Todas las entradas por Elena Saldaña

Aliento fresco, dientes limpios, salud larga.


Imagina una tarde soleada de domingo, el sol derrama sus rayos dorados sobre el pasto de tu jardín y tu perrito corre como desatado tras la pelota que venía de obsequio en la bolsa de croquetas. Una vez que la atrapó regresa gustoso a tu encuentro. Te acercas a él y justo cuando tomas el juguetito te llega un aliento que casi provoca tu desmayo.

Se te ocurre refrescar su aliento con pastillas de menta pero algo te detiene…tu sentido común te dice las “Halls” no se fabricaron para perros. Y entonces sucede. Te preguntas: ¿a qué se deberá ese mal aliento?

Pensar que es normal el mal aliento en los perros, sólo porque son perros, es una idea equivocada que puede ser el inicio de una enfermedad grave.

¿Sabías que  la dentadura definitiva de un perro está conformada por cuarenta y dos dientes? ¿Te imaginas qué es lo que sucede si descuidamos el aseo dental?  Si nosotros no dejamos de lavarnos los dientes (en el peor de los casos una vez al día), para nuestra mascota aplica exactamente lo mismo.

La falta de higiene buco-dental en perros y gatos da lugar a que se pueda desarrollar una enfermedad periodontal. Puede ir desde la inflamación leve de encías, hasta la pérdida de piezas dentales con el consecuente dolor y malestar que ocasionaría incluso que nuestro perrito deje de comer.

Existen varios consejos para favorecer una adecuada higiene dental en nuestro canino.

Lo primero que tenemos que hacer, es cuidar su alimentación.  ¡No vuelvas botanero a tu perrito! Los alimentos de lata, la comida casera y todo tipo de chucherías favorecen la fijación de la placa en las piezas dentales debido a su consistencia. Lo más recomendable es que coma solamente croquetas. Si quieres consentirlo puedes darle a morder huesos o botanas especiales que en vez de fijar la placa en los dientes ayudan a removerla. Pregunta al doctor de tu perrito qué tipo de hueso sería el más conveniente para él, los naturales, como el hueso de cualquier pollo, o los artificiales que ofrece el mercado.

Por otro lado, realiza una revisión periódica de la boca de tu mascota. Si notas inflamación de encías, sarro, molestia al comer, mal aliento, encías sangrantes o exceso de saliva, es recomendable que lo lleves con el veterinario ya que  lo normal es que las encías estén rosadas y que sus dientes tengan un color blanco fuerte desde la base a la punta. Sólo en los más viejos pueden estar levemente amarillos en la base de los colmillos y muelas. Aparte de la revisión que tú realices, llévalo por lo menos dos veces al año a un chequeo dental completo.

Si tu perrito aún es cachorro, acostúmbralo desde el principio a la manipulación de la boca para que posteriormente permita tocar encías y dientes, esto permitirá su posterior cepillado el cual puedes realizar con un cepillo para niños, uno especial para perros, o bien con una gasa envuelta en tu dedo.  Si usas pasta dental no uses la de tu baño, existen dentífricos formulados especialmente para perros que ayudarán mucho más en la limpieza bucal.

Si ya llevas más tiempo con tu mascota, es recomendable que realices una revisión lo más pronto posible, considera que la enfermedad dental se produce más frecuentemente a medida que los animales envejecen.

Ahora, si te percatas  de que la higiene bucal de tu perro está muy deteriorada, no lo pienses más y llévalo inmediatamente con el doctor  El veterinario realizará una limpieza de boca de forma profesional para eliminar el sarro y la placa dental.

Además, detectará a tiempo cualquier enfermedad que se esté originando por falta de higiene bucal y así evitará la diseminación al resto del organismo. ¡Imagínate! Una encía enferma puede afectar el hígado, riñones y el sistema inmunológico a menudo con consecuencias fatales.

Evítalo con la información y con la prevención… ¡no con pastillas sabor menta!

Amigos de Sangre. Las Transfusiones.


Existen muchos tipos de donaciones.  Donamos ropa,  juguetes, dinero, comida, incluso sangre.

¿Te has puesto a pensar qué podría donar tu mascota? Puedes ayudarlo a compartir croquetas, correas de paseo, juguetes, shampoo para baño…y también: sangre.

¿Te sorprende la idea?  ¿Crees que las transfusiones sanguíneas son asunto exclusivo de los seres humanos? ¡Te equivocas!

La hemoterapia o transfusión de sangre es un recurso terapéutico  por el momento irremplazable que se realiza de urgencia y  suele ayudar a la recuperación de los pacientes e incluso a salvar sus vidas.

El MVZ Israel Alejandro Quijano explica que la transfusión sanguínea es una técnica útil en casos de anemia, pero tiene reacciones adversas por lo que se debe actuar con cautela cuando haya que realizar una.

Como dato curioso ¿Sabías qué la sangre de nuestros perros y gatos tiene características muy similares a la humana? Con la diferencia de que existen mayor cantidad de grupos sanguíneos y esa es la principal limitación a la hora de realizar una transfusión.

El doctor Quijano, menciona que el uso de sangre como terapia no es difundido en nuestro medio, porque se considera complejo y riesgoso, pero con la  práctica y el material necesario para realizar las transfusiones éstas serán un recurso más frecuente en la clínica cotidiana.

Este veterinario plantea incluso, la creación de bancos de sangre para perros y gatos como una  necesidad imperiosa en el país, así como redes de donadores que permita tener sangre fresca siempre disponible.

Normalmente se transfunde sangre completa recolectada en bolsas comerciales de donantes sanos  que deberán estar libres de infecciones y parasitosis que se puedan transmitir vía sanguínea al receptor realizando controles sanguíneos previos y exámenes veterinarios generales según la localización geográfica.

Todos los animales en buen estado de salud sin historia de enfermedades graves son potenciales donantes de sangre. Si se trata de un perro deberá pesar más de 25 Kg. y si es un gato más de 4 Kg.

La sangre puede almacenarse en la veterinaria aproximadamente hasta 4 semanas en refrigeración, así que las donaciones regulares son importantes para asegurar que la sangre esté siempre disponible para aquellos pacientes que lo necesiten.

Un perro sano puede donar hasta 450ml y un gato hasta 50 ml. La sangre se transfunde normalmente vía endovenosa lenta controlada aunque se trate de grupos sanguíneos compatibles, por si apareciera alguna reacción transfusional indeseada.

Si es posible es mejor transfundir sangre recién recolectada que es más rica en oxígeno.

La sangre donada será cuidadosamente examinada por técnicos de laboratorio especializados para determinar el grupo sanguíneo y excluir la posibilidad de transmisión de enfermedades sanguíneas. Posteriormente la sangre se conserva en refrigeración hasta que se necesite para realizar una transfusión.

El beneficio más importante es que siempre habrá sangre disponible para la práctica veterinaria.

Preveer y difundir esta práctica, seguramente derivará en un círculo positivo, pues si tu mascota necesita una transfusión, tu veterinario puede salvar su vida gracias a que otro animal ha donado su sangre.