Imagina una tarde soleada de domingo, el sol derrama sus rayos dorados sobre el pasto de tu jardín y tu perrito corre como desatado tras la pelota que venía de obsequio en la bolsa de croquetas. Una vez que la atrapó regresa gustoso a tu encuentro. Te acercas a él y justo cuando tomas el juguetito te llega un aliento que casi provoca tu desmayo.
Se te ocurre refrescar su aliento con pastillas de menta pero algo te detiene…tu sentido común te dice las “Halls” no se fabricaron para perros. Y entonces sucede. Te preguntas: ¿a qué se deberá ese mal aliento?
Pensar que es normal el mal aliento en los perros, sólo porque son perros, es una idea equivocada que puede ser el inicio de una enfermedad grave.
¿Sabías que la dentadura definitiva de un perro está conformada por cuarenta y dos dientes? ¿Te imaginas qué es lo que sucede si descuidamos el aseo dental? Si nosotros no dejamos de lavarnos los dientes (en el peor de los casos una vez al día), para nuestra mascota aplica exactamente lo mismo.
La falta de higiene buco-dental en perros y gatos da lugar a que se pueda desarrollar una enfermedad periodontal. Puede ir desde la inflamación leve de encías, hasta la pérdida de piezas dentales con el consecuente dolor y malestar que ocasionaría incluso que nuestro perrito deje de comer.
Existen varios consejos para favorecer una adecuada higiene dental en nuestro canino.
Lo primero que tenemos que hacer, es cuidar su alimentación. ¡No vuelvas botanero a tu perrito! Los alimentos de lata, la comida casera y todo tipo de chucherías favorecen la fijación de la placa en las piezas dentales debido a su consistencia. Lo más recomendable es que coma solamente croquetas. Si quieres consentirlo puedes darle a morder huesos o botanas especiales que en vez de fijar la placa en los dientes ayudan a removerla. Pregunta al doctor de tu perrito qué tipo de hueso sería el más conveniente para él, los naturales, como el hueso de cualquier pollo, o los artificiales que ofrece el mercado.
Por otro lado, realiza una revisión periódica de la boca de tu mascota. Si notas inflamación de encías, sarro, molestia al comer, mal aliento, encías sangrantes o exceso de saliva, es recomendable que lo lleves con el veterinario ya que lo normal es que las encías estén rosadas y que sus dientes tengan un color blanco fuerte desde la base a la punta. Sólo en los más viejos pueden estar levemente amarillos en la base de los colmillos y muelas. Aparte de la revisión que tú realices, llévalo por lo menos dos veces al año a un chequeo dental completo.
Si tu perrito aún es cachorro, acostúmbralo desde el principio a la manipulación de la boca para que posteriormente permita tocar encías y dientes, esto permitirá su posterior cepillado el cual puedes realizar con un cepillo para niños, uno especial para perros, o bien con una gasa envuelta en tu dedo. Si usas pasta dental no uses la de tu baño, existen dentífricos formulados especialmente para perros que ayudarán mucho más en la limpieza bucal.
Si ya llevas más tiempo con tu mascota, es recomendable que realices una revisión lo más pronto posible, considera que la enfermedad dental se produce más frecuentemente a medida que los animales envejecen.
Ahora, si te percatas de que la higiene bucal de tu perro está muy deteriorada, no lo pienses más y llévalo inmediatamente con el doctor El veterinario realizará una limpieza de boca de forma profesional para eliminar el sarro y la placa dental.
Además, detectará a tiempo cualquier enfermedad que se esté originando por falta de higiene bucal y así evitará la diseminación al resto del organismo. ¡Imagínate! Una encía enferma puede afectar el hígado, riñones y el sistema inmunológico a menudo con consecuencias fatales.
Evítalo con la información y con la prevención… ¡no con pastillas sabor menta!