La vejez no es una enfermedad: El perro Senior.


Antes de decir nada, necesitamos entender algo: el envejecimiento de un perro no es una enfermedad, no es un mal y no tiene por qué ser un sufrimiento. El que un perro sea anciano o Senior, es un proceso natural que se notará en menor o mayor medida, dependiendo de la vida que el perro haya llevado hasta ese momento.

Un perro se considera senior cuando rebasa regularmente los siete años de edad, pero dependiendo de su raza y tamaño, puede darse un poco antes o un poco después.

Esto desde luego en términos de teoría, pues hay perros que aún después de los 10 años no parecen evidenciar un comportamiento de viejo, así como algunos perros pueden reducir su actividad física antes de esa edad. Todo depende de la vida que le hemos dado.

En un sentido general, el envejecimiento representa una disminución de las capacidades físicas, menor agudeza en los sentidos y mayor tardanza corporal para autoregularse, algo así como para “epararse solito”

Los síntomas primeros son, desde luego, los físicos. Es normal que un perro Senior pierda algo de su pelo en ciertas zonas, que reduzca su masa muscular y aumente la grasa en su cuerpo, además de las conocidas canas, que generalmente empiezan a darse por zonas pequeñas, empezando en la cara.

Como en todos los demás seres, su cuerpo debe disminuir su actividad porque ya no soporta lo mismo. Su corazón trabaja más lento, por lo que correrá menos. Algunos días no querrá y en general no deberá brincar. Su vista y oído empezarán a ser menos agudas.

El envejecimiento es inevitable, pero no así los síntomas negativos, lo que se pueden retrasar mucho con la atención adecuada.

Por ejemplo el baño. Nada de bañarlo cada semana o cada quince días. Más que nunca nuestro perro necesita conservar las condiciones naturales en su pelo, por lo que debe bañarse cada mes o mes y medio. No antes.

Por supuesto el cepillado del pelo y de dientes no entra en esta categoría, esos deben hacerse con la misma regularidad de siempre. De la cepillada de pelo dependerá que conserve su brillo. De la cepillada dental, que no adquiera enfermedades bucales.

Ahora es tiempo más que obligado para acudir con los expertos, pues habrá zonas más sensibles en nuestra mascota, como los ojos, oídos, nariz y boca. Para cada zona hay un experto veterinario y ante cualquier cambio notorio, hay que buscarlos.

Una de las afecciones más comunes, estará en los músculos y articulaciones. Hay que evitar que un perro mayor de 7 años se pare en dos patas, brinque de la nada o arranque en una carrera como cuando era cachorro.

Las articulaciones deben ser un punto de especial cuidado, junto con la cadera. Mientras más grande nuestro perro, más grande el cuidado.

Y desde luego, como nosotros, la alimentación. Si antes debías evitar golosinas y comida a escondidas, ahora más. Al envejecer, un perro necesita cada vez menos calorías y grasas, además de requerir alimento de fácil digestión. Esto no significa menos alimento, sino de mejor calidad. Cuando acudas con tu veterinario, le podrá hacer un diagnóstico y recomendarte los mejores ingredientes para tu perro.

Si nuestro perro aún está en la frontera de la vejez, es decir 7 u 8 años, aún hay tiempo de preveer enfermedades graves. Aún puedes hacer esa esterilización a la que le diste tantas vueltas. Machos y hembras reducen el riesgo de cáncer si han sido operados de su sistema reproductor, pues evitamos que las glándulas sigan produciendo hormonas, con el riesgo de descontrolarse.

Y viene, claro, el carácter. Ya no es la mejor edad para educarlo (pues además debiste hacerlo antes, ¿verdad?), pero tampoco podemos dejarlo comportarse como quiera. Si no quieres darle un entrenamiento formal, todavía podemos enseñarle cuestiones básicas de obediencia, y más aún, reforzar lo que ya había aprendido. El viejito sigue entendiendo y créanme, puede seguir aprovechándose de un dueño barco.

La vejez es una nueva etapa, no debe verse como el principio del fin. Hay que recordar que en sus años de juventud, él estuvo al pendiente de ti, dormía menos profundo para estar alerta, respondía en cuanto le llamabas y siempre estaba de buenas para recibirte.

Te toca hacer lo mismo por él, se lo debes, se lo ganó. Lo único que te pedirá es amor, compañía, comprensión y algunas veces, más paciencia, pues también él está pasando por una etapa nueva, en la que encontrará cosas que no le gustan, pero no puede evitar.

Y finalmente, si aún no ha llegado esta etapa… ¿qué esperas? Pon atención en el futuro y revisa en qué estás fallando, para prepararle una vejez feliz.

2 comentarios en “La vejez no es una enfermedad: El perro Senior.”

  1. Es verdad! Yo tengo a mi cachorra de 14 años, Dalila, y hoy más q nunca le doy amor. Es cierto q de joven (y aún lo hace) estuvo siempre pendiente de mí. No me deja dar un paso sin q ella esté detrás mío, yo la llamo «mi colita» jaja. Es una ternura y cada día la amo más y más.

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