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¿Águilas o aguilillas? Avistamientos en la CDMX


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Foto: Halcón de Harris/ Pixabay

Si no eres un experto fácilmente puedes confundir a una águila con un halcón de Harris, también conocido como aguillilla, ya que se parecen muchísimo.

Sin embargo, el halcón es un poco más pequeño aunque comparte el pico ganchudo y las garras fuertes. La diferencia sustancial es mirar las patas: a las águilas, las plumas les llegan casi hasta las garras,mientras que los halcones tienen patitas “pelonas”, pues dejan de tener plumas desde mucho más arriba.

La profesora de Biología de la UNAM, Elisa Ramírez Lomelí, asegura que es más común ver halcones de Harris en la Ciudad de México que águilas, sólo que la gente suele confundirse.

Las águilas requieren más espacio, por ser más grandes, así como un sitio de caza más amplio y gustan de hacer sus nidos en lugares muy altos, sin embargo, los halcones al ser más pequeños se adaptan mejor a la ciudad.

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La integrante de la Sociedad Mexicana de Ornitología señala que los halcones además son muy utilizados para la cetrería,  que sirve para controlar aves plaga como las palomas y sus servicios son recurridos en aeropuertos o centro comerciales.

En la ciudad de México se han registrado avistamientos en el Ajusco y en la Sierra de Guadalupe, ya que los halcones viven en zonas boscosas. Ramírez considera que podría haber nidos incluso en Chapultepec o Aragón, aunque por el momento no se tenga reporte de ellos, ya que las condiciones para que un halcón sobreviva son propicias en esos bosques urbanos.

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Foto: Halcón de Harris/ Pixabay

Se trata de un ave ampliamente distribuida en el país, por lo que es muy común verla en la Ciudad de México.

La experta recordó el avistamiento de un halcón de Harris en el metro Nopalera, el 30 de junio del año pasado, cuando el ave se permaneció por más de una hora en la estación, justo sobre el logo de la estación. La imagen del rapaz sobre el nopal se hizo viral luego que los usuarios recordaran el mito de la fundación de Tenochtitlán.

El dios Huitzilopochtli les indicó a los mexicas que se establecieran en el lugar donde encontraran un águila devorando a una serpiente posada sobre un nopal, lo que de acuerdo con las crónicas de los códices habría ocurrido en el año de 1325.

Esa vez, incluso el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) bromeó con el hecho y dijo: «Confirmamos el dato. El águila sobre el @MetroCDMX Nopalera es la señal sagrada, por si dudaban de vivir en la Gran Tenochtitlan».

¿Ya leíste: «Águilas que anidan sobre un casino olvidado»?

Para Ramírez Lomelí es un error común confundir a las dos aves si no se tienen conocimientos sobre ellas y asegura que si se llega a ver un águila en la ciudad, lo más probable es que se trate de un animal que alguien tenía como mascota y se escapó.

Según la NOM-059 de Semarnat, el halcón de Harris o aguililla rojinegra, cuyo nombre científico es Parabuteo unicinctus, está en la categoría de «protección especial” que abarca las especies que podrían verse amenazadas por factores que inciden negativamente en su viabilidad y ello hace necesaria su recuperación y conservación.

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Foto: Halcón de Harris/ Pixabay

