Eso ya no suena divertido.

Bueno, pues un grupo de veterinarios en Chile pensó lo mismo y creó “Mis garritas” unas novedosas funditas de resina de vinilo, no toxicas, que se adhieren con un pegamento especial a las uñas de la mascota.

Es importante resaltar que este producto al ser cuidadosamente diseñado por especialistas, y no daña la salud de tu mascota.

La idea surgió, pensando en que sobre todo los gatos, tienden a maltratar con sus uñas, los sillones, manteles, ropa o al jugar con las personas pueden lastimarlas. “Mis garritas” ha sido todo un éxito en Santiago, Chile, donde se venden a través de su página en Internet. Según  testimonios de los compradores las funditas son bastante cómodas y seguras para sus  gatos. Además mencionan que son fáciles de colocar. Y debido a su gran demanda, también se crearon para las uñas de los perros.

“Mis garritas” se encuentran en diferentes tamaños, para gatos y para perros. En diferentes colores como amarillo, negro, azul, rojo, rosa y transparente. ¿Está genial no? Así, protegerás los muebles,  tu integridad física y además tú mascota lucirá súper fashion con color en las uñas.

Si quieres conocer más de “mis garritas” y otros productos checa la página http://www.misgarritas.cl

¡El mundo de las mascotas sigue innovando!