Perros inmortalizados en el mundo


Leal, sincero y entrañable son algunas de las palabras con las que la mayoría de personas describen a su perro. El cariño y fidelidad que dominan el comportamiento de este ser vivo han sido las causas para que en más de una ocasión se quisiera inmortalizar su recuerdo. No por nada el perro es llamado “el mejor amigo del hombre”.

“Citlaltépetl” era el nombre del perro guardián del Pico de Orizaba. El can, mejor conocido como “Citla”, se ganó el cariño y la admiración porque guiaba y ayudaba a regresar a los alpinistas perdidos en la montaña mexicana. El 27 de septiembre de 2017 Citla murió por complicaciones en el hígado y desde entonces decenas de personas se han dado a la tarea de recolectar llaves para construir al pie de su tumba un monumento en agradecimiento a sus acciones.

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Foto: LocalAdventures

Este no es el único caso en el que se ha pretendido rendir homenaje a algún can, de hecho hay muchos casos ya concretados y que son bastante famosos. Uno es el monumento a Hachiko, en Japón. Todos los días el perro acompañaba a su amo, el profesor Hidesaburo Ueno, hasta la estación de tren donde tomaba un metro con destino a la Universidad de Tokio y a la hora de su regreso lo esperaba en el mismo punto; sin embargo, en uno de esos tantos días el maestro sufrió una hemorragia cerebral mientras daba clases y nunca volvió. Hachiko lo esperó 10 años. Una estatua de bronce fue erigida en honor al perro en la estación Shibuya e incluso su historia ha sido llevada a la pantalla grande y conmovido a millones de espectadores.

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Foto: Pinterest.com

Un ejemplo más es la estatua de “Balto” en Central Park de Nueva York. En 1920, este husky siberiano condujo a lo largo de mil kilómetros un trineo con medicina para salvar a niños enfermos víctimas de una epidemia en Alaska. Balto se convirtió en representante de todos los canes que participaron en esa misión y otras similares.

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Foto: Vitake

Por supuesto, no podemos dejar de mencionar el monumento esculpido en homenaje a Laika, la perrita espacial soviética que se convirtió en el primer animal en orbitar la Tierra. Laika sobrevivió solo unas horas en la nave Sputnik 2 en noviembre de 1957. Fue muchos años después, en 2008, cuando se inauguró la estatua en su honor en el centro de investigación de Moscú en Rusia; se trata de una reproducción de Laika parada sobre un cohete.

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Foto: BLSE

También en Moscú se encuentra el monumento a “Málchik” (Niño), quien era un perro que vivía en la estación del metro Mendeléievskaia y era protegido por los trabajadores del lugar. En 2001 una mujer con problemas psiquiátricos lo apuñaló hasta quitarle la vida. Esta escultura tiene como objetivo exigir a los seres humanos un trato digno y respetuoso hacia todos los animales, incluidos los callejeros.

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Foto: EFE

Otra figura tiene lugar en Edimburgo y lleva por nombre “Bobby”. Se trata de un perro que permaneció durante más de 14 años en la tumba de su dueño, el policía John Gray. Bobby fue alimentado por los visitantes del cementerio de 1858 a 1872 y su imagen puede ser admirada al sur del Puente George IV.

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Foto: Wikipedia

Para terminar y a propósito de estas fechas, en las que se cumple un año de los sismos de septiembre de 2017 en México, tenemos la estatua del binomio canino conformado por la perrita rescatista Frida y el maestre Israel Arauz, que fue develada en julio pasado en el Parque Ecológico de Puebla. La figura rinde tributo a los héroes, de todo tipo, que dieron una luz de vida y esperanza en medio de los escombros y la tragedia.

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Foto: Oronoticias

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