El águila… un ave rapaz en peligro de extinción


En el mundo existen más de 60 especies de águilas distribuidas en América, Europa, Asia y algunas partes de África, desafortunadamente muchas de ellas están en riesgo de desaparecer. En México, siete especies están en peligro de extinción, las cuales son: cabeza blanca, arpía, solitaria, crestada, elegante, tirana y blanquinegra, mientras que el águila real se ubica en la categoría de “amenazada”.
Esta ave, considerada emblema de nuestro país, presenta números alarmantes, pues a inicios del año 2016 quedaban tan solo cien parejas de reproducción en vida silvestre. La deforestación y construcción de zonas urbanas e industriales son una amenaza real para estos animales; la afectación de su hábitat y la disminución de su población son el claro ejemplo del impacto negativo que la presencia del hombre ha tenido sobre su existencia.
Otra acción que revela la inminente amenaza del hombre es la extracción de las aves rapaces de su ambiente natural y su tenencia ilegal. Esta situación muestra la urgencia de poner en marcha nuevas leyes, políticas y programas aún más orientadas a la protección, reproducción y preservación de dichas especies.
La ley General de Vida Silvestre, creada el 3 de julio de 2000 y cuya última reforma se realizó ‪el 19 de enero‬ de este año, estipula que “es motivo de infracción y sanción administrativa poseer ejemplares de vida silvestre fuera de su hábitat natural sin contar con los medios para demostrar su legal procedencia” y agrega “el saqueo de nidos para fines comerciales es un problema que se ha detectado (…) se sabe que los huevos son robados para coleccionistas o para incubarlos”.
Como sabemos recientemente se han avistado águilas en algunos puntos de la Ciudad de México, lo que ha sido motivo de sorpresa y admiración para muchos habitantes. Al respecto, es importante destacar algunos apartados de la Ley de Protección a los Animales del Distrito Federal, publicada en febrero de 2002 y cuya última reforma se llevó a cabo en junio de 2017.
Esta legislación resalta la importancia de dar un trato digno y respetuoso a las águilas y a todas las especies. Define como maltrato “todo hecho, acto u omisión del ser humano, que puede ocasionar dolor o sufrimiento afectando el bienestar animal” y añade “todo acto que implique la muerte innecesaria o injustificada de un animal es un crimen contra la vida”. También destaca que si es necesario capturar una especie silvestre en la vía pública deberá realizarse bajo denuncia a las autoridades correspondientes y siempre libre de maltrato.
De acuerdo con la Bióloga por la UNAM, Estrella Serrano García, “el avistamiento de águilas en la capital del país también puede deberse a que escaparon de zonas en cautiverio o de cetreros, que son sitios donde se adiestra de forma autorizada a las aves rapaces para dispersar a otras más pequeñas de lugares en los que aterrizan y despegan aeronaves o en los que funciona algún otro medio de transporte». “Sea cual sea la razón, siempre deben ser tratadas con respeto”, agrega.
Aunque las autoridades trabajan de manera permanente, a través de dependencias como la SEDENA, PROFEPA Y SEMARNAT para recuperar, rehabilitar, proteger y reintroducir en su medio a animales capturados o comercializados, es necesario sumar esfuerzos para erradicar el tráfico ilegal de especies y crear conciencia sobre el respeto al mundo animal.
Si deseas consultar la Ley General de Vida Silvestre o la Ley de Protección a los Animales del Distrito Federal, puedes hacerlo en los siguientes enlaces:

Águilas que anidan sobre un casino olvidado


Llegaron hará unos 4 años a un espectacular publicitario de un casino abandonado en el cruce de Montevideo y Avenida 100 metros. Eran dos, pero actualmente son entre 4 y 5.

Los habitantes de la unidad habitacional que se encuentra justo detrás del casino notaron su presencia por los chillidos matutinos. Algunos comenzaron a verlas también en el atarcerder, mientras se reunían en un árbol del lado de los edificios.

Se trata de una familia de águilas que decidió convertir las áreas verdes de la zona habitacional en su lugar de caza.

“Las ardillas no tanto, pero las palomas y las ratas que había cerca del contenedor de basura prácticamente desaparecieron”, afirma Miguel Díaz, vecino de la zona.

Las aves rapaces probablemente salieron del Parque Estatal Sierra de Guadalupe, donde es común que se avisten también golondrinas, zopilotes y aguillillas de cola roja. El parque se ubica en los municipios de Coacalco, Ecatepec, Tultitlán y Tlalnepantla.

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Es justo este último municipio mexiquense el que colinda con la delegación donde las águilas se han acentado: Gustavo A. Madero.

De esa dirección es que ve llegar cada día a las aves Jesús, quien trabaja como “checador” de las rutas de camiones que salen del paradero del Metro Politécnico.

“Vienen de allá -señala hacia el cerro del Chiquihuite-, casi siempre son dos pero hemos llegado a contar cuatro o cinco”, la misma cifra que refieren los vecinos.

“Se paran ahí en el anuncio y se quedan. No tienen un horario ni nada. Hay semanas que las veo a diario, otras no las veo en días.”

El cerro del Chiquihuite tiene la peculiaridad de albergar una colonia popular: Cuautepec, que literalmente de traduce del náhuatl como “Cerro de Águilas”.

“No molestan a nadie, pasan y están ahí. Yo no las veo siempre pero es porque estoy un rato en las manañas y me voy”, revela Lourdes, una mujer que tiene un puesto de tamales en la acera de enfrente de donde se ubican las aves.

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Las águilas no representan ningún peligro para los humanos, dado que estas rapaces no se acercan y sus hábitos alimenticios incluyen aves más pequeñas, como palomas o gorriones, así como roedores, ya sean ardillas o ratas o lagomorfos, es decir, conejos. Tampoco irán tras gatos, ni perros pequeños.

Las águilas se mantienen en pareja, por lo que es probable que las dos que observan recurrentemente juntas sean el macho y la hembra, mientras que las pequeñas sean diferentes camadas de crías que han tenido.

Suelen tener el nido en lugares remotos, por lo que el espacio en el espectacular publicitario puede ser sólo un lugar que utilizan cuando van de caza y que se mantendrá mientras encuentren alimento suficiente…

O el puente vehicular que están construyendo justo sobre la avenida no perturbe sus vuelos.

